Crusaders: Thy Kingdom Come
Las primeras cruzadas se convierten en el tema central sobre el que gira este juego de estrategia en tiempo real, en el que diferentes facciones luchan por conquistar la tres veces santa Jerusalén.
Las primeras cruzadas se convierten en el tema central sobre el que gira este juego de estrategia en tiempo real, en el que diferentes facciones luchan por conquistar la tres veces santa Jerusalén.
La estrategia en tiempo real tiene una larga y compleja tradición cuyos orígenes y ramificaciones no son tan obvios como podría parecer. Pero lo que no se puede negar es que la saga Total War ha popularizado una manera de entender la estrategia en videojuegos muy propia, elaborando y desarrollando una forma tan efectiva como vistosa de organizar tus ejércitos y liderarlos en batallas masivas.
Pero la fórmula de Creative Assembly también admite otras variantes más allá de la 'guerra total', estudios como Black Hole también han utilizado una fórmula muy similar para juegos como Warhammer: Mark of Chaos, en el que se deja al jugador el control de un gran número de unidades capaces de enzarzarse en brutales choques armados, aunque con diferencias -menor número de unidades en pantalla, presencia de soldados individuales de gran importancia y otros detalles-. Es una fórmula que está lejos de haberse explotado y todavía sigue creciendo, tanto en el seno de Total War como en otros títulos que sigan su estela.
Esta distinción es necesaria a la hora de hablar de Crusaders: Thy Kingdom Come, ya que la primera impresión es la de estar ante un clónico algo descarado de Total War: Medieval 2. Y aunque algo de inspiración parece haber, también existen los suficiententes elementos propios como para concederle el beneficio de la duda. Sí, es un juego de estrategia en tiempo real basado en combates masivos con tropas de corte medieval; sí, tiene una topología variada y un sistema de cámaras libre con las que visualizar el campo de batalla; y sí, la disposición de las tropas es muy parecida a la de los Total War, con banderas representativas que se pueden usar para seleccionar grupos y establecer formaciones. Pero debajo de esa superficie se esconden algunas ideas propias que podrían propiciar una experiencia distinta.
De esas potenciales diferencias, se hacen patentes dos. La primera es que el número de unidades no es tan masivo como en Medieval 2, si bien es cierto que pueden haber cientos de unidades en el campo de batalla, no se llega a la cifra de los Total War, lo que proporciona un ritmo diferente a la partida. Tampoco hay un metamapa que tenga mucha importancia, de modo que el juego morirá o vivirá por las propias batallas; es de ahí donde deberá cumplir y ofrecer situaciones interesantes para conseguir destacar.
Dado que es un juego con raíces históricas y personajes reales, conseguir reproducir ese realismo de modo que sea entretenido y aporte algo al jugador puede ser uno de los principales retos, pero también un buen aliciente para dar color a las diferentes facciones que se dieron cita para cumplir la voluntad del Vaticano de reclamar tierra santa, cada una liderada por poderosas e influyentes personalidades, con sus propios motivaciones y recursos -también habrá facciones sarracenas para los que quieran jugar el papel de defensores o simplemente controlar fuerzas muy diferentes a los acorazados cruzados-.
Esas líderes constituyen la columna principal en la que se apoya uno de los puntos distintivos de este Crusaders, ya que esos líderes aportan habilidades propias y únicas a la batalla que los mejores jugadores podrán usar para lograr efectos inesperados en combate. Conocer estas habilidades también representa conocer el tipo de tácticas que son más favorables a las unidades a tu cargo, así como sus puntos fuertes y débiles, un conocimiento que será fundamental a la hora de avanzar por el modo campaña -dividido en 15 misiones-, o a través de alguno de los escenarios históricos disponibles, además del modo multijugador.
Técnicamente, Crusaders es un título que apunta alto y apuesta por un considerable grado de detalle en las unidades, así como en una bella representación del tipo de terrenos que se pueden encontrar desde Constantinopla a Jerusalén, si bien la animación hoy por hoy no está del todo optimizada, lo que le da una sensación de brusquedad en ciertos momentos. Además, la meteorología también jugará un papel durante la batalla, no sólo estético sino también estratégico, pues las diferentes condiciones atmosféricas afectarán a factores como el movimiento de las tropas.
Pese a que se trata del primer proyecto del estudio Neocore Games, es un título que destila confianza en las capacidades propias del equipo. Crusaders: Thy Kingdom Come es un juego que luce bien y presenta varias ideas que, de ser desarrolladas correctamente, podrían conseguir un adecuado y diferente. Pequeños aspectos como comprar reliquias religiosas para aumentar tu prestigio y moral, la aparente variedad de unidades distintas que se pueden incorporar a tus tropas, o como la importancia del líder y su influencia en la batallas, pueden ser elementos que inclinen la balanza a favor de un título ciertamente prometedor.
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