Mario y Sonic en los Juegos Olímpicos
Jugando todos juntos
Un partido de tenis de mesa, Yoshi contra Tails. Un enfrentamiento de esgrima, Knucles contra Wario. Una carrera de vallas, todos juntos. Las sagas Super Mario y Sonic The Hedgehog unen a todos sus personajes para celebrar las Olimpiadas de Beijing. Una comunión histórica llena de deporte y curiosidades olímpicas.
No son pocos los que, algo extrañados por semejante hazaña, esperaban con buenos ojos la unión amistosa de Mario y Sonic en un mismo videojuego. Es un hecho único, trascendental para aquellos que disfrutaron con Master Sistem, Mega Drive, SNES y Super Nintendo. Eran tiempos de rivalidad entre el rojo de Mario y el azul de Sonic, eran tiempos de plataformas rápidas o menos arcade y más profundas. Ahora, por primera vez, ambas mascotas, y todos sus secundarios, se dan la mano para participar en las Olimpiadas de Beijing 2008.
Un sinfín de minijuegos emulando prácticamente todos los deportes más famosos de los Juegos Olímpicos se dan cita en este cúmulo de experiencias aprovechando al máximo las capacidades de un Wiimote, y en ocasiones también del Nunchuk. El plantel de extras es lo suficientemente grande como para tener juego hasta aburrir, la calidad técnica está a la altura y la variedad de juegos es muy considerable.
Entonces, ¿qué le falla a Mario y Sonic en los Juegos Olímpicos?, ¿por qué no ha obtenido más nota y una mejor valoración en nuestro análisis? Pues por varias sencillas y comprensibles razones que molestarán tanto a los jugadores más experimentados como a los noveles. El manejo para los deportes, aunque siempre diferente, no es demasiado complejo, de manera que puede agotarse rápido la diversión. Pero es que a su vez, tampoco es un manejo simple, así que tampoco es del todo apto para jugadores ocasionales. La jugabilidad de Mario y Sonic en los JJ. OO. se queda en ese peligroso umbral que no contenta ni al jugador avanzado ni al ocasional. Éste es uno de sus principales errores generales. A lo largo del análisis lo veremos más detallado y junto al resto de características.
Juguemos todos juntos, sin diferencias
La igualdad entre las sagas y los personajes se hace latente desde el vídeo que introduce el juego. Encontramos 8 personajes de cada saga. Los de Mario van desde el fontanero y su hermano hasta Vector (el cocodrilo portero de los juegos de fútbol de Mario), Waluigi, Peach, Bowser En el elenco de Sonuc, encontramos a Shadow, Blaze the Cat, Amy o el Dr. Eggman. Forman un total de 16, que dan mucha variedad a cada partida de los minijuegos.
Cada uno tiene sus características y se hacen más ágiles, potentes o hábiles dependiendo de sus atributos. Así, Bowser o Knucles son más potentes que Luigi o Tails, aunque esto tendrá poco valor real en el juego, pues ganar o no las pruebas dependerá de la habilidad del jugador. O al menos esa es la teoría...
Otra opción, es jugar con los Mii que tengamos creados en nuestra Wii. De esta forma, cada campeonato será un sinfín de color y variedad de personajes compitiendo, lo que hará emocionarse a más de uno al ver a su Mii correr junto a Mario, Shadow y Bowser. Por lo tanto, la curiosidad principal que planteaba el juego desde que se anunció está perfectamente suplida. La unión de los personajes de ambas sagas y los Mii juegan todos juntos a los eventos mostrando un espectáculo sin igual.
Olimpiadas de Wiimote
Centrándonos ya en lo que verdaderamente importa de un videojuego, Sonic y Mario nos traen 8 tipologías de deportes que van desde el atletismo más completo (con carreras de vallas, relevos, salto de longitud, lanzamiento de martillo, etc.) hasta tiro al plato, natación o esgrima. No desvelaremos detalladamente todos los deportes (minijuegos) que aparecen para no quitarle uno de sus principales atractivos, las sorpresas que supone ir desbloqueando uno tras otro.
Todos los juegos se manejan con el Wiimote, y en algunos es recomendable el uso del Nunchuk, aunque no obligatorio, el propio juego lo indica. Las capacidades de ambos se utilizan al cien por cien en Mario y Sonic en los JJ. OO. pero no de manera tan precisa como ya vimos en WiiSports o WiiPlay, títulos que, a pesar de todo, han marcado una jugabilidad de calidad casi única en Wii y pocas veces repetida. Por tanto, tendremos que retorcer el Wiimote, apuntar a la pantalla, agitarlo, inclinarlo, etc. Siempre usaremos los botones A y B únicamente dejando el resto para funciones secundarias como el menú de pausa.
A pesar del atractivo que todo esto pueda presentar a priori, la verdad es que los minijuegos (distintos deportes) que presenta el título en la mayoría de las ocasiones se funcionan con una jugabilidad similar. Por ejemplo, las carreras, ya sean a pie o nadando, siempre se llevan a cabo agitando de manera alternada el Wiimote y el Nunchuk, tal y como ya hemos visto tantas veces en minijuegos de otros títulos de Wii. Las salidas se refuerzan con B, los saltos se hacen levantando el mando, etc. Esto hace que, en realidad, muchos juegos se parezcan demasiado entre sí y sólo planteen una o dos novedades con respecto al resto.
A este exagerado parentesco de unos juegos y otros hay que sumar una dificultad y esfuerzo físico requerido a veces desmedido, que frustra, cansa y que apoyará a que dejemos el juego con facilidad. Esto además crea situaciones injustas en las que no ganamos una carrera por no poder agitar los mandos más fuertemente, no logramos hacer un buen lanzamiento de jabalina por un recogimiento algo retardado de nuestras órdenes, etc. pues casi todas nuestras acciones reales se desempeñan con cierta latencia en el juego.
Centrándonos en pruebas en concreto, hay algunas muy bien implementadas y divertidas, y otras que amargarán hasta al más empeñado en superarlas. Un claro ejemplo de estas últimas es el tiro al plato que, debido a la rapidez que llevan y lo pequeños que son estos platos, resulta verdaderamente heroico conseguir la máxima puntuación en este minijuego. No sucede lo mismo con el tiro con arco: divertidísimo, especialmente bien implementado y justo en los resultados. Como decimos, hay continuos saltos de calidad de un juego olímpico a otro, haciendo que pronto tengamos unos preferidos y otros detestados.
La prueba de esgrima o el tenis de mesa son otros minijuegos especialmente reseñables. Se podrían haber creado grandes experiencias con ellos pero finalmente han resultado ser una mera curiosidad, una "pantalla" en concreto que, aunque puede enganchar, nunca será demasiado divertida. Y mucho menos para los jugadores ocasionales, que verán frustrados que el juego es casi inaccesible para ellos debido al mediocre comportamiento de los personajes en pantalla en relación a las acciones que les pedimos desde el mando. Es una jugabilidad muy exigente, algo compleja y que resulta confusa o ambigua a veces.
Modos, variedad y posibilidades
Además de sus más de 20 pruebas propuestas, Mario y Sonic nos traen otros muchos minijuegos con los que completar un juego que, no obstante, es variado. Para empezar dispondremos de 4 modos de juego principales que son Partida Rápida, Circuito, Misiones y Galería. En Partida Rápida podremos jugar solos o con tres amigos más a cualquiera de los juegos olímpicos que hayamos desbloqueados. El modo Circuito nos propone sucesiones de ejercicios que son torneos en sí y que deberemos ganar. También podremos jugar hasta cuatro jugadores en este modo.
El modo Misión es quizá el más complicado, pues reta al jugador a conseguir determinadas marcas de tiempo, alcances concretos en lanzamientos de martillo o jabalina, récords de saltos con piruetas no fallidas sobre el trampolín, etc. De esta forma, es un modo que promueve la durabilidad del título aunque, a veces, algunas pruebas puedan parecer directamente imposibles. Como en muchos otros juegos, este modo sirve también para adquirir la máxima destreza con cada una de las pruebas disponibles, pues la exigencia es tal que, posteriormente, en las partidas contra otros jugadores se notará nuestra habilidad y práctica.
El modo Galería es una alternativa ideal a tanto deporte olímpico. Supone un área de descanso en la que, por sorpresa, no pararemos de jugar a minijuegos. Para desbloquear toda la información sobre la creación del Comité Olímpico, los Juegos, algunas reglas o hasta datos sobre Beijing habrá que superar distintas y divertidas pruebas. Algunas de ellas son viejas conocidas en el mundo de los minijuegos como repetir una secuencia de sonidos determinada, golpear con un martillo a criaturas que salen de tuberías o desviar hacia izquierda o derecha bolas de diferentes colores según corresponda. Son juegos muy usuales pero que, al estar tan bien implementados al sensor de movimiento y el puntero del Wiimote, siguen siendo absolutamente divertidos, se puede decir que casi más que los minijuegos de los deportes.
Otra de las gratas sorpresas de Mario y Sonic en los JJ. OO. es que podremos comparar nuestras marcas de las pruebas con las del resto del mundo mediante la conexión Wi-Fi de Nintendo. No hay modos de juego online pero al menos se agradece una opción como ésta para que podamos ver qué tal lo estamos haciendo a nivel mundial. Se pueden consultar los rankings mundiales, las 50 mejores marcas por prueba, nuestra posición, etc. Es sólo una curiosidad más pero puede crear adicción entre los más exigentes consigo mismos.
El modo de Partida Rápida será el más utilizado cuando hayamos acabado el juego o queramos invitar a alguien a retarnos. No tiene apenas opciones de personalización de las partidas pero es la manera más rápida y directa de empezar a jugar. Antes de cada prueba podremos repasar las reglas y los controles de dicha prueba, opción que usaremos mucho cuando juguemos con alguien más ya que tienen un manejo en ocasiones verdaderamente caótico y para nada intuitivo.
Además de todo esto, el juego esconde otras muchas sorpresas que acaban por ser el refuerzo principal a su jugabilidad e interés. Hay pruebas prolongadas, extras clásicos, y demás material apetecible y sorprendente que no queremos desvelar en este análisis.
La buena apariencia técnica
Uno de los aspectos bastante positivos del título, aunque en este tipo de juegos no importe demasiado, es su notable apartado técnico. Empezando por sus gráficos, Mario y Sonic en los JJ. OO. muestra una solidez y colorido en personajes y escenarios abrumadora. Las animaciones de los protagonistas son sobresalientes, la gesticulación, los movimientos. A ello se le suma un acabado de los entornos muy a la altura, con mucho color y detalle, creando una estética de alegría y animación perfecta para un juego como éste.
En lo que respecta a su apartado sonoro seguimos en la misma línea de valoración. Melodías totalmente adecuadas para el juego, voces (muy fieles aunque en inglés) y diferentes frases para todos los personajes, efectos sonoros continuos y variados, sonidos en el altavoz del Wiimote, etc. Muy bien acabado también en este sentido. Por todo ello, podemos decir que Mario y Sonic en los Juegos Olímpicos muestra una apariencia técnica sensacional, sin deslumbrar ni buscar un resultado brillante, pero sorprendente en un juego que no busca necesariamente presentar calidad técnica.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.