Lost Planet: Extreme Condition, Impresiones
Capcom aprovecha el excelente trabajo realizado con Lost Planet para ofrecerlo a los usuarios de Playstation 3. Criaturas colosales, armas demoledoras , mechs y acción sin descanso son algunos de los elementos que forman parte de este título
Capcom aprovecha el excelente trabajo realizado con Lost Planet para ofrecerlo a los usuarios de Playstation 3. Criaturas colosales, armas demoledoras , mechs y acción sin descanso son algunos de los elementos que forman parte de este título
Cuando PS2 comenzó su andadura tuvo un primer año bastante parco en contenido, en el que además muchos títulos no mostraban la supuesta superioridad de la máquina de Sony con especto a la ya establecida Dreamcast. Tuvo que ser Capcom, con Devil May Cry, la que ofreciera por primera vez un juego a la altura de las desorbitadas expectativas que se habían creado alrededor de la nueva máquina de Sony y su Emotion Engine.
Hoy en día las cosas han cambiado bastante con respecto a ese escenario, pero hay un elemento que permanece inalterable: Capcom sigue siendo parte de las primeras compañías en sacar jugo a las nuevas máquina para realizar juegos a la altura de las expectativas. Sus dos primeros juegos en esta generación para 360 -Lost Planet y Dead Rising- son títulos que marcan una considerable distancia con respecto a lo que se pudo ver con las anteriores máquinas: cientos de criaturas detalladas en pantalla, mundos más ricos y complejos, efectos ambientales más realistas, colosales criaturas... Son sólo algunos ejemplos de elementos que han caracterizado a estos títulos y los han colocado como algunos de los más precoces ejemplos del buen uso de los recursos disponibles con 360, PS3 y PC.
Después de cosechar un notable éxito en Estados Unidos con ambos juegos, Capcom parece dispuesta a que parte de ese trabajo llegue al mayor número posible de usuarios interesados en el caso de Lost Planet, que además de su versión original en la consola de Microsoft ya cuenta con una versión en PC. Quizás porque considere que su atractivo es más 'internacional' que Dead Rising, que es un juego que bebe ávidamente de fuentes estadounidenses -tanto en su puesta en escena como en personajes, situaciones e incluso referencias cinematográficas-.
Pero dejando al margen las motivaciones de Capcom para realizar sus estrategias comerciales y centrándose en el propio juego, Lost Planet ofrece un juego en el que la acción pura es el elemento fundamental, apoyado en un buen uso de la tecnología disponible y en algunos en momentos verdaderamente espectaculares contra algunas de las criaturas más gigantescas que se han podido ver en un videojuego hasta la fecha. Aquellos que necesiten saber ya los pormenores de este título, pueden hacerlo en nuestro análisis para la versión de 360.
Siendo una conversión, aspectos como argumento, ambientación o personajes permanecen inalterados, tampoco se han incorporado grandes novedades, más allá de los pequeños extra que ya aparecían en la versión de PC del mismo título: nuevos mapas para el modo online -gratuito en Playstation 3 al igual que en la versión de compatible-, nuevos personajes jugables a modo de divertidos extras -Megaman, Frank de Dead Rising y Joe-, más armas y una nueva posición de cámara muy parecida a la usada en Resident Evil 4-. Aquellos que ya hayan experimentado este título no tendrán motivos para interesarse por esta versión, pero los usuarios que no pudieron jugar en su día tendrán una novedad de peso y de calidad en el catálogo de su PS3.
Lost Planet es un juego de acción de vieja escuela en forma y espíritu. No se pierde en elementos que lo alejen demasiado del Shoot'em Up clásico: disparar, disparar, esquivar y disparar contra toda una variedad de enemigos, desde piratas espaciales equipados con todo tipo de armas a los Kryyd, una especie de insectos gigantes que habitan en el planeta helado en donde este juego tiene su escenario.
Hay tres elementos característicos que forman parte de la esencia propia de Lost Planet. El primero tiene que ver con la naturaleza helada del emplazamiento; el traje del protagonista, Wayne Holden -apuesto, amnésico y un vivo ejemplo del arquetipo de héroe en muchos juegos de acción japoneses- puede mantener la temperatura corporal mientras tenga energía, pero esa energía sólo puede obtenerse de enemigos o de puntos de control, por lo que su presencia empuja al jugador a avanzar rápidamente por el escenario en busca de nuevos enemigos, incrementando así el ritmo de partida.
Otro elemento característico de este juego es el garfio extensible de Wayne, algo que no se había visto en un título de Capcom desde Bionic Commando -y que motivó en su día muchas comparaciones entre ambos títulos, antes de que se conociera la noticia de que se estaba trabajando en un nuevo Bionic Commando-. Aunque con ese garfio es posible noquear a enemigos, su verdadera función es la de permitir escalar a lugares inaccesibles, lo que en la práctica aporta una considerable variedad al desplazamiento por los lugares, permitiendo el avance tanto horizontal como vertical -hay varias fases del juego en las que es necesario trepar por montañas o edificios-.
Por último, el tercer componente que forma la columna principal de la acción en Lost Planet es el uso de unos mechs fuertemente acorazados y con diferentes habilidades según el modelo disponibles. Aunque pecan de ser algo torpes, su blindaje, su gran capacidad de salto y su superior potencia de fuego los convierte en poco menos que imprescindibles para superar algunos de los enemigos más duros y peligroso del juego, particularmente a los 'enemigos finales'.
De todos es sabido que el de los 'jefes finales' es un aspecto del juego al que la compañía de Osaka siempre ha prestado gran atención y es algo que se deja ver tanto en sus juegos modernos como en los más clásicos. Lost Planet no podía ser una excepción, pero incluso sabiendo eso es difícil no sorprenderse de la magnitud, la escala y la sensación de poder bruto que desprenden algunas de las criaturas a las que Wayne deberá enfrentarse. Es aquí cuando mejor se aprecia que la tecnología que ofrecen las consolas de alta definición no está ahí sólo por una vacía necesidad de presentar gráficos más bonitos, es imprescindible para crear sensaciones más intensas que sumerjan al jugador con más fuerza dentro de la experiencia que se quiere crear.
Toda esa espectacularidad está impecablemente reflejada en la versión para PS3 que hemos podido probar. Usando una versión muy finalizada de la misma y jugando las seis primeras misiones, el resultado es impecable y presenta las mismas virtudes que pudieron apreciarse en la primera iteración del proyecto -aunque con la diferencia de que Lost Planet en su día no tenía la enorme competencia que tiene ahora por parte de algunos de los juegos más destacados que han aparecido desde su lanzamiento-.
Habrá tiempo en un futuro análisis para evaluar con más detenimiento cómo aguanta Lost Planet el paso del tiempo y su lugar con respecto a otros juegos. Pero esta toma de contacto ha servido para evaluar la calidad de una conversión que se ha hecho con un cuidado evidente en el plano técnico y conservando todos los elementos jugables que se pudieron apreciar en su día, lo que es una perspectiva muy prometedora para los que gusten de la acción de vieja escuela.
Lost Planet: Extreme Condition
- Acción