Star Ocean: Second Evolution, Impresiones
Veinte años después de los sucesos de First Departure, Star Ocean vuelve a la carga en Japón en un logradísimo remake obra de Square-Enix. Al igual que ocurrió hace algunos meses con su antecesor, Second Evolution se coloca entre los mejores RPGs que han visto la luz en la portátil de Sony.
Veinte años después de los sucesos de First Departure, Star Ocean vuelve a la carga en Japón en un logradísimo remake obra de Square-Enix. Al igual que ocurrió hace algunos meses con su antecesor, Second Evolution se coloca entre los mejores RPGs que han visto la luz en la portátil de Sony.
Tri-Ace se convirtió rápidamente en uno de los grupos de desarrollo internos de Enix más importantes de la década de los 90', gracias a una excelente sucesión de títulos de culto cuya popularidad sigue hoy en alza. Valkyrie Profile o Star Ocean son dos llamativos ejemplos que curiosamente han visto reeditadas sus filas en el último año, con un port del VP original seguido de una secuela para PS2 y con los remakes de las dos primeras entregas de Star Ocean, rebautizándolas según su lapso temporal y dando por entendido que, a diferencia de SquareSoft, Tri-Ace sí que daba continuidad a sus RPGs.
First Departure y Second Evolution son ambos producto de una campaña de marketing ideada con el propósito de preparar la antesala del lanzamiento de Star Ocean 4, en pos también de descubrir la saga a un público fresco y deseoso de disfrutar con productos de este estilo -de corte similar a los primeros RPGs de PSX, que tanto triunfaron en Japón-. Una campaña llevaba a cabo desde un punto de vista muy distinto a los de NDS, contando con una capacidad técnica bastante mayor y con dos juegos con una historia lo suficientemente poderosa como para poder justificar toneladas de CGi's de estilo anime, voces y demás parafernalia referida al aspecto técnico de ambos.
Precisamente este es el motivo por el cual Second Evolution luce un aspecto muy parecido al de First Departure, incluso pese a tratarse de una adaptación de PlayStation y no de SNES. En el remake inicial que os ofrecíamos hace ya tiempo nos hacíamos eco de enorme impacto que causaba hacer una comparación entre la versión original del primer Star Ocean con el remake; esto es algo que no sucede con Second Evolution, al menos no de una manera tan exacerbada. Se ha mejorado el diseño de los protagonistas, los vídeos animados son mucho más llamativos y esporádicos que en el original, incluso los fondos prerenderizados lucen un mejor aspecto que en su día, pero todo ello palidece en comparación al cambio radical que pudimos apreciar en First Departure.
Lo mismo sucede con los escenarios que recorremos; el vasto continente de Expel, en el que aterrizamos inesperadamente en un proceso calcado al que vivirían Radix y compañía veinte años atrás en el tiempo, mezcla grandes ciudades con pueblos entrañables, cuevas oscuras con mazmorras grandilocuentes y, en fin, todos los elementos que hacen grande a un RPG de corte clásico -para aquellos que hayan crecido en la llamada generación Play' -. Los fondos que representaban los parajes originales se han rediseñado, convirtiéndose en planos prerenderizados similares a los de Final Fantasy VII a los que hay que añadir el mapamundi de antaño con el que viajamos de ciudad en ciudad, aunque nada tiene comparación a la calidad de los vídeos animados o CGIs que nos cansaremos de ver a lo largo de la aventura.
Pequeños cambios; una constante en el desarrollo de este remake al igual que lo fueron en el caso de First Departure; son pequeños elementos los que se han modificado para hacer la experiencia jugable más placentera y especialmente más asequible para todos los públicos, librándole de esa etiqueta típica entre los RPGs de culto que lo definía como un juego sólo apto para expertos, afirmación de que de hecho se aleja mucho de la realidad. Pequeños cambios que también se han puesto en práctica para alargar la vida del juego, una trampa que Square Enix ha incluido en el juego sin menor preocupación y que, pese a su aparente irrelevancia, es enormemente cargante a la larga; no existe posibilidad de saltar las escenas dobladas, generadas por ordenador con el motor gráfico del juego.
Estas clásicas escenas en las que varios personajes intercambian frases durante bastantes minutos y que muchas veces se leen antes de que el doblador comience a hablar y que inexplicablemente Square Enix nos condena a tragar sin remisión de cara a poder continuar con la aventura. El sentido común nos empuja a pensar que es una forma de alargar la vida del juego, quizás la faceta más criticada del mismo pese a los innumerables finales ocultos que alberga en sus adentros, aunque en realidad es la única explicación que tenemos para justificar que todos los diálogos -que transcurren a velocidades bastante pausadas- sean de obligada escucha antes de proseguir con el juego. Es algo muy molesto si tenemos en cuenta que hablamos de una portátil y no de una consola de sobremesa.
Los combates son quizás la parte menos agraciada de los gráficos, ya que toman una vista más cercana de los hechos y dejan la tendencia minimalista mostrada en el resto de apartados, un problema que se ve aliviado gracias a la gran cantidad de estrategias y de planteamientos de partida que nos ofrece el juego de cara a hacer frente a los enemigos más poderosos. No se puede decir que esto suponga una revolución frente a otros títulos anteriores como Grandia, que empleando el mismo sistema de combates ofrecían menos opciones en lo que a estratagemas o a órdenes directas se refiere. Lo cierto es que la jugabilidad, con los pequeños momentos de asueto que nos proporcionan las conversaciones entre miembros de la misma banda, poco o nada ha variado con respecto a The Second Story (sobrenombre original de la segunda entrega en Norteamérica, que recordemos nunca llegó a verse por tierras europeas).
El sonido es otro apartado en el que Square Enix ha ahondado mejorando tanto la calidad del sonido (en gran parte también lógicamente gracias a la capacidad de la consola) como gran parte de los diálogos, incluyendo un nuevo doblaje en el que además se amplía el número de frases pronunciadas por personaje. En otras palabras esto se traduce en un notable incremento de diálogos y de escenas habladas, amén de las escenas de anime, que pese a su ritmo pausado influyen en la mejora de la ambientación tan buscada por Square-Enix para este remake. Las melodías y la variedad de canciones se enmarcan dentro del aspecto que atañe a la mejora de calidad del sonido más que al de novedad, ya que la banda sonora ha experimentado pocos cambios con respecto a la original.
Si centramos nuestra atención en el caso particular de Second Evolution, y teniendo en cuenta todo lo anteriormente ya dicho, no nos cabe la menor duda de que Square Enix tomó buena nota de los problemas que padecía First Departure a la hora de terminar la elaboración de su continuación. El resultado es igualmente notable pero sin el impacto que producía el factor sorpresa del primero, lo que en resumidas cuentas viene queriendo decir que técnicamente ambos se encuentran a un mismo nivel salvando los inconvenientes que se han corregido para la ocasión.
Queda pendiente una futura noticia sobre el lanzamiento de ambos Star Ocean en occidente y, si cabe alguna posibilidad, también en Europa. Crisis Core ha tardado algo más de un año en ser confirmado por estos lares, un hecho que dice mucho en contra de imaginar que Square Enix se pronunciará próximamente al respecto. De lo que no cabe duda es que esta línea que sigue la empresa japonesa es la adecuada si quiere seguir basando su filosofía en recuperar éxitos pasados y no la de FF I & 2. De hecho diríamos que hasta la fecha esta es la cara que más recuerda a la época dorada' de SNES.
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