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Siglo XIII: Muerte o Gloria

Siglo XIII: Muerte o Gloria

Aquellos maravillosos años

Recrea más de 30 batallas históricas durante 15 campañas, comandando a los ejércitos y líderes más poderosos del siglo XIII, una época en las que las disputas se cerraban por medio de la espada, y el honor y la gloria eran los únicos motores que movían el mundo.

El medievo siempre ha sido una fuente de inspiración para los juegos de estrategia. En una época en la que las discusiones se zanjaban a blandir de espada, solamente los más valientes eran capaces de sobrevivir. Siglo XIII: Muerte o Gloria, nos transporta de nuevo a esos años.

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Buscar ejemplos de títulos que pertenezcan al género de estrategia, ya sea por turnos, en tiempo real o combinando, y que, a su vez, estén ambientados en el medievo, no debería ser una tarea muy difícil a estas alturas de la vida. Este explotado sector del ocio cuenta con varios representantes de gran calidad, y parece que la lista seguirá aumentando en integrantes con el paso del tiempo.

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Ha sido un nuevo grupo de desarrolladores, que se acogen bajo el nombre de Unicorn Games Studios, los que han osado aventurarse en este campo, publicando un juego cuyo título, de por sí, ya es bastante alentador, Siglo XIII: Muerte o Gloria. Un videojuego que nos permitirá recrear más de 30 batallas históricas a lo largo del siglo que lleva por título, controlando a algunos reinos de la época.

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Se hace casi obligado, antes de comenzar con más profundas explicaciones, buscar una comparación adecuada para este juego. Es fácil, en apariencia, encontrar una semejanza con los miembros de la saga Total War, y más concretamente en aquellos que basan su ambientación en el mismo periodo que el título que hoy analizamos. Sin embargo, Siglo XIII sigue manteniendo algunas diferencias.

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En primer lugar, el estilo general del juego es muy distinto, porque el juego de Unicorn Games se basa en recortar opciones que aparecían en Medieval: Total War, sobre todo en lo relativo a la estrategia por turnos o la gestión del reino, intentando de esa manera potenciar el desarrollo de otros aspectos del juego, únicamente la simulación de batallas en tiempo real.

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Contaremos con una serie de fases a superar, al estilo de una campaña, y con la posibilidad de personalizar partidas individuales o multijugador. Durante el primero, podremos controlar a los reinos de Francia, Alemania, Inglaterra, Rusia o incluso a las hordas de Gengis Khan, y el avance se basa en ir superando batallas históricas, a saber, 5 por facción. Se echan de menos más reinos en este modo.
Así, nos encontraremos dirigiendo a rey de Inglaterra, en su intento de aplacar la revuelta iniciada por William Wallace, o avanzaremos con Gengis Khan mientras nuestro enemigos tiemblan ante las hordas montadas que comandamos. Por supuesto, podemos alternar en cualquier momento entre un bando u otro, sin perder para nada los avances conseguidos.

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Además, si conseguimos desbloquear ciertos objetivos de cada uno de los bandos obtendremos otras 5 batallas de bonificación, siendo una de ellas la Batalla de las Navas de Tolosa, que además tiene el honor de ser la única en la que participa un reino de la Península. Es muy extraño, porque ya casi estábamos acostumbrados a ver los reinos de Castilla o Aragón en los juegos de estrategia medieval.

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Pero para los que no se conformen con únicamente 30 batallas, será posible personalizar combates hasta 6 participantes eligiendo de entre 21 facciones de la época. Estos encuentros no sirven para desbloquear nuevas fases, pero nos permiten practicar nuestras estrategias, a la par que se convierten en la única parte aprovechable del título una vez hayamos dado buena cuenta de las 30 misiones principales.

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Tendremos posibilidad de seleccionar bandos y mapa, y después asignaremos una cantidad de oro a la batalla. De esa manera, antes de iniciar el combate adquiriremos tropas con ese oro, e incluso podremos mejorar aspectos de las mismas como su efectividad con su ataque primario, secundario, moral, número de soldados en la unidad o autocontrol. Una vez personalizado el ejército, comienza la guerra...

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Ya se trate de un contexto histórico, o de un encuentro personalizado, el estilo de juego es exactamente el mismo. En primer lugar, tendremos a todas nuestras unidades bien formadas en el campo de batalla, expectantes ante el combate y esperando a que observemos con detenimiento el entorno que nos rodea, buscando los puntos más estratégicos en los que ubicar a nuestros soldados.

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Aprovecharemos que nuestras tropas esperan para hablar del nivel gráfico en este apartado, o mejor dicho, para alabarlo. El mayor trabajo que se ha realizado en Siglo XIII: Muerte o Gloria, después de la investigación histórica, ha sido sin duda, el diseño de personajes y elementos de escenario. Ciertamente, se consigue recoger la esencia de las batallas del medievo.
Los escenarios, perfectamente modelados, tienen el aspecto de un verdadero campo de batalla, con su árboles y otros elementos naturales perfectamente visibles. Incluso las elevaciones del terreno se aprecian perfectamente a simple vista. Mejor aún es darse cuenta de que estos pueden variar en iluminación según la hora del día, o en aspecto según la estación del año.

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Sin embargo, lo que ya no tiene tan buena pinta son las animaciones, que parecen demasiado artificiales en la mayoría de las ocasiones. Rara vez dos espadas opuestas se entrechocan en combate, y nunca vemos como un soldado atraviesa con su pica a un enemigo. No es que uno sea tan sádico que desee ver como propios y enemigos son cercenados, pero tampoco esperaba una falsa coreografía.

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Con todos estos datos en conocimiento, lo siguiente será establecer una estrategia para salir victoriosos de la contienda. En Siglo XIII: Muerte o Gloria, dispondremos de varios tipos de formaciones, tanto a nivel de unidad como referentes a todo el ejército. De esta forma, al mover nuestras tropas, intentarán colocarse de la manera que hemos definido tanto para ellos, como para todo el ejército.

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Esto significa que, si en nuestra formación de ejército ha propuesto que la caballería ocupe los flancos, siempre que movamos una agrupación de unidades en las que hay una tropa montada, estas se desplacen hacia los laterales, cumpliendo así con nuestras órdenes. Además, cada unidad formará independientemente, ya sea en línea, en círculo o incluso en cuña, según su tipo.

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También es posible definir la velocidad con la que cada tropa se va a desplazar, ya sea normal o con paso ligero. Atentos a abusar de este segundo estilo de marcha, porque suele hacer que las tropas lleguen cansadas al combate e incluso que se desmoralicen antes de tiempo. De igual forma, si una unidad es desplegada muy lejos de sus compañeros, veremos como su valentía se reduce.

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Por último, también seremos capaces de fijar un comportamiento para cada unidad. Podemos ordenar que mantengan la posición, que se lancen contra el enemigo en cuanto aparezca o que intenten rehuir el combate cuerpo a cuerpo. Evidentemente, cada estrategia dependerá del tipo de unidad. Por ejemplo, es preferible que los arqueros se mantengan alejados de un enfrentamiento directo.
Entendidos estos conceptos, el resto es pura intuición estratégica. Nada, excepto los movimientos del enemigo, puede hacernos adivinar cuál será su siguiente paso. Tampoco es recomendable lanzar todas nuestras fuerzas contra el oponente en cuanto tengamos la ocasión, ya que esto suele suponer, excepto en los casos donde contemos con superioridad muy alta, una derrota casi segura.

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Ubicar nuestros soldados con inteligencia también será un aspecto muy importante. Los arqueros serán más efectivos si su posición es elevada respecto al objetivo, y la caballería necesitará de un espacio abierto para que sus cargas sean verdaderamente eficaces. Proteger los puntos flacos con unidades resistentes se hace casi obligatorio, sobre todo al intentar mantener una posición.

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Otro aviso bastante lógico, los arqueros no cuentan con munición ilimitada, así que será mejor colocarlos donde desperdiciemos menos proyectiles. También existen unidades especiales, que suelen ser aquellas dirigidas por reyes o nobles. Una unidad de cada ejército hará las veces de general, que contará con el sonido del cuerno de batalla para aumentar nuestra decaída moral.

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Cuando las unidades se ven debilitadas, suelen recurrir a la supervivencia. Antes de verse aniquiladas comenzarán a correr como alma que lleva el diablo, y casi será imposible volver a recomponerlas para utilizarlas en combate. Esto también le sucede al enemigo, así que derrotar a su general y desmoralizar a sus soldados suele ser una de las mejores tácticas para conseguir la victoria.

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Todo esto se consigue mediante un manejo muy sencillo. Seleccionando las unidades, ya sean de una en una o en grupo, y después eligiendo el lugar donde van a moverse. Si quedamos pulsado en botón derecho del ratón, veremos una figura aproximada de cuál será su colocación, y si mientras lo mantenemos, arrastramos hacia los lados, veremos como la formación se ensancha o estrecha.

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Podremos crear agrupaciones de unidades, accesibles mediante un atajo de teclado, y hacer lo mismo pero con lugares del campo de batalla. Pulsando 'z', se nos delimitará cuál es el rango del alcance de nuestras unidades con armas de proyectil, y esto facilita en gran medida el hecho de desplegar las mismas en la batalla en curso, ya que contaremos con la ventaja de conocer su distancia efectiva.
Además de los atajos de teclado, un bonito interfaz de usuario nos permite acceder a las opciones más comunes de combate, ya sean formaciones, ritmo de movimiento o comportamiento frente al combate. Al lado de dichas opciones, un pequeño mapa que nos avisa sobre las ubicaciones de todas nuestras tropas y de las del enemigo, con echarle un simple y rápido vistazo.

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El aspecto sonoro de Siglo XIII: Muerte o Gloria, es bastante correcto. Como casi siempre, suelen primar los efectos frente a la banda sonora, compuesta primordialmente de ritmos que podrían llamarse medievales. Todos los combates y movimientos, incluso el vuelo de las flechas por el aire, están perfectamente incluidos en el sonido, y no suelen producirse efectos a destiempo.

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Casi lo mejor del título son las introducciones a las batallas, que nos narran el contexto histórico en el que se produjeron, e incluso como fue la victoria en realidad. Una verdadera lección de historia, que también podrán aprender los que no dominen el inglés, porque además de contar con subtítulos, estará narrada en nuestro idioma, y de forma bastante correcta.

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Ganando batallas, iremos adquiriendo mayor rango, en una especie de sistema de puntuaciones que nos servirá para desbloquear las nuevas fases y fanfarronear frente a nuestros amigos. Esta puntuación será más alta cuanto más claras fueron las victorias, y mucho más reducidas si se trató de un ajustado éxito. Podremos acceder a esta tabla desde el menú principal.

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Si exploramos un poco más las opciones del juego, veremos como todas aparecen de forma bastante clara y en completo y correcto castellano, al igual que el manual de usuario, bastante completo. Agradecemos el trabajo de localización realizado por los distribuidores y desarrolladores, porque permite a muchos más usuarios acercarse al título. Seguimos echando de menos una mayor cantidad de batallas históricas protagonizadas por nuestros antepasados, pero jugar en nuestro idioma es un buen detalle.

Como ya toca concluir, deberíamos resumir Siglo XIII: Muerte o Gloria como un completo simulador de batallas medievales, con buenas opciones y bastante entretenido. No es recomendable para los que prefieren un poco de gestión en los juegos de estrategia, y menos para los que gustan de largas campañas con una historia común. Sin embargo, es muy adecuado para jugar contra los amigos y pasar un buen rato.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.