Dragon Quest Swords, Impresiones

Después del aclamado Dragon Quest VIII para PS2, por fin podremos disfrutar de una nueva entrega de esta saga en territorio europeo. Verano de 2008, esa es la fecha que los seguidores de Toriyama tendremos que marcar en nuestro calendario para ver si el 'spin off' de la franquicia original está a la altura de las expectativas. En Meristation ya hemos probado este Dragon Quest Swords, ¿Quieres saber qué te espera en el reino de Avalonia?

Mucho ha llovido desde que durante el E3 de 2006 Square-Enix anunciase dos de sus más ambiciosos proyectos para la que iba a ser la nueva consola de Nintendo y que iba a salir a la venta durante las navidades de ese mismo año. Dos entregas no numéricas de sus mayores franquicias -Dragon Quest y Final Fantasy- iban a aparecer en Wii para aprovechar al máximo las novedades de esta consola, reservando de momento los juegos más clásicos y tradicionales para el resto de plataformas. Final Fantasy Crystal Chronicles: The Crystal Bearers y Dragon Quest Swords: The Masked Queen and the Tower of Mirrors eran los dos kilométricos títulos de estos juegos, los cuales llegarían a tierras niponas durante los siguientes años.

Y aquí estamos hoy dos años después, mientras aún esperamos impacientemente a que se anuncie la fecha de salida del título basado en el universo Final Fantasy, teniendo el placer de adelantaros de primera mano las impresiones que nos ha causado el juego centrado en el mundo de Dragon Quest, el cual lleva a la venta unos meses en el mercado extranjero y del que nos hemos agenciado una copia americana para hacer más llevadera esta espera y con la que saciar vuestras ansias de información.

Ese anciano resulta ser maestro espadachín Dao, el cual no tarda en percatarse que entre el público asistente a lo que parece ser un torneo de lucha, se encuentra el hijo de su pupilo Claymore, al que invita a medir sus fuerzas en un combate contra él para poner a prueba la valía del descendiente de uno de los espadachines que derrotaron al Portador de la muerte. Tras un rápido combate que nos servirá como tutorial y en el que nos enseñará a efectuar los movimientos básicos de ataque y de defensa con la espada y el escudo -todos ellos exclusivamente con el Wiimote-, pasaremos a aprender a efectuar nuestra técnica más poderosa, el Golpe Final, con el que podremos liberar toda la energía acumulada durante un combate en forma de un ataque definitivo que causará estragos entre las filas enemigas. Una vez finalizado este rápido tutorial, podremos darnos un paseo por el castillo para hablar con los que se encuentran en él en ese momento, rompiendo de esta manera la extendida leyenda urbana de que DQS es exclusivamente un juego sobre raíles en el que no podremos controlar los pasos de nuestro personaje. Nada de eso.

A primera vista, el control del juego durante los combates cumple bastante bien, permitiéndonos efectuar cuatro tipos de movimientos estándar con la espada -horizontal, vertical, diagonal y frontal-, un ataque especial, y la posibilidad de defendernos con el escudo apuntando a la pantalla. Este catálogo de movimientos se intuye escaso en un principio para un juego a la altura de Dragon Quest, aunque como veremos más adelante, las posibilidades aumentarán progresivamente, ofreciendo una variedad bastante amplia que no permitirá que la jugabilidad se convierta en un repetitivo y monótono agitawiimotes.

Por si fuera poco, y como ya hemos comentado, habrá momentos en los que podremos movernos libremente por los escenarios e interactuar con los personajes. Desafortunadamente, el hecho de que para movernos tengamos que utilizar exclusivamente la cruceta del Wiimote en vez del stick del Nunchaku en pos de la utilización de un sólo mando, conseguirá que estos paseos se hagan de una forma muy poco natural y cómoda para el jugador, cosa que sí que se habría conseguido si se incluyese en el control el mando complementario.

Y aquí comienza la verdadera aventura. Como ya sabíamos casi todos, los momentos de acción sí que están incluidos en una especie de pantallas sobre raíles que limitarán bastante nuestra movilidad, ya que no tendremos la posibilidad de desviarnos del camino principal y sólo podremos avanzar y retroceder hasta que nos encontremos con un grupo de enemigos, que para  agilizar la experiencia, saltarán directamente sobre nuestro camino y harán que comience la pelea sin la típica escena preintroductoria que nos hacía perder unos cuantos segundos y que hacía que fuese todo un poco más lento y tedioso como en el resto de DQs. Una vez hayamos vencido a unos cuantos grupos bastante fáciles de slimes y de topos con las consecuentes subidas de experiencia y de nivel, llegaremos a la cueva Caliburn, que marca el comienzo de nuestra prueba.

Durante el recorrido por la cueva seguiremos enfrentándonos con pequeños grupos de enemigos, aunque en esta ocasión deberemos estar más atentos durante las peleas, ya que no nos valdrá con agitar como locos el Wiimote como podíamos haber hecho en los combates anteriores. Los slimes venenosos nos obligarán a utilizar el escudo si no queremos caer intoxicados por sus babas, mientras que los grupos organizados de murciélagos nos obligarán a fijar el blanco en un determinado punto de la pantalla para que con un sólo espadazo podamos acabar con tres de ellos a la vez. Por último, para acabar con los arqueros tendremos que tener buenos reflejos, ya que si queremos golpearles, tendremos que lanzar un espadazo justo en el momento en que sus flechas vayan a impactar contra nosotros, devolviéndoselas en un ataque crítico capaz de destruir las rocas con las que se defienden de nuestros golpes.

Una vez superada esta primera misión, empezará a fraguarse la verdadera trama principal del juego, ya que tras regresar del Camino del Valiente nos encontraremos con la noticia de que la reina ha abandonado repentina y misteriosamente la ciudad. Su desconsolado hijo Anlace vendrá a nuestra casa a pedir que Claymore, el gran guerrero que perdió un brazo durante la derrota de Xiphos, sea su guardaespaldas durante el viaje a Galantyne Glades. Pero nuestro padre se niega en rotundo, ya que acepta que si la reina ha escapado en secreto, es porque no quiere que nadie la siga. Pero preocupado por la integridad de Anlace ante su decisión de viajar con nuestra ayuda o no, nuestro padre nos invita a que seamos nosotros los que le acompañemos en la travesía, y como no podía ser de otra manera, aceptamos.

Y hasta aquí podemos seguir leyendo, ya que no queremos destriparos completamente las sorpresas que os esperarán tras las primeras horas de juego, que prometen ser muchas, ya que el título está plagado de minijuegos alternativos con los que conseguir nuevos objetos o armas, además de la posibilidad de repetir algunas fases para conseguir mejor puntuación y recibir valiosos items y aumentar nuestro prestigio entre los ciudadanos.

Las sensaciones que hemos tenido con este Dragon Quest Swords no podían ser mejores, ya que se aúnan en un mismo título la jugabilidad y puesta en escena 'más Wii', con la jugabilidad, profundidad y seriedad de la vieja escuela, ofreciéndonos un juego que pese a lo radical en su concepto que puede parecer a primera vista, destila un regusto a juego de la vieja escuela que enamorará a los amantes de los RPG más exigentes.

Esperemos que Square-Enix nos traiga una magnifica traducción del juego -y después de lo que veremos mañana con Fire Emblem, ojalá también venga doblado-, y que los jugosos extras y novedades que han prometido que incluirá la versión 'Internacional' europea, de verdad merezcan el retraso que hemos sufrido comparado con nuestros vecinos nipones.