Una visión, un propósito

Dado que los redactores de videojuegos no son máquinas sin sentimientos y todos tienen sus juegos favoritos, resulta en ocasiones difícil coger la suficiente perspectiva para tratar de hablar objetivamente de uno de ellos. En esta ocasión, este redactor que suscribe ha intentado hacerlo de forma completamente desapasionada, esforzándose para olvidar que Command & Conquer 3 ha sido uno de los títulos a los que más satisfactoriamente ha dedicado su ocio en estos últimos meses.

Tras casi un año de espera después del lanzamiento de 'Tiberium Wars', desde la factoría de Electronic Arts Los Angeles nos llega su primera expansión: La Ira de Kane. Como el juego original ya fue analizado en su momento tanto en su versión de PC como en la de Xbox 360 y dado que esencialmente nos encontramos ante una ampliación del mismo producto, hemos tratado de concentrar nuestro énfasis en el contenido nuevo que tenemos ante nosotros, pormenorizando los detalles que atañen y afectan al jugador que ya conoce el título original.

Para empezar, Joe Kucan ha vuelto. El emblemático actor que interpreta al infatigable Kane sigue siendo lo mejor del argumento del disco, que se concentra en ir rellenando huecos de la historia que nos perdimos entre las distintas guerras del tiberio. La campaña principal se divide en tres actos que comprenden un total de una docena de misiones más una extra a modo de epílogo, en los que siempre controlaremos a la división Nod aunque con algunos matices.

Cada acto viene separado por un salto temporal que dificulta ligeramente la comprensión global del tema, a menos que éste se tenga bastante fresco en la memoria. Eso sí, los encargos que tenemos que acometer en las distintas fases siguen gozando de la variedad que vimos en la entrega original: misiones de defensa, de ataque puro y duro, de escolta... aunque la mayoría terminan con la tarea de tener que construir una base, adquirir un ejército de considerables proporciones y arrasar con toda fuerza hostil que encontremos en nuestro camino.

Estos ejercicios de maniobras tienen la intención - más allá de entretenernos, se sobreentiende - de dar a conocer parte de las nuevas unidades incorporadas para la ocasión, ya sea de forma directa (manejándolas) o indirecta (sufriendo sus ataques). En cualquier caso y aunque alguna de ellas necesita en nuestra opinión alguna modificación al respecto, se ha mantenido con gran acierto el balance entre las tres facciones enfrentadas: los GDI, los Nod y los particulares Scrin. Ahora, simplemente, hay más posibilidades.

Muchos de estos nuevos añadidos, lamentablemente, no podremos observarlos en las escaramuzas clásicas de Command & Conquer 3, dado el carácter frenético que suelen tener las partidas online. Si una partida se divide en inicio, juego medio y etapa final, son pocas las veces que llegamos a la segunda etapa... por no hablar de la tercera. El viejo comentario 'No rush' en el chat del Starcraft es contraproducente aquí, ante precisamente el título de estrategia en tiempo real ideal para los jugadores amantes de emociones fuertes y rápidas.

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No obstante, es menester comentar lo que hay, que no es poco. Para empezar, cada una de las tres razas principales ha recibido dos subfacciones específicas que vienen a modificar ligeramente o substancialmente la experiencia de juego. Es decir, no existe un cuarto actor en discordia que se añada a los actuales contendientes, pero ahora existen seis posibilidades más en total donde escoger que hay que tener en cuenta.

Como se ha dicho, algunas de las subfacciones aportan modificaciones severas al plan de juego original de la raza; como se puede aprender durante la campaña principal, con las primeras que nos familiarizamos son las Nod: una alternativa cyborg basada fuertemente en la infantería pesada y La Mano Negra, que es un grupo bastante interesante que puede cambiar radicalmente la estrategia de muchos jugadores de esta facción al no incluir unidades voladoras. Reciben buena dosis de vehículos sin embargo, incluyendo un nuevo avatar con el que hay que tener cuidado.

Los GDI pueden escoger entre dos bandas, ambas con distintas posibilidades para concentrar unidades en el interior de todos (verdaderamente todos) los vehículos posibles. La nota de color la ponen los Scrin, porque con su variante 'Viajero-59' supone un nuevo y completamente distinto enfoque a las tácticas alien. Concretamente, disponemos de una unidad cuya máxima eficacia se despliega cuando tiene muchos enemigos delante y puede controlar las mentes de todos simultáneamente, dirigiéndolas contra sus agresores.

Cada facción principal, además, recibe también nuevas unidades de las que vale la pena destacar. En primer lugar, los GDI reciben dos tipos adicionales de tropa aérea que vienen a rellenar el gran hueco que esta raza tenía en su arsenal. Presumiblemente, el Hammerhead (un avión multipropósito) va a convertirse en un habitual por su flexibilidad en las futuras partidas online de la Ira de Kane, junto con el nuevo tanque que arrasa cuanto más concentradas están las tropas en un mismo punto.

Los Nod reciben artillería pesada que, en la línea de estos rebeldes, también puede volverse invisible. Aparte también incorporan una unidad que nos ha encantado y que endurece la hasta ahora frágil piel nodita, un transporte capaz de llevar hasta tres tipos de unidades distintas y que podemos convertir en un búnker bastante resistente, aunque una sola vez. Lo hemos probado en un par de ocasiones con resultados francamente satisfactorios, a falta de probarlo contra adversarios humanos en cuanto podamos acceder online.

Los Scrin son tal vez los que se ven favorecidos con el pez más gordo, aportando savia nueva al clásico batallón de aéreos que arrasaban con las bases desde arriba. Una especie de ciempiés altamente customizable (nace con la cabeza solamente pero se le van añadiendo unidades a muy bajo coste) a buen seguro pasará a formar parte del ejército permanente de los jugadores que favorecen esta raza, junto con una nueva infantería de élite que por lo menos añade algo de calidad a este su apartado menos agraciado.

Además de los avatares propios de cada uno (el Juggernaut, el Tripod y el Avatar Nod), se han creado unas nuevas superunidades que, como dijimos, raramente se verán en las escaramuzas debido al tiempo que se tarda en construirlas. Eso sí, son simplemente impresionantes y no sólo por lo espectacular de su tamaño (lo del tanque GDI es ya desmesurado) sino por su capacidad para recibir y causar daño y por la cara de 'pero qué diablos...?' que se le queda a uno la primera vez que ve llegar una de estas monstruosidades a los aledaños de su base.

Llegando al contenido extra, es imprescindible citar el modo de 'Conquista Global', un intento de mezclar estrategia por turnos con estrategia en tiempo real en un tablero tipo RISK y como ya intentaran otros juegos como Warhammer. Sinceramente, aunque resulta algo bastante curioso y a los ojos de muchos puede parecer interesante, creemos que es un modo que llega aquí falto de un poco de maduración porque, en esencia y siempre bajo nuestra opinión personal, es lo menos divertido del juego en sí.

Respecto a los mapas, por lo menos 25 nuevos escenarios se han añadido para disputar escaramuzas en ellos contra oponentes online y offline, aunque la Inteligencia Artificial que rige el juego - aliada y enemiga - no se ha mejorado en absoluto y aún presenta las pequeñas lagunas que mostraba la versión original que de vez en cuando nos obligan a hacer correcciones en los movimientos de las unidades o a no comprender el curso de acción de nuestros adversarios.

A nivel técnico nos encontramos delante de exactamente lo mismo que ya vimos el año pasado; el juego se mueve con excepcional suavidad y todo lo que muestra lo hace excelentemente, lo que viene a demostrar que el motor sigue estando en plena forma a pesar del paso de los meses. A nivel de audio todo son elogios, con una banda sonora espectacular, unos efectos de sonido muy bien conseguidos y un doblaje al castellano al nivel que nos tiene acostumbrados Electronic Arts.

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