En pleno medievo y tú con esas pintas. Hard to Be a God nos trae una propuesta original para un género con multitud de seguidores. Se un amable ciudadano de la ciudadela haciendo tus quehaceres diarios o conviértete en un dios con un poder inimaginable en aquellos tiempos. A veces es difícil ser un dios, en este caso lo disfrutaremos.
La inagotable fuente mágica de las ideas parece no acabar nunca. Hemos vivido asombrosas aventuras siendo un tipo perdido en una era postapocalíptica, un héroe destinado a salvar el mundo, poderosos caballeros jedis en pos de una galaxia mejor hasta vampiros buscando la redención. Hemos tomado multitud de papeles participando en todas las historias que el prolífico género del rol. Nuestros esquemas eran bastante claros hasta que llegó Hard to Be a God.
Esta es la idea básica que nos traen los chicos de Akella, que han concentrado todos sus esfuerzos para que nuestra inmersión en el juego y disfrute del mismo sea muy alta. Hemos podido probar el juego y podemos decir que es una de las propuestas más originales vistas en estos últimos tiempos. Todo tiene su fuente de inspiración, y aquí encontraremos a los hermanos Strugatzky.
Olvídate de tu poderosa 'magia' e intenta formar parte de la comunidad. Nos vestiremos como los habitantes de estas tierras, aprenderemos a usar las armas a nuestra disposición e incluso montaremos a caballo. Nos convertiremos en todo un buen guerrero si no queremos llamar la atención demasiado. De todas formas podemos ser vistos como héroe o villano, ya que, gracias a una IA muy trabajada por los chicos de Akella, cada personaje dentro del juego tiene sus propios pensamientos y toma sus decisiones según qué ropa estemos llevando en ese momento, o si vamos portando armas o no. Nuestra actitud y vestuario supondrán un cúmulo de cambios de acción, aunque esto lo veremos más detallado adelante.
El caballo es una pieza fundamental dentro de nuestra aventura. Logrará que vayamos de una zona a otra en menor tiempo, nos evitará combates masivos de los cuales no tendríamos muchas posibilidades e incluso nos servirá como una herramienta ofensiva más. Podemos luchar a lomos del caballo pero con alguna que otra dificultad en el control. Si golpeamos al enemigo mientras cargamos, el daño será mayor, pero este movimiento será harto complicado de lograr y tendremos que practicar para perfeccionar nuestro arte.
Por tanto, el saber comportarse en cada situación es algo que adquiere bastante importancia en este juego. El ejemplo claro son nuestras ropas; hay infinidad de telas que podremos vestir pero que significarán una u otra cosa según por dónde vayas. Un ejemplo claro lo vemos a la hora de interaccionar con los aldeanos, si vamos ataviados con la indumentaria típica de un ladrón o de un asesino, lo más seguro es que nos ignoren e incluso que nos pidan que nos marchemos. Por el contrario, si con estas vestimentas pasamos cerca de ladrones o bandidos, lo más seguro es que estos no nos hagan nada, todo lo contrario que si llevamos la ropa oficial del ejercito en este caso es mejor no hacerlo dentro de un campamento enemigo, o las consecuencias no serán demasiado agradables.
Así, haremos del disfraz nuestra mejor arma, en todo lo relacionado con la interacción con los distintos personajes. Ni que decir que mostrar nuestra apariencia real a los nativos de Arkanar puede suponer un duro golpe para ellos del cual podemos salir perdiendo al ser condenados como herejes, o enemigos de la nación, o consecuencias imprevisibles que nos harán tomar distintos caminos. Hay que tener mucho cuidado con que apariencia llevamos en cada momento para no tener que meternos en confrontaciones que podemos evitar.
Akella nos ha prometido más de un final para que veamos como nuestras acciones pueden alinear la balanza hacia un lado o hacia otro. La mezcla explosiva entre el rol más clásico junto al componente de ciencia ficción que nos trae el juego puede hacer las delicias a cualquier aficionado con ganas de descubrir qué secretos nos guarda Arkanar. Sin duda estamos ante uno de los títulos de rol más prometedores del 2008. El elegir si queremos formar parte de la sociedad o ser considerados más que un simple mortal será nuestra lucha interna constante, el resultado de este enfrentamiento llegará en Marzo de este mismo año.
Akella presentan este juego de rol basado en la novela homónima de los hermanos Strugatsky ambientada en el reino de Arkanar, una mezcla de Edad Media y futuro alternativo con espadas, arcos y campos de fuerza.