Overlord: Raising Hell
Escrito por Rhianna Pratchett y creado por el estudio responsable de Age of Wonders, Overlords es un gran título que combina acción y estrategia en un disparatado mundo donde el mal absoluto puede no ser el peor de los males.
Escrito por Rhianna Pratchett y creado por el estudio responsable de Age of Wonders, Overlords es un gran título que combina acción y estrategia en un disparatado mundo donde el mal absoluto puede no ser el peor de los males.
A veces hay juegos que, sin ser grandes superéxitos, o sin estar acompañados por grandes campañas de promoción, consiguen sorprender a los que deciden que algo nuevo es bienvenido dentro de una dieta de títulos que a veces se vuelve algo predecible. Overlord fue el primer título multiplataforma de Triumph Studios, una compañía que hasta este ese momento ya había demostrado su valía con la notable serie Age of Wonders para PC y que decidió pegar el salto a algo con más público potencial, pero sin renunciar ni a la fantasía ni a crear algo con personalidad propia.
El resultado fue Overlord, una desternillante aventura que combinaba elementos de rol y estrategia en tiempo real para poner al jugador al control de la oscura figura que da nombre al juego. Este caballero oscuro dominaba la tierra y había sumido en el caos a la población, aterrada y sumisa ante su poder, hasta que un grupo de héroes consiguió derrotarlo en un cruento combate. La orgullosa torre oscura fue desmantelada, el ejército del mal que residía en ella se dispersó y el Señor del Mal quedó por olvidado.
Craso error, el verdadero mal nunca puede ser erradicado y el mudo señor de la torre regresó a la vida. Había perdido gran parte de sus poderes, pero todavía conservaba algunos fieles lacayos y la fuerza necesaria para recuperar los objetos místicos que le permitirían recobrar su trono oscuro,. Los que estén familiarizados con la obra de Tolkien o con los productos derivados -películas, videojuegos...- a buen seguro que habrán apreciado la similitud en la figura del protaginista con la de Sauron. No es la única china que los creadores del juego lanzan, ya que el juego es una perfecta sátira de los libros de Alta Fantasía, particularmente de El Señor de los Anillos.
Este mundo tan personal debe gran parte de su personalidad a Rhianna Pratchett, hija del célebre escritor Terry Pratchett y una entusiasta de los videojuegos desde pequeña. Hasta ahora ya ha trabajado en dos proyectos como narradora -el otro es Heavenly Sword- y se ha hecho notar dentro de la industria, puestos que ambos trabajos han brillado precisamente en aspectos narrativos, siendo además juegos muy distintos, con tonos bien diferenciados. En el caso de Overlord, Rhianna da luz a una historia en el que la maldad del protagonista se enfrenta precisamente a la corrupción que la ausencia de maldad en el mundo ha dejado.
Los héroes que abatieron al Señor Oscuro, una vez cumplidos su gran objetivo, se dejaron llevar por la fama y la falta de objetivos, cayendo en la depravación absoluta. Buen ejemplo de ello es el primer héroe al que te enfrentas, el Mediano, que una vez obtenida la gloria fue nombrado rey de los suyos, dedicándose a la vida fácil y particularmente a comer, a comer sin medida, hasta el punto de empezar a cazar humanos para que le sirvan de elemento. Nada más chocante que ver a los antaños afables medianos convertidos en fieros guerreros a la caza y captura de humanos.
El desarrollo del juego es otro elemento bastante particular del mismo, ya que aunque el protagonista puede atacar directamente con diferentes armas, su fuerza principal de ataque reside en hordas de diablillos que puede manejar a voluntad. Lo más parecido que hay a lo que propone Triumph es sin duda Pikmin, título en el que obviamente se han inspirado, aunque el resultado tenga voz propia y genere un juego bastante distinto al de Nintendo. Gracias a esos diablillos se puede acceder a lugares inaccesibles, derribar puertas o acabar con los enemigos que salgan al paso, suponiendo que tienes suficientes.
Pero más allá de la idea de controlar a tu pequeña horda de demonios, lo que los convierte en especiales y verdaderos protagonistas del juego es su personalidad y la atención al detalle puesto en ellos. Cada vez que acaben con enemigos armados tomarán sus armas y se pertrecharán con lo que pillen, incluyendo cazuela y otros elementos; ponlos cerca de bebidas alcohólicas y empezarán a beber, emborracharse e incluso orinar. Es un ejército muy particular, que va en aumento en variedad y, por tanto, en profundidad, a medida que se va avanzando en la aventura.
La versión para PS3 no parece que vaya a presentar grandes cambios, aunque sí incluirá tanto el juego original como la expansión realizada, además de los elementos descargables, por lo que es una versión muy completa que conforme un juego de largo recorrido. La duda estará en la calidad de la conversión, sabidas las dificultades que tienen algunos estudios para pasar juegos de PC/360 a la consola de Sony, pero ha habido un tiempo considerable de desarrollo y el apoyo de Codemasters, que ya cuenta con una dilatada experiencia trabajando en la máquina, debería bastar para que no hubiera grandes problemas.
Afortunadamente, se trata de un juego que basa mucha fuerza en un cuidado y muy personal diseño visual, por lo que aunque ya no estará entre lo más puntero de la máquina, sí tiene cualidades visuales sobradamente atractivas como para no desentonar en el actual catálogo de PS3. Aunque se trata de una conversión, todos aquellos usuarios de la consola de Sony que no hayan podido probar este título harían bien en estar atentos, ya que además de algunos elementos de diseño destacados, un gran sentido del humor y posibilidades tácticas y estratégicas muy interesantes, es ante todo un gran juego.
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