Cuando tenemos delante un juego con un dos al final, siempre nos ponemos a la defensiva. En este caso esa postura está más que justificada, y no porque el nivel de la saga haya descendido, sino porque se ha quedado como estaba, ni más ni menos. Para quien haya jugado a la primera entrega poner este nuevo cartucho puede provocarle una sensación de deja vu tan grande que empezará a dudar de qué juego ha puesto. El nuevo juego de Hudson es "más de lo mismo", con mayúsculas y con un año de diferencia. La fiebre del minijuego
El título basa su jugabilidad en dos propuestas fundamentales: el modo aventura y el juego clásico. El primero es la apuesta principal del título y lo que hace que este juego no sea un Bomberman como los que estamos acostumbrados a ver. En este modo, acompañaremos a Bomberman y sus amigos a un parque de atracciones repleto de minijuegos. Decir más del guión es darle más importancia de la que realmente tiene. En ese parque podremos ir completando minijuegos y pequeños puzzles que nos reportarán objetos nuevos con los que seguir avanzando en el juego.
El mismo planteamiento minijuego-rpg de la primera entrega, una fórmula muy resultona que redondea el título y le da algo más de cuerpo. En total encontraremos más de 40 minijuegos repartidos por los diferentes escenarios que configuran el parque de atracciones. Son minijuegos bastante originales pero que la mayor dificultad que plantean la mayoría de veces es entender qué hay que hacer, porque las explicaciones no son de gran ayuda y no se acaba de entender el funcionamiento del juego hasta que comienzas a jugarlo. Una vez completado el minijuego con la puntuación mínima que nos exige, pasa a estar disponible para rejugarlo y conseguir así un nuevo objeto al batir el récord. También se desbloquea fuera del modo aventura de manera que podremos repetirlo siempre que queramos sin necesidad de cargar la partida, entrando en el modo diversión.
El segundo modo, el clásico, recupera el sabor de los Bomberman antiguos, un escenario con bloques y un jugador en cada esquina, hay que abrirse paso a través de los bloques utilizando bombas cuya explosión puede eliminar a nuestros contrincantes o a nosotros mismos. Una propuesta divertida, la esencia del primer Bomberman, que se disfruta mucho más jugando en compañía. The Bomb World
"Bomberman Land" no es sólo un nombre continuista de la saga, es también un avance de lo que nos vamos a encontrar, un mundo donde las bombas son tan comunes como en España las rotondas. Todo el universo está plagado de bombas: normales, de agua (que actúan como fuentes), con forma de balón de fútbol,... Las bombas son el sello de la casa y se integran muy bien en la historia, es un bonito detalle.
El apartado gráfico, basado en sprites, cumple su función de la misma manera que los sprites del primer Bomberman Land Touch cumplían, básicamente porque son los mismos. Gráficos alegres impregnados del mundo Bomberman. En cuanto al sonido, una música alegre, de circo, nos acompaña todo el tiempo sin llegar a hacerse pesada.
Multijugador
Como ya hiciera su antecesor, el juego incorpora juego en red, una opción para jugar con otros amigos cercanos a los minijuegos desbloqueados y otra basada en los consabidos códigos de amigo para el modo clásico, permitiéndonos jugar por Internet. Al jugar en línea el modo clásico reduce el número de jugadores en este caso de ocho a cuatro, sin embargo, esta reducción, que a primera vista podría parecer un problema, queda totalmente olvidada al descubrir que el nuevo sistema de batalla en Internet no es compatible con el antiguo, así que los jugadores de Land Touch! 2 disfrutarán de un modo online con nuevos mapas y power-ups, pero no podrán jugar con los usuarios de Land Touch! Comparándolo con... Con Wario Nintendo les enseñó a las desarrolladores lo que se podía hacer con una DS y un poco de imaginación, igual que con los minijuegos que incluyó con el título de lanzamiento Super Mario 64. Cualquiera de esos dos podría ser un digno competidor del título que nos ocupa, puesto que el aporte del rol es tan diminuto que Bomberman Land es, primero, un compendio de minijuegos y, después, un RPG.