Armed Assault: Queen's Gambit
- PlataformaPC7
- GéneroSimulación
- DesarrolladorBohemia Interactive
- Lanzamiento28/09/2007
- TextoEspañol
- VocesInglés
- Editor505 Games
Dos campañas y muchos más retos
Queen's Gambit es una expansión indicada para todos los que disfrutaron, y siguen disfrutando, con Armed Assault, aunque algunos fallos puntuales pueden ponernos de los nervios.
Queen's Gambit es una expansión indicada para todos los que disfrutaron, y siguen disfrutando, con Armed Assault, aunque algunos fallos puntuales pueden ponernos de los nervios.
Bohemia Interactive Studio, tras maravillar a los aficionados de la simulación militar con Operation Flashpoint, nos dejó varios años a la espera de una secuela. Al final, este año llegó el resultado: Armed Assault, o ArmA. Como en Operation Flashpoint, Bohemia mercen toda nuestra admiración y respeto porque afrontar el desarrollo de un proyecto tan ambicioso como un título de este calibre no es moco de pavo. A pesar de no tener competencia, el estudio checo ha conseguido una simulación militar comercial convincente y con infinitas posibilidades, gracias al editor y a la creación rápida de nuevas misiones. Pero no todos tenemos tiempo para profundizar en la creación de contenidos, y algunos ni tan siquiera para buscar y descargar las creaciones de terceros, siempre puede justificarse el lanzamiento de una expansión como esta Queen's Gambit (Gámbito de la reina).
La expansión requiere tener instalado ArmA y, para aquellos que no hayan actualizado el juego, lo mejora hasta la versión 1.08. Esto ya añade nuevas armas y vehículos, pero como era de esperar de una expansión decente, Queen's Gambit aporta mucho más. El apartado más flojo es del nuevo armamento, ya que sólo el lanzagrandas 6G30. Más importantes son los nuevos vehículos, con el aeroplano Douglas DC3, las camionetas con ametralladora en la parte posterior Sundat y Coyota, y la versión civil del M988 HMMWV.
Para los que juegan en solitario, Bohemia ha preparado dos nuevas campañas. El Conflicto de Rahmani continúa la historia de ArmA y la completa con tres enormes misiones, que transcurren en la isla de Rahmani. Allí se han refugiado las fuerzas del SLA, con el presidente Richardicz al frente. A pesar de tener sólo tres misiones, su planteamiento es muy ambicioso, con muchas unidades involucradas y requerirán horas de juego.
La otra campaña, Escala Real, es menos ambiciosa y se centra en un grupo de mercenarios contratados por la reina Isabella para investigar un supuesto grupo terrorista en posesión de armas biológicas. Las cosas empezarán a torcerse al poco tiempo y nos veremos sumergidos en una historia de traición y sorpresas. Sin abandonar el planteamiento de simulación militar, esta campaña recuerda algo a los juegos de acción en primera persona con una historia que se va revelando misión tras misión. Además, podremos equipar a nuestros hombres comerciando con un traficante de armas. Curiosamente, los desarrolladores han preparado "inconvenientes" para que llegar hasta el traficante no sea un simple paseo y tengamos que usar nuestras armas. En total, nos esperan siete misiones con objetivos y planteamientos variados.
En cuanto a escenarios, Bohemia ha creado la isla de Porto, pensada para partidas multijugador en entornos urbanos, y la isla Unida de Sahrani, una versión modificada de la isla de Sahrani de ArmA con nuevos edificios y mejoras. De hecho, los dos nuevos escenarios multijugador diseñados por el estudio, la batalla de Porto y Asalto urbano, están ambientados en la isla de Porto. El primero es de control de sectores para unos 40 jugadores, mientras que el segundo es cooperativo para un equipo de seis personas. Para completar la lista de novedades, tenemos que citar las nuevas misiones individuales.
Guión
En la campaña El Conflicto de Rahmani, las fuerzas de EE.UU. y RACS buscan las unidades SLA a la fuga. El rastro les conduce a la isla de Rahmani. Allí los restos de la SLA se han fortificado con su líder, el presidente Richardicz, al que se había dado por muerto. Las unidades de EE.UU. esperan la orden de ataque, que empezará con un sabotaje contra las lanzadoras antiaéreas para el transporte del resto de tropas y reunificar definitivamente el archipiélago.
La otra campaña, Escala Real, transcurre unos dos años después. La isla vive en paz y unificada, pero el rey Joseph III y su heredero mueren en un accidente de helicóptero. El pueblo no se toma nada bien la coronación de la princesa Isabella, y surge un grupo de rebeldes que se opone al ejército real. El grupo de mercenarios protagonista llega para ayudar a la reina en secreto, pero poco a poco descubren que nada es lo que parece.
Aunque ni Operation Flashpoint ni ArmA destacan por el protagonismo de la narrativa, pero especialmente la campaña Escala Real es una grata sorpresa para aquellos jugadores que no se conforman con un 'briefing' de los objetivos de cada misión y con una breve explicación escrita de los motivos. Las misiones de esta campaña están bien enlazadas y justificadas, y Bohemia ha conseguido una cierta sensación de continuidad y de que nuestras acciones sirven para hacer avanzar la historia. Quizá los puristas de la simulación digan que todo esto es superfluo e innecesario, pero sin duda facilita la entrada en este arduo género a un público más amplio, y esto es algo que repercutirá en favor de todos con la venta de más unidades del producto.
Gráficos y sonido
El apartado sonoro sigue igual que en ArmA: escuchamos la radio del pelotón, los disparos y los vehículos. La música, guitarrera, se activa en momentos muy puntuales, en ocasiones como anticipo a un combate desigual.
Los gráficos mantienen el nivel de ArmA. Los objetos no tienen el nivel de detalle al que nos tienen acostumbrados los últimos juegos de acción en primera persona. En cambio, ArmA nos ofrece una larga distancia de visión, y no sólo como logro técnico, ya que es factor decisivo en la jugabilidad. También podremos disfrutar con paisajes muy variados y efectos más prácticos de cara a un juego de este estilo como el HDR, que simula la adaptación de la vista a los cambios bruscos de iluminación.
Jugabilidad
Si las horas de juego de Queen's Gambit con la gran mayoría de expansiones de juegos de acción en primera persona, la balanza se decanta claramente en favor de este título. La complejidad de las misiones hace que cada una requiera gran dedicación por parte del usuario, especialmente en el nivel de dificultad veterano. Si a esto le añadimos las partidas multijugador y las opciones de creación de nuevos contenidos con el editor y con el asistente de misiones, el valor de Queen's Gambit se multiplica. Y es que la libertad de acción que tiene el jugador convierten a este juego en un paradigma de la rejugabilidad. Es decir, las misiones se pueden completar con planteamientos muy diferentes, y los únicos límites están en la imaginación del propio jugador.
Como esta expansión requiere tener ArmA, no sorprenderemos a nadie si avisamos a los recién llegados de que esto no es un juego de acción. Sus primos más cercanos son sagas como Rainbow Six y Ghost Recon, especialmente en sus primeras entregas. Aquí un blanco significa casi seguro la muerte, los enemigos pueden aparecer por cualquier lugar y, en el nivel más difícil, estamos a nuestra propia merced, tanto a la hora de orientarnos como de detectar a las unidades enemigas.
Las misiones de las campañas nos proponen objetivos muy variados. Tendremos que preparar emboscadas, participar en persecuciones a toda velocidad montados en vehículos, conquistar una base eliminando a todos los enemigos, rescatar a un grupo de rehenes y protegerles durante su evacuación, sobrevivir a una emboscada imprevista, defender una posición, proteger a un VIP de un ataque en dos frentes o sabotear un grupo de vehículos enemigos. Y si añadimos que los escenarios son tan amplios que prácticamente no repetiremos zonas entre las diferentes misiones, la variedad está asegurada.
En el apartado negativo, desgraciadamente aún encontramos errores que impiden terminar una misión y tenemos que denunciar el sistema de grabación de partidas. Entendemos que desarrollar un juego de este tipo requiere mucho valor y dedicación por su complejidad, y aquí dejamos constancia de nuestra admiración y respeto por los chicos de Bohemia por lo que han logrado. Aun así, persisten errores muy frustrantes para el usuario. La inteligencia artificial es uno de ellos, y en especial quería comentar la conducción de vehículos. En una misión, monté en la posición de artillero de una camioneta e intenté guiar el vehículo desde esta posición, dando órdenes al conductor controlado por el ordenador. La situación ha quedado grabada en mi memoria como uno de los diez momentos más desesperantes de mi particular historia de los videojuegos: el conductor a veces no giraba cuando se lo indicaba, y la maniobra que iniciaba automáticamente el conductor cuando chocaba con algún obstáculo, el 90% de las veces empeoraba la situación en lugar de solucionarla.
Otro tipo de fallo que quisiera destacar son los errores en la detección de los sucesos que permiten avanzar en la misión. Y es que en ocasiones, a pesar de cumplir con los objetivos, no funciona la detección por parte del juego y no podemos avanzar más.
Sobre el sistema de grabación, es incomprensible que hoy en día no se nos permita grabar las veces que queramos y recuperar una partida, cualquiera, cuando nos apetezca. Sí, durante las misiones podemos grabar cuando queramos y las veces que queramos en el nivel de dificultad más asequible, pero incluso así, a veces y al incumplir determinados objetivos, el juego termina la misión como fracasada y no nos permite recuperar la partida guardada anteriormente.
Manual
El breve manual sigue el estilo marcado por el de Arma, es decir, con imágenes en blanco y negro y repasa las novedades que aporta la expansión: armas y vehículos, campañas y escenarios multijugador. Como curiosidad, la encuadernación se ha hecho por el lado más largo, a diferencia del manual de ArmA.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.