Nuevos estilos, viejas ideas
El nuevo estudio de Bill Roper se presenta con Hellgate London, un juego de rol de corte futurista que mezcla la esencia de la saga Diablo con un envoltorio moderno y con interesantes toques de shooter. En su concepción han influido mucho los conceptos que se aplicaran tiempo atrás en Blizzard para la creación de una de sus sagas más emblemáticas. Prueba de ello es la acción sin pausa y a ritmo frenético, el uso de recursos tan característicos como un generador de mapeados aleatorios o la posibilidad de evolucionar a nuestro personaje en distintos árboles de habilidades. Las raíces se dejan notar de forma evidente, algo lógico por hablar de los padres de uno de los action-rpg más jugado en la última década.
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Pudimos jugarlo por primera vez en la pasada Campus Party, donde EA situó el juego corriendo en su stand de la feria. Las impresiones allí ya fueron buenas, incluso con una versión preliminar instalada. Las virtudes ya afloraban a la luz, destacando un logrado motor visual y una gran espectacularidad en los combates. La pequeña sesión de juego nos dejó con la sensación de que el producto podía llegar a ser algo bastante grande. Ahora, versión final en mano, constatamos que las virtudes superan con creces a los problemas, ofreciendo un juego entretenido y divertido tanto en su faceta individual como en el multijugador. Si eres fan de Diablo, prepárate, Bill Roper y su equipo llegan para ofrecerte lo que estabas esperando.
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Londres bajo fuego demoníaco
La historia nos sitúa en la ciudad de Londres, casi destruida por los conflictos con los entes de otro mundo. La capital británica es el centro de un gran poder, por lo que las monstruosidades la han elegido para situar la puerta hacia su universo paralelo y poder acceder a nuestro mundo. Seremos uno de los pocos supervivientes de la urbe, los cuales viven refugiados en las estaciones de metro, que han tomado a modo de asentamiento. Surgiendo como la respuesta a estas monstruosidades, deberemos librar la ciudad del dominio demoníaco con la ayuda de sus habitantes y nuestras habilidades sobrenaturales y mundanas.
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Nada más comenzar nuestra aventura deberemos crear un personaje de entre las seis clases disponibles. Estas clases rompen un poco la tónica habitual de los juegos de este tipo con incorporaciones tales como el convocador o el ingeniero, amén de los habituales arquetipos de combate cuerpo a cuerpo, el guardián y el espadachín. Para la lucha a largo alcance, el tirador es la clase indicada, mientras que el papel de clase mágica en el sentido ofensivo recae sobre los convocadores. La experiencia de juego hace a las clases igualmente divertidas de jugar y evolucionar con los distintos árboles de especialización. Pese a que los nombres son bastante distintos, los arquetipos están perfectamente definidos con tan solo ver al personaje en el editor que el juego posee. En este editor podremos alterar de forma leve el aspecto del personaje, modificando color de piel y pelo, estilo del cabello, complementos o vello facial y la corpulencia y altura del héroe.
Gráficos
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La obra de Flagship ha sido creada con la belleza visual en mente, y así se traspasa esta idea al modelado de sus personajes. Con una buena configuración gráfica - alcanzable con un pc de gama alta - disfrutaremos de unas texturas de alta definición y unos entornos detallados y llenos de efectos visuales. Las animaciones de los héroes son dignas de atención, con una enorme variedad de repertorio de ataques, movimientos para realizar los conjuros y todo tipo de rituales de convocación. Es posible acercar la cámara hasta justo detrás del hombro del personaje, obteniendo una perspectiva muy a lo Resident Evil 4, ideal para los personajes que combaten a larga distancia. Los enemigos son variados y presentan modelos de muy distinta concepción, mezclando no muertos y demonios a partes iguales. La posibilidad de adoptar una perspectiva en primera persona acerca mucho el juego al género de los FPS, produciendo una experiencia de juego bastante novedosa respecto a cualquier título anterior.
La representación de Londres está divida en zonas, generadas aleatoriamente y comunicadas entre sí por las estaciones de metro. Esta generación da lugar a entornos bastante coherentes, aunque también muy repetitivos sobre todo en las áreas subterráneas. Generalmente, los escenarios son zonas siniestras y decaídas de lo que antaño fuera una gloriosa civilización, llenos de elementos susceptibles de ser destruidos para obtener objetos. También podremos acceder a zonas interiores en algunos edificios, presentando en su conjunto una buena construcción y una arquitectura coherente con la destrucción reinante en la ciudad. A nivel jugable, los escenarios son propicios para las sorpresas, dado que disponen de numerosas rutas y los enemigos aparecerán por sorpresa en algunas localizaciones mediante el uso de portales. La iluminación dinámica y los numerosos efectos visuales producen una muy satisfactoria ambientación, decadente y lúgubre como corresponde al entorno en el que se moverán los personajes. Echamos de menos los edificios más emblemáticos de la ciudad, ya que lo mostrado podría pasar muy bien por cualquier otra urbe en decadencia.
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El contrapunto a esta calidad visual lo pone una optimización bastante mejorable, por lo menos en la versión con la que hemos realizado este análisis, que nos ha llevado a zonas en las que era virtualmente imposible hacer nada al juntarse tres o cuatro enemigos en pantalla. Incluso disminuyendo mucho el nivel de detalle, las explosiones producen un nivel de carga exagerado en el hardware, lo que hace que la tasa de imágenes caiga en picado hasta un nivel que roza lo injugable. También hemos notado algunos problemas de clipping y, lo que es peor, momentos en los que nuestro personaje va andando y aparece en otro punto del mapa de repente. Estos problemas se convierten en algo bastante molesto para disfrutar de todo lo que el juego ofrece, ralentizando el rápido ritmo del juego y hastiando al jugador.
Música y Sonido FX
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La banda sonora cumple una buena labor de inmersión en el juego, mezclando temas sinfónicos con música electrónica de ritmos rápidos. El conjunto final es una mezcla llamativa, pero que funciona muy bien en la práctica. Resulta bastante interesante escuchar la banda sonora mientras recorremos los oscuros barrios de la capital de Inglaterra a ritmo de percusión. La velocidad de la música invita al combate en los mapas abiertos, mientras que en las áreas más cerradas las melodías ponen un punto de suspense a la exploración. La lista de temas es bastante extensa, suficiente como para no aburrir al jugador tras un buen número de horas de juego.
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En cuanto a los sonidos, el juego no ha llegado doblado a nuestro idioma, por lo que los personajes nos hablarán con un exquisito acento británico. Los gritos de los personajes, así como los gruñidos de los enemigos o el sonido de las habilidades esta a buen nivel, sin destacar más allá de lo normal. Las armas y conjuros provocarán también sus propios efectos, diferenciados unos de otros y que no acaban cansando. En conjunto, solo se puede argumentar el deseo de ver traducidas las voces de los personajes a nuestro idioma, a pesar de que contamos con los textos en castellano que desarrollan las conversaciones en cuestión.
Jugabilidad
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Nuestros comienzos en la ciudad británica nos situarán en un pequeño tutorial, que se puede desactivar para cada personaje mediante la correspondiente opción en el editor de creación de héroes. Este tutorial nos introducirá en la mecánica de movimiento, apertura de ventanas, subida de nivel y combate. Resulta suficiente para conocer los puntos básicos del juego, aunque el texto explicativo aparece y desaparece de la pantalla a la velocidad del rayo, dificultando su lectura. Tras encontrar al primer personaje no jugable se nos explicará el sistema de misiones y la forma de mantenerlas en seguimiento. Eventualmente llegaremos a la primera parada de metro, punto inicial real de la aventura. La red de trenes subterráneos de Londres será nuestro principal medio para atravesar el extenso mapeado de punta a punta. Los refugios establecidos en las distintas paradas serán asimismo las áreas indicadas para charlar con los personajes no jugadores, reabastecernos y obtener nuevas misiones.
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Las misiones iniciales ya hacen ver que Hellgate:London va más allá del concepto de Diablo, con encargos bastante similares a los que podemos encontrar en el género de rol online. Así, afrontamos una trama de misiones principales y un conjunto de pequeños encargos que los personajes nos irán solicitando. Estos últimos serán tareas tales como conseguir una determinada cantidad de objetos, que cierto enemigo soltará al ser abatido, o limpiar una zona entera de muertos vivientes. Por suerte, el planteamiento claustrofóbico de los mapas subterráneos y el enfoque rápido y vibrante del juego hacen que estas tareas no se vuelvan excesivamente tediosas. Todo lo contrario, ya que son un método casi obligatorio para subir de nivel a nuestro personaje y adentrarnos en el manejo del personaje. Por suerte, cuando vayamos avanzando en la trama los encargos serán más complejos y nos servirán para, casi de forma testimonial, alinearnos con las diversas facciones que existen en el juego. Los beneficios reales de esto son bastante discutibles, ya que no hemos apreciado variaciones en el juego en función de a quién ayudemos.
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La trama principal nos llevará entre las distintas estaciones del mapa, ofreciendo un buen número de horas de juego y dándonos total libertad para ir donde deseemos en cualquier momento. La evolución del personaje está limitada, como decíamos, por medio de un gran árbol de habilidades con varias ramas y subramas. De forma análoga al sistema existente en Diablo2, nuestro personaje irá obteniendo puntos de habilidad con los que mejorar las que ya tenga u obtener nuevas. Por otro lado, se nos otorgarán puntos de atributo con los que mejorar las capacidades del personaje, en la mecánica habitual de este tipo de juegos. El sistema de habilidades funciona correctamente, siendo las existentes bastante variadas y lo suficientemente atractivas como para que nos planteemos elegir una rama de desarrollo distinta en las siguientes partidas. Las capacidades que se nos otorgan serán activas o pasivas, requiriendo las primeras que situemos su icono en la barra de habilidades de la que disponemos.
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Aquí llegamos a uno de los puntos que menos nos ha gustado del juego, la interfaz y más concretamente, la gestión del inventario. Los menús están bien distribuidos por norma general, aunque el control mediante pestañas de la zona de información del personaje no acaba de convencer. Por otro lado, el área de almacenamiento de objetos es limitadísima, lo que nos llevará a menudo a la tediosa tarea de tener que estar organizando nuestros ítems. En este sentido, una de las características positivas es que los objetos nos marcan si podemos equiparlos incluso antes de recogerlos del suelo, por lo que podremos dejar el equipamiento destinado a otras clases sin pararnos siquiera para ver si merece la pena el tomarlos. Aun así, no convence el hecho de tener que abrir el almacenamiento cada vez que tengamos que recoger un objeto para intercambiarlo por otro, siendo algo que se podía haber hecho más acorde con los tiempos actuales y no con un estilo tan desfasado.
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Por otro lado, el arsenal del que dispondremos será muy variado y se ajustará a nuestro personaje. En general, hay predominancia por las armas de corte futurista, como potentes rifles de energía o espadas modificadas para hacer picadillo a los demonios sin dificultad. Es innegable el atractivo de blandir dos enormes espadas mientras acabamos con todo elemento extraterrenal que puebla el área de juego. Para ello, contaremos con la posibilidad de añadir a nuestras armas diversos potenciadores, que luego podremos recuperar en caso de hallar un arma mejor. Los conjuros, por su parte, están centrados en las energias elementales en el caso del evocador, y en invocación de aliados u obtención de potenciadores si hablamos del convocador. El ingeniero tendrá a su disposición la posibilidad de modificar objetos y adaptarlos a su estilo de combate, haciéndolo un personaje muy versátil e interesante de jugar. Los enemigos, una nutrida mezcla de muertos viviventes y demonios de diversa índole, resultan muy vistosos, especialmente los personajes especiales dotados de múltiples habilidades de combate, que pueden pasar por auras de diversos tipos o la posibilidad de realizar sus propios sortilegios de ataque.
El combate en el título de Flagship se realiza, de forma muy acertada, al estilo de los juegos de acción en tercera persona o de los FPS cuando la cámara se sitúa convenientemente, pero siempre determinando nuestro grado de acierto mediante las puntuaciones que tengamos. Profundizando en la idea, si disparamos con un arma a distancia, la probabilidad del acierto dependerá tanto de nuestra habilidad al apuntar a mano como de las capacidades de nuestro personaje en el manejo del arma en cuestión. Esto hace que eliminar enemigos deje de ser machacar el botón una y otra vez, entrando en un nivel mayor de interactividad con el jugador. Este sistema resulta muy satisfactorio y divertido, siendo una de las claves para crear un entretenido sistema de combate. La mezcla de armas tradicionales (como espada y escudo) con elementos futurísticos y poderes sobrenaturales le da un toque especial al juego y nos hace olvidarnos casi por completo de la reutilizada ambientación medieval-fantástica.
Se ofrecen al jugador dos modos de juego, individual y multijugador, que comparten trama y elementos jugables al cien por cien. La única diferencia, remarcable negativamente en este caso, es la imposibilidad de utilizar nuestros personajes del juego individual en la faceta online. Esto resulta en tener que manejar un conjunto de personajes dedicado para el juego cooperativo, lo que le resta posibilidades y hace que tengamos que ampliar bastante el número de horas de juego para disfrutar online. La faceta multijugador, dividida en servidores para cada territorio, se ha afrontado mediante un sistema de instancias donde los distintos jugadores realizarán las misiones de forma conjunta. Para entrar en las instancias los distintos usuarios podrán reunirse en las estaciones de metro, que hacen las veces de lobby virtual donde encontrar a nuevos compañeros y buscar aventuras. El multijugador cuenta con dos modalidades, una básica y otra avanzada, que promete nuevos contenidos de forma periódica para los suscriptores a ella. La versión avanzada, de pago, permitirá obtener nuevas misiones, objetos y habilidades, aunque a tenor de lo visto en los distintos servidores no parece que vaya a ser una opción de gran aceptación por los jugadores.