Sims al estilo "Perdidos"

Corría el año 2000 cuando al señor William Wright se le ocurrió dar un paso más en su afán de crear juegos realistas de simulación social. Atrás quedaron reconocidos títulos como SimCity, SimEarth, o SimCity 2000, donde la importancia durante la partida radicaba en la creación de una sociedad en sí. En su nueva serie de juegos lo importante ya no sería el conjunto, si no el individuo como elemento único y sus relaciones con el entorno. Acababan de nacer los Sims.

Estos simpáticos personajes se convertirían en muy poco tiempo en un pilar fundamental dentro del mundo de los juegos para ordenador. Su primera aventura se convirtió en uno de los títulos para PC más vendidos de la historia -desbancando al archiconocido Myst-, y tras ella llegaron decenas de expansiones, las cuales ampliaron enormemente el universo de los Sims -y las arcas de Maxis, su desarrolladora-. Desde la vida nocturna, al cuidado de mascotas, pasando por la universidad, los negocios, la navidad o la familia. Pocos eran los temas que les quedaban por tratar en sus historias cotidianas, así que ya iba siendo hora de situarlos en su primera aventura en el sentido más estricto de la palabra.

Como ya hemos dicho, la trama principal nos sitúa a nosotros y a un grupo de Sims a bordo de un barco durante una fiesta marítima. Así que antes de zarpar, lo primero que deberemos hacer es configurar a nuestro personaje y al resto de la tripulación. Para ello dispondremos de un editor de personajes, el cual nos permitirá modificar levemente la apariencia de nuestro Sim y asignarle unos valores determinados en varios aspectos tales como higiene, simpatía, o cordialidad. Aunque también podremos decir directamente qué signo del zodiaco queremos que sea y que el juego sea el encargado de definir su personalidad. Por último, antes de levar anclas, tendremos que ponerles nombre y asignarles una profesión, que les otorgará una determinada puntuación en varios aspectos que pueden ser fundamentales durante la aventura. Un mecánico podrá fabricar mucho antes que un médico determinados objetos, mientras que un alto ejecutivo se relacionará más fácilmente con las personas, o un cocinero tendrá más facilidad a la hora de preparar suculentos platos con los pocos ingredientes que encontremos en los árboles y arbustos. De nuestra elección dependerá en mayor o menor medida el devenir de nuestro Sim en la isla, así que no está de más dedicarle especial atención a este apartado y no rellenarlo al tun tun.

Una vez seleccionada la tripulación -aunque también podremos embarcarnos solos y disfrutar de una aventura completamente individual-, comenzará el viaje y seremos testigos del incidente que lleva a nuestros personajes a la isla desierta. Después de despertarnos en la orilla de la playa, descubriremos que estamos solos -si no lo estábamos ya en el barco- y tendremos que empezar a dar nuestros primeros pasos por la isla para tratar de mejorar nuestra situación actual.

Después de exprimir al máximo las opciones que nos de nuestra isla, y tras conseguir un determinado nivel en varios aspectos, podremos construir una balsa básica y viajar a otras islas cercanas para seguir explorando. En ellas encontraremos nuevos retos, materiales, y tripulantes con los que relacionarnos y hacer más fácil y amena nuestra estancia en el mar, además de nuevas y amplias zonas en las que poder establecer nuestro campamento base, que iremos mejorando poco a poco con nuevas zonas, muebles y calidades en los materiales.

Aquí nos encontramos con el primer bache dentro de lo original y agradable que resulta la aventura. Ni en sonido, ni en gráficos consigue destacar este Náufragos, y es que la música está perdida en una isla desierta durante la mitad del juego, mientras que los gráficos navegan en tierra de nadie subidos en el barco de la multiplataforma.

Explicar la jugabilidad de un título cuya saga a la que pertenece ha vendido más de 54 millones de unidades en todo el mundo parece innecesario, aunque para los que aún no se hayan enterado, diremos que los Sims es un juego de simulación social en el que tendremos que controlar a nuestro personaje y hacer que se relacione con los demás teniendo siempre especial atención en su cuidado personal. Nosotros seremos los que le digamos cuándo comer, cuándo dormir, y si debe animarse a hablar con determinada persona o si tiene que construirse una casa más grande o una cama más cómoda.

Por lo tanto, en Náufragos nos seguiremos encontrando con la misma fórmula clásica que hemos disfrutado en los más de treinta títulos -entre los principales juegos y sus expansiones- que podremos encontrar en el mercado. Medidores de aseo, de higiene, de comodidad, de comida, de habitabilidad, o de relaciones con los demás serán los marcadores individuales que tendremos que tener en cuenta y a buen nivel si queremos que nuestro Sim sea feliz en conjunto. Dicha felicidad repercutirá en sus relaciones con los demás y en la posibilidad de realizar determinadas acciones, que de tener un nivel bajo (de sueño, por ejemplo) no podremos ejecutar hasta satisfacerlas.

En esta ocasión, y dadas las circunstancias, la mayoría de acciones a realizar se centrarán en nuestro personaje y no en las relaciones de él con los demás. Nosotros deberemos buscarnos la comida, crearnos las herramientas y recopilar materiales. Sólo bien avanzado el juego podremos interactuar con otras personas -si hemos deseado jugar con más personajes-, aunque siempre podremos recurrir a los amigos de arena que nos fabriquemos o a los monos para que nos acompañen en nuestra aventura y mantengan nuestra cordura.