Civilization Revolution, Impresiones
La saga Civilization se adapta a consolas con un título sencillo a la par que completo, capaz de satisfacer las necesidades de los más exigentes y de permitir que los novatos puedan dar sus primeros pasos.
La saga Civilization se adapta a consolas con un título sencillo a la par que completo, capaz de satisfacer las necesidades de los más exigentes y de permitir que los novatos puedan dar sus primeros pasos.
Firaxis nos ofrece una nueva visión de una de las sagas de gestión más famosas de todos los tiempos. Lejos de tratarse de un complejo título con infinidad de menús interminables y movimientos estratégicos muy meditados, elementos característicos de la saga hasta la fecha (mención especial a la cuarta entrega), se ha trabajado en esta ocasión en un Civilization apto para todos los usuarios de consola.
Así es, Civilization Revolution no va a llegar a los PC, hábitat natural de la serie, sino que está adaptado a los mandos de control de Xbox 360 y PlayStation 3 (más una entrega para DS de la que no vamos a hablar hoy). Con la intención de no meter a la fuerza las versiones de PC en consola, se ha creado un título completamente nuevo, mucho más sencillo de manejar, más asequible y de partidas más amenas y rápidas. Y gracias a 2K Games, ya hemos podido disfrutar de él y descubrir sus secretos.
El juego nos ofrece la posibilidad de 'Jugar ahora', a modo de partida rápida, o bien jugar partidas más largas e intensas, pudiendo seleccionar uno de los 5 niveles de dificultad que tenemos a nuestra disposición. Para los que quieran retos más concretos, podrán seleccionar uno de los 10 escenarios disponibles, en los que será obligatorio ajustarse a los requisitos de cada mapa para conseguir la victoria.
Si bien en algunos modos deberemos jugar con una raza determinada, en otros podremos seleccionar qué imperio queremos liderar. Los personajes disponibles son: César (romanos), Cleopatra (egipcios), Alejandro (griegos), Isabel la católica (españoles), Bismark (alemanes), Catalina (rusos), Mao (chinos), Lincoln (estadounidenses), Tokugawa (japoneses), Napoleón (franceses), Gandhi (hindúes), Saladino (árabes), Moctezuma (aztecas), Chaka (zulúes), Gengis Kan (mongoles) e Isabel I (ingleses).
Obviamente, seleccionar una civilización tendrá sus ventajas y sus inconvenientes, ya que cada una tendrá de inicio unas características particulares. Posteriormente, con la evolución y los avances, todas irán asemejándose entre sí, pero las ventajas iniciales pueden ser determinantes en muchas guerras. Resulta curioso y destacable el hecho de que las ciudades de las civilizaciones tendrán nombres reales.
Es decir, los romanos tendrán como capital Roma, los norteamericanos Washington o los españoles Madrid. Pero además, las ciudades que vayamos fundando a posteriori irán adquiriendo nombre (que podremos elegir entre varias opciones que se nos dan) de ciudades existentes en la actualidad. Por ejemplo, como españoles, hemos podido fundar Granada, Valladolid, Bilbao, Pamplona o Vigo, entre otras. Aunque también se ofrece la posibilidad de ponerles nombres personalizados a nuestras nuevas ciudades.
Las ciudades tienen un rango de influencia a su alrededor, y pueden aprovechar los recursos cercanos (por ejemplo, pesca si están al lado del mar, madera si hay árboles cerca, ganadería si hay animales, etcétera). En el menú de ciudad podremos determinar qué unidad queremos que se forme a continuación (colonos, guerreros, arqueros, barcos ), o bien la edificación que deseamos (cuarteles, bibliotecas, puertos ); otra opción es la de construir una maravilla (gran muralla, coloso, jardines colgantes ), pero sólo podemos construir una cosa de cada.
Obviamente, el número de turnos que tardará la creación será mayor cuanto más ambicioso sea el proyecto. Por ejemplo, una maravilla puede tardar mínimo 30 turnos, mientras unas tropas tardar unos 4. Es algo muy importante a tener en cuenta, dado que si queremos montar un ejército poderoso no podemos ocupar nuestras ciudades en una maravilla que tarde años en construirse. Eso sí, con oro pueden acelerarse los procesos de creación, aunque es algo caro y no válido con las maravillas.
Otra opción de las ciudades es la de crear carreteras para unir nuestras regiones entre sí; y también podemos determinar las prioridades en cuanto a los recursos naturales (centrarse en obtener alimentos, producción, oro, ciencia ). Poco más que hacer en el menú de las ciudades, clara muestra del sencillo interfaz del juego.
El turno no se acabará mientras tengamos tropas con opciones de movimiento. Tendremos tropas de exploración, para desvelar lo que se oculta bajo la densa niebla que lo baña todo en Revolution. Los colonos podrán fundar nuevos asentamientos, pudiendo ver los recursos cercanos de los que este se beneficiaría y seleccionar la mejor zona para ello. Para el ejército tendremos guerreros de a pie, caballería y, según evolucionemos, barcos y aviones de combate.
Obviamente, las armas y asentamientos evolucionarán según mejoremos nuestra tecnología. En todo momento, desde el menú de nuestro imperio, podremos decidir qué queremos que se investigue, lo cual llevará bastantes turnos. También cabe la posibilidad de negociar la tecnología con otras civilizaciones, o conquistarlas y robarles directamente lo que tengan a su disposición.
La burocracia será muy importante, y podremos firmar tratados de paz con las civilizaciones que vayamos descubriendo, o bien declararles la guerra. Una táctica habitual es la de firmar acuerdos de paz que se pueden romper en el momento que se considere más apropiado para los intereses particulares. Aunque para enfrentarse a grandes imperios, lo mejor es tener aliados y no ganarse enemigos sin más.
Para todas estas negociaciones, tanto internas como externas, aparecerán unos simpáticos personajes, caricaturescos, que añaden carisma al título, y con la opción de poder contestarles una de las respuestas que se nos ofrecen. La política también juega un papel importante, pudiendo cambiar el régimen de nuestro imperio según evolucionemos, con distintas ventajas a la hora de defender un tipo de gobierno u otro (sea tiranía, democracia, monarquía ).
Las opciones de juego van profundizando cada vez más, y la variedad de árboles tecnológicos y evolutivos ofrecerán muchas alternativas a nuestra civilización. Destaca la imagen de los personajes ilustres que irán poblando las ciudades cuanto más destaque nuestro pueblo en algún campo concreto. Por todo esto, Civilization Revolution es un juego con una longevidad envidiable, a la que hay que sumarle la siempre atractiva propuesta del multijugador online, donde deberemos acabar con las civilizaciones de nuestros amigos.
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