TimeShift, Impresiones

Tras un importante y radical lavado de cara, Timeshift se prepara para su lanzamiento. Armados con un traje capaz de controlar el tiempo intentaremos erradicar la amenaza de un tirano con un arma similar a la nuestra en una excelente ambientación apocalíptica.

Aún cuando no gozó nunca de la fama de otros títulos, Timeshift es uno de los juegos con más retrasos a sus espaldas. Han sido varios los años que lleva en desarrollo, el cual empezó para la primera Xbox, pero al fin estamos próximos al lanzamiento de un original shooter con una interesante puesta en escena y premisas muy atractivas.

El juego ha cambiado mucho desde que se han visto sus primeras imágenes, pero sin lugar a dudas el aspecto actual es el que mejor le sienta. Los juegos de luces y sombras, una ciudad sumida en el caos y la lluvia que cae con pesadez componen una ambientación apocalíptica digna de las mejores producciones de Hollywood. Con el juego en nuestras manos, estamos descubriendo todos los secretos que esconde este Timeshift.

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Todo empieza de forma un tanto caótica, para conseguir que el jugador cuente con la información básica y sienta hasta cierto punto el desconcierto del personaje. El eje central de la historia son dos trajes prototipo; el malvado Krone se enfunda la versión alpha, gracias a la cual consigue adentrarse en una realidad alternativa en la cual es el amo y señor del mundo.

Nosotros, en un gesto que parece más que nada de desesperación mientras el edificio en el que se encuentran explota, nos hacemos con la versión beta, la cual nos avisan de que todavía no está terminada y sigue siendo un prototipo. Con él intentaremos detener a Krone antes de que su uso inapropiado del espacio-tiempo acarree consigo problemas mayores.

Efectivamente, los trajes sobre los que gira la historia tienen la habilidad de manipular el tiempo, pero nosotros tardaremos un poco en llegar a poder emplear dichas características; no en vano tenemos sólo un prototipo que va activándose lentamente. El inicio del juego es capaz de tenernos en tensión, ya que lo que nos encontramos es una realidad sobrecogedora y realmente impresionante.

Nos aliamos con la resistencia de Krone, un grupo de valientes que luchan por su libertad. No obstante, su resistencia sería fútil de no ser por nuestra presencia, ya que no se trata en absoluto de una lucha justa, como comprobaremos al ver paseándose tranquilamente por la ciudad a grandes máquinas destructoras que vagan sin rumbo a la búsqueda de rebeldes.

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Más que una ciudad deberíamos hablar de un campo de batalla, dado que los edificios están destruidos en su mayoría debido a los cruentos enfrentamientos entre facciones, y los que se mantienen enteros van sucumbiendo a medida que somos perseguidos y atacados por las pesadas máquinas de combate y los ejércitos de soldados de Krone. Todo ello bajo la incesante visión de la lluvia cayendo sobre el escenario, que dota al conjunto de un aspecto todavía más desolador.

Además de contar con armas de factura moderna (lógicas para un FPS como este) y de poder utilizar distintas torretas y armas pesadas del escenario, el principal atractivo del juego, así como nuestra mayor baza en pos de la victoria, es la posibilidad del traje de manipular el tiempo. Pausar el tiempo, hacerlo retroceder y avanzar. Con sólo esas tres opciones se abre un abanico de posibilidades prácticamente ilimitado.

En primer lugar para superar escollos y dificultades con los que nos iremos encontrando. Por poner un ejemplo, en un determinado momento debemos atravesar un edificio que está sometido a un duro ataque de los robots enemigos en su intento de acabar con nosotros; qué mejor que pausar el tiempo antes de que caiga sobre nosotros (de hecho, cualquier otra opción implicará nuestra muerte).

Habrá varios momentos en los que el uso del control de tiempo será indispensable para poder avanzar, pero lejos de querer que nos veamos atascados en un intento de imaginar las posibles soluciones (no en vano no estamos acostumbrados a tener poder sobre el espacio-tiempo), la IA del traje nos indicará en las situaciones importantes tanto los peligros que nos podemos encontrar como la habilidad que nos recomienda.

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Pero también tendremos acceso ilimitado a las habilidades temporales en cualquier situación del juego. Si nos vemos rodeados de enemigos podremos volver atrás a antes de que nos vean, o pausar para acabar con ellos sin que se enteren, o cualquier otra posible combinación que se nos pase por la cabeza. También, si estamos heridos, podemos acelerar el tiempo para curarnos antes. Además, pocas cosas hay más satisfactorias que detener el tiempo y acercarse a un enemigo para robarle el arma y atacarle con ella.

Aunque eso sí, la barra del tiempo es limitada y tendremos que ir con cuidado para no malgastarla o usarla en exceso, ya que entre que se acaba y se vuelve a rellenar pasan unos valiosos segundos en los que nos podemos encontrar en medio de una situación bastante precaria. Timeshift consigue en este aspecto sorprender al jugador y añade una nueva dimensión al género.

Dejando ya a un lado el aspecto jugable tenemos que hablar de un atractivo acabado visual. Los escenarios están muy cuidados y ofrecen todo tipo de detalles al espectador, con físicas sólidas y bien definidas. No ofrecen un alto grado de destrucción por parte del jugador, pero sí que dejan clara muestra de los efectos de las grandes explosiones y de los ataques más brutales del enemigo.

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La lluvia no es constante, pero cuando hace acto de aparición consigue hacerse sentir en todo momento. Tiene vida como entidad adicional en el escenario, al igual que personajes amigos y enemigos; aunque no afecta en exceso al desarrollo, sí que se nota al poder pausar el tiempo y verla permanecer estática en el aire y poder ver 'chocar' las gotas contra los distintos elementos.

Tanto compañeros como enemigos gozan de animaciones muy elaboradas, destacando el hecho de que un personaje caído sigue intentando acabar con sus enemigos mientras todavía le quede aliento de vida. Del mismo modo, a esta ambientación de película se le une una banda sonora épica y un cuidado doblaje al español, componiendo un conjunto exquisito.

Por último, comentar las posibilidades del modo multijugador, tanto a través de Xbox Live como mediante Interconexión entre máquinas. Hasta un máximo de 16 usuarios pueden participar en 14 escenarios de los siguientes modos de juego: DeathMatch (individual y por equipos), Rey del tiempo, Locura de fusión, Capturar la bandera y Cara a cara. La variedad es amplia y las combinaciones, modificando el gran número de opciones que se ofrecen, son casi ilimitadas.

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