Tocado y hundido

Mar en calma. Una flota compuesta por destructores y submarinos toma posiciones. Desde el portaaviones, los pilotos se montan en sus aviones y despegan con rapidez. Al mismo tiempo, bajo el agua una historia diferente se desata: multitud de torpedos se intercambian entre ambos bandos, algunos de ellos acaban por impactar contra los submarinos y otros contra un destructor. Mientras éste se hunde, el conflicto se traslada al aire. La Guerra ha comenzado.

Bajo este simple guión se describe el vídeo introductorio de Steel Horizon, juego de estrategia que nos pone en manos de un joven e intrépido capitán, uno de los mejores alumnos de la academia en su promoción, que es enviado al frente en plena Segunda Guerra Mundial para adquirir experiencia y prestigio en la Marina aliada, y con la idea de intentar emular los pasos de su padre en dicha institución.

Nada más empezar tendremos la oportunidad de escoger nuestro buque insignia entre tres tipos de naves diferentes: un acorazado, un destructor, y un submarino. El acorazado es adecuado para enfrentarse a buques, pero débil a ataques aéreos y submarinos. El destructor destaca por detectar y destruir submarinos con gran facilidad, pero es un objetivo claro para armamento pesado. Por último, el submarino es una nave muy flexible y con elevada capacidad destructiva, pero es muy susceptible frente al ataque de un destructor.

Escojamos la nave que escojamos, siempre estaremos a la vanguardia de nuestra flota, y de nuestras decisiones dependerá mucho el devenir de la misma y el futuro de la guerra hacia nuestro favor. Para demostrar nuestras capacidades y aptitudes de liderazgo, deberemos ir superando las 20 misiones que se nos irán encomendando en aguas del Atlántico y Pacífico mientras procuramos mantener intacta la integridad de nuestra armada. De no ser así, habremos fracasado en el intento y la partida habrá acabado. No obstante, si tenemos suerte y las misiones son exitosas, habrá posibilidad de mejorar nuestras naves de acompañamiento.

El desarrollo de las misiones será el mismo: sobre un tablero y mediante un sistema de turnos, deberemos desplegarnos sobre el mismo dependiendo de nuestras capacidades con la simple idea de abordar a la flota contraria. Tanto los barcos aliados como los enemigos se mueven con un sistema similar al de los juegos de rol de tablero.

El sonido presenta un resultado mejor que los gráficos, aunque no ayuda a elevar el nivel general de este apartado. Predominan las melodías con toques militares y de acción, pero bastante repetitivas. Pese a todo, efectos como el rugir de las olas, las explosiones y las voces de los oficiales (en inglés) son aceptables.

Tras haber comenzado la campaña y elegido nuestro buque insignia, comienza el tutorial de manejo de la flota sobre el tablero. Como ya habíamos especificado antes, el sistema de turnos define nuestra actuación. El objetivo principal pues será localizar los barcos enemigos, de modo que una vez junto a ellos, empieza la contienda. Para llevar nuestra misión a buen puerto, tendremos a nuestra disposición un completo tutorial sobre movimiento, órdenes, etc que podremos consultar.

A simple vista esto no debería suponer un problema puesto que las funciones están bien definidas y la distribución de los botones tanto para el ataque como la defensa es sencilla, pero es en el juego en sí cuando empiezan los problemas debido a una total ausencia de dinamismo en los enfrentamientos. Y es que a veces cuesta un poco de trabajo llegar a entender cómo se desarrolla la misión tras haber ordenado las pertinentes órdenes, sobre todo cuando el radar aparece.

La pantalla superior muestra en todo momento el tablero de juego y en la inferior el mapa global cada vez que nos movamos. Nuestras posiciones quedarán expuestas en forma de puntos azules, y las enemigas en rojo.