El fin de la humanidad

A pesar de que, históricamente, la estrategia ha sido un género que sólo ha sido capaz de desplegar sus alas al máximo en PC, las compañías no desisten en su empeño de intentar conseguir trasladar sus éxitos a las consolas de sobremesa. No es nada nuevo, y ya en muchas ocasiones nos topamos, por ejemplo, con Sim Cities de 16 bits, Warcraft 2 en las 32 bits, Starcraft en Nintendo 64…

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La calidad había sido muy dispar en cada uno de los casos, pero nunca hubo ninguna duda al respecto de que las versiones originales para PC eran muy superiores, por mucho que en consola se intentase maquillar con accesorios de teclado y ratón. En esta generación, está siendo Xbox 360 la que está destacando por encima de sus rivales en el género, con títulos como Batalla por la Tierra Media 2, Command and Conquer 3 o el que nos ocupa, Universe at War.

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Sin duda, una gran ventaja de las similitudes entre los PC y la consola de Microsoft es que el paso de una plataforma a otra es bastante natural, y no cuesta demasiado lograr que estas reconversiones sean de bastante calidad. Eso sí, sigue sufriendo principalmente de un elemento fundamental para el género: el teclado y el ratón, armas que se adaptan con bastante precisión al mando de 360 pero no termina de ser el sistema de control idóneo.

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Pero el encanto de Universe at War radica en que no va a ser la típica historia en la que los humanos pelean con uñas y dientes para acabar saliendo victoriosos, ya que queda bastante patente a lo largo de sus primeras misiones que no son rivales para estos alienígenas. Serán los Novus, una raza de androides altamente sofisticados, los que plantarán cara a los Hierarchy, como enemigos naturales de los mismos y bajo el liderazgo de The Founder.

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Así se iniciará un recorrido a lo largo de tres campañas bien diferenciadas (después de los tutoriales, que nos llevarán a controlar a los Novas mientras preparan a su ejército y a los humanos en pleno apogeo de su desesperación). En la primera, controlaremos a los Novus, bajo la forma de su héroe Mirabel (clon de la última superviviente de los Novus originales) y Víktor (un potente exoesqueleto de combate).

En la segunda campaña el protagonismo recae sobre los Hierarchy, una raza despiadada que, bajo el liderazgo de Orlock el Eterno (quien también tiene un exoesqueleto), intentará destruir el planeta. Para la tercera parte, nos espera una sorpresa con la aparición de los Masari, que surgen de las profundidades de la Tierra, en donde se habían pasado milenios escondidos, y lucharán por defender su nuevo hogar liderados por su reina, Altea.

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Cada facción tendrá sus propias características. Los Novus serán muy veloces (utilizan la red eléctrica para desplazarse) y serán criaturas orientadas al ataque, careciendo de todo tipo de estructuras defensivas. Los Hierarchy son criaturas lentas, pero con mucha potencia de fuego y de reclutamiento. Los Masari, por su parte, tienen un elevado nivel tecnológico y dominan las fuerzas místicas de la lluz y la oscuridad.

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A partir de ahí, comienza la fase de creación de unidades, de diversos tipos y funciones. Los menús nos indicarán de forma práctica y sencilla las funciones de cada una, así como sus características propias. Cabe destacar la figura del héroe, de quien dependerán gran parte de las opciones de victoria de cada enfrentamiento, y cuya caída suele conllevar el fracaso de la misión.

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Las tácticas serán lo primordial, y no bastará con explotar al máximo las habilidades de la especie con la que estamos jugando, deberemos también utilizar nuestro sentido común para no lanzarnos a una muerte segura. Algo que, no obstante, la máquina no hace demasiado, lanzándose directamente al ataque, buscando la destrucción directa. Esto es algo lógico de cara a lo que es la ambientación del juego en sí, pero a nivel de entretenimiento se hace alto extraño.

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Además del modo campaña, el juego nos ofrece la posibilidad de disputar Escaramuzas independientes o de un imprescindible modo multijugador. En ellas se podrán determinar algunos parámetros, tales como si la victoria dependerá de la conquista o de la aniquilación, el escenario o si la muerte del héroe acarreará consigo la victoria para la facción rival o no. Además, a través de Xbox Live, se podrá disputar el modo 'Conquista del Mundo', así como las habituales partidas igualadas o de jugador.

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El RT controla el mapa, mientras RB abre el menú de unidades que tenemos disponibles. LT, a su vez, nos abre el menú de habilidades de las unidades o edificios que tengamos seleccionados. Si no tenemos nada marcado, entonces nos abrirá el menú general. LB servirá para acceder al cuadro de investigación. Y los dos analógicos servirán para mover la cámara de distintas formas (acercar, alejar, girar, moverse por la pantalla…), además de para moverse por los menús.

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Los botones A y X completarán el sistema, empleándolos para seleccionar cosas, marcar todas, hacer un campo de unión de tropas, etc. Los botones B e Y tienen funciones más limitadas, aunque en ocasiones son útiles. Es obvio que, ante esta nueva disposición de los elementos, hubo que adaptar los menús para que se presenten de forma más dinámica y agradable. Cabe decir que el resultado es muy satisfactorio, aunque puede resultar algo menos intuitivo el andar girando por el mismo en busca de lo que queremos.

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Con esto no queremos decir que sea malo gráficamente, ni mucho menos, ya que ofrece justamente lo que tiene que mostrar y con bastante detalle. Edificios en ruinas, diversos tipos de tropas, vehículos, vegetación… todo es fácilmente distinguible, aún cuando, por circunstancias, el tamaño de algunos elementos sea bastante limitado y no se pueda apreciar todo su grado de detalle.

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Sin duda, lo más atractivo a nivel visual son los ataques, con efectos de distorsión siguiendo la estela del disparo (especialmente si son láseres) y explosiones bastante sorprendentes, que desencadenan reacciones en cadena y ondas expansivas. Desgraciadamente, en su paso a Xbox 360, todo este espectáculo visual está lastrado por las puntuales ralentizaciones que entorpecen un poco la acción.

El apartado sonoro es digno de elogio, con melodías intensas y potentes, capaces de transmitir la tensión de cada una de las situaciones en las que nos toparemos. Se ha mantenido el trabajo de doblaje en inglés, algo que ya ocurría en la versión para PC, pero todo está perfectamente traducido al español, sea en los menús o mediante subtítulos.

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En cuanto a jugabilidad, poco más que decir a lo que comentábamos antes de su adaptación al mando de Xbox 360. Es un sistema muy dinámico y sencillo de dominar, lo cual unido a un título de por sí bastante directo y asequible, ofrecen como resultado un juego fácil de abordar, largo y con mucha diversión a través de una estrategia sin muchas complicaciones. No es la quintaesencia de la estrategia, pero sí que es un título bastante interesante y divertido.

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