Cuando la licencia no es un obstáculo

La experiencia dicta que no hay nada peor para un crítico que enfrentarse a un juego licenciado de una serie de dibujos animados no japonesa -también hay juegos muy malos basados en series de animación japonesa, pero el nivel general es más alto-. Es una distinción curiosa pero cierta. En el mundo de los juegos licenciados hay de todo, desde muy buenos a muy malos. Siendo más específicos, los títulos basados en una película que además aparecen al mismo tiempo que ella suelen ser bastante temibles, pero los juegos basados en series de dibujos estadounidenses acostumbran a ser terroríficos. Su principal problema es la nula pasión que hay detrás de ellos en muchos casos, ofreciendo la sensación de que han sido producidos por una máquina de ensamblaje - algo probablemente debido a los problemas en el manejo de una licencia y al hecho de que se considera poco exigente al público objetivo al que va dedicado -.

Estos factores, han sido vistos constantemente en muchos juegos, por lo que resulta especialmente agradable encontrar que esa tendencia está siendo moderada. Los juegos basados en series de Cartoon Networks nunca han tenido muy buena prensa, pero con Ben 10: protector of Earth nos encontramos ante un juego hecho con un buen espíritu y un claro entendimiento de qué podían hacer con esa serie para realizar un juego digno. El resultado es un Beat'em Up simple y sin complejos, pero bien hecho y lo suficientemente entretenido como para proporcionar horas de acción controlando a los personajes de esa serie animada.

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Ben, un protagonista de muchas caras

Ben 10 es una serie tópica en la que el protagonista, merced a un brazalete especial y a una trama bastante indulgente, puede transformarse en 10 tipos de alienígenas distintos, cada uno con sus propios poderes y habilidades, que usará para salvar la tierra de diferentes amenazas. El juego comienza cuando Ben descubre que su brazalete no funciona y no puede transformarse, de modo que emprenderá un viaje para recuperar sus poderes perdidos y, de paso, salvar de nuevo la tierra. La estructura del videojuego es parecida a la de un capítulo de la serie y no busca ninguna proeza argumental, sólo el grado justo de personalidad para que cualquier aficionado pueda reconocer la serie en el videojuego.

Lo primero que reulta patente es que Ben 10 ha sido cuidado desde el punto de vista gráfico, sin destacar pero haciendo algo muy vistoso que se asocia perfectamente a los dibujos gracias al uso del Cel Shaded. Los entornos son bastante simples y llanos, pero la animación de los personajes, y particularmente de Ben, es tan efectiva como variada, lo que no sólo es agradable a la vista sino que también tiene ramificaciones en la propia jugabilidad. Aunque sin duda donde el juego brilla con luz propia es sus combates contra jefes de pantalla, en la que se puede apreciar un apego a algunos clásicos de 16 bits gracias a los gigantescos enemigos y a algunas mecánicas de juego similares.

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Como juego en sí, Ben 10 no ofrece demasiadas complicaciones ya que el único objetivo es avanzar por un escenario lineal eliminando a todos los enemigos que salgan al paso mediante la combinación de golpes y poderes del protagonista. Hay una convincente variedad de combinaciones y movimientos especiales que se van desbloqueando a medida que se liberan las personalidades perdidas, aunque aquí han sido reducidas de 10 a 5, lo que quizás pueda ser algo decepcionante para los fans.

Cada transformación aporta algo distinto. Fourarms por ejemplo convierte a Ben en un musculoso ser con cuatro brazos capaz de crear ondas de choque que abarca todo, otras transformaciones permiten lanzar fuego o golpear a una velocidad de vertigo. Cada ser tiene su propia serie de ataques, lo que en conjuto crea un amplio abanico de posibilidades que impiden que el juego caiga en la monotonía pese a su desarrollo simple, a veces también el juego exige usar un determinado personaje o combinación para superar ciertas situaciones. A pesar de estos elementos, la monotonía aparece en varios momentos de la partida ya que no es un juego con una acción excesivamente intensa o que esté poniendo constantemente nuevos elementos sobre la mesa.

En lo que se refiere al control y a la dificultad en general, se nota que es un juego no pensado para los más experimentados, aunque al menos no supondrá un insulto a la inteligencia como sucede con otros títulos similares. Los combos son sencillos, y permiten ejecutar movimientos muy potentes que pueden derribar a varios enemigos a la vez con frecuencia, lo que combinado con la poca garra de los enemigos y su falta de habilidades, convierte el paso por Ben 10 en un mero paseo -lo que también contribuye a crear esas fases monótonas anteriormente mencionadas-.

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