Steel Horizon
Estrategia aguada
La estrategia por turnos parece que está de moda en PSP si se atiende a los numerosos títulos de este género en su órbita. Pero no todos pueden ser buenos, tal y como demuestra este Steel Horizons, que acumula algunos de los peores defectos que puede tener un juego de esta clase.
La estrategia -o la táctica mejor dicho- parece estar de moda en PSP y la consola ya cuenta con varios ejemplos sólidos en el género, algunos bastantes recientes y otros todavía por llegar al mercado europeo como Jean D'Arc. Las características de ambas portátiles en el mercado las hacen, por diferentes motivos, muy adecuadas para esta clase de títulos.
Claro que es un género particularmente difícil, pese a que es uno de los decanos de los videojuegos. Mientras que es posible hacer un juego de acción o de plataformas que sea mediocre pero entretenido, para un juego táctico no hay esa opción: puede ser muy bueno, bueno, o malo directamente. Las condiciones del género no admiten medias tintas porque si no se hace bien, acaba apareciendo un título aburrido y tedioso, tal y como sucede en este caso.
Y es una pena, porque la historia es realmente interesante para ser un juego basado en las batallas marítimas de la Segunda Guerra Mundial; la trama bastante inteligente y original, además de poseer un toque adecuado de fantasía para que no resulte convencional. Es posiblemente el único aspecto destacable de un juego cuyas mecánicas simplemente no funcionan para ser un juego de estrategia por turnos.
Gráficos y Audio
No hay mucho que decir del aspecto gráfico de Steel Horizons, ya que no destaca en prácticamente en nada. La historia es llevada por unos diálogos entre personajes estáticos, por lo que aquí no hay nada interesante. El mapa en donde se desarrolla la 'acción' es lo más visualmente simple que se podía haber creado y casi parece un milagro que se hayan dignado a ponerle color. Sólo las batallas ofrecen algo decente a la vista, y tampoco es mucho decir porque no hay mucha variedad de navíos y su representación en batalla es bastante pobre.
Pero lo peor de todo es que pese a la absoluta simplicidad técnica del juego, hay errores como una especie de carga o retardo que se aplica a cualquier acción. Por ejemplo, mover un barco y hacerlo girar en una dirección concreta, algo que debería ser instantáneo, aquí resulta un movimiento insufriblemente lento por los constantes parones, lo que no sólo en contra del atractivo visual del juego, sino que lastra la velocidad del juego.
La música es también mediocre, con unos ritmos "militares-épicos" sin ninguna profundidad o variedad, que al cabo de un rato acaban por agotar al jugador por su repetición constante. Jugar sin escuchar nada es perfectamente recomendable en comparación con lo que se oye en la consola.
Jugabilidad
La idea de Steel Horizon es muy básica. Primero se ha de elegir un barco bandera, que puede ser seleccionado entre los tres tipos distintos, y una ve en el puesto de mando es cuando se dirigen las fuerzas a tu disposición en el campo de batalla bajo un sistema de turnos entre los enemigos y tú. Cada barco tiene habilidades y debilidades distintas, por lo que organizarlos en el campo de batalla es crucial para el buen puerto de las misiones.
Una vez en el mapa hay que localizar al enemigo y destruirlo, ya que la variedad de misiones es también nula limitando al jugador a 'destruir el enemigo' una y otra vez, lo que conforma una experiencia tediosa. Cada misión puede tener una longitud considerable, ya que hay que en muchas ocasiones exige primero encontrar al enemigo, cuya localización no es siempre obvia, para luego poder destruirlo tal y como piden tus superiores. Teniendo en cuentas que algunas unidades sólo son visibles por otras, es posible estar durante 10 minutos moviendo tus flotas hasta que, por casualidad, consigas encontrar al enemigo.
El combate en sí se basa en un sistema de piedra-papel-tijera en el que cada fuerza tiene debilidad-fortaleza contra uno de tipos de embarcación rival. Es en este momento cuando se despliega una especie de representación 3D de la batalla en el que el jugador no tiene más que decir a qué unidad enemiga se quiere disparar y si usar alguna 'habilidad especial" si es que está disponible en el menú. Supuestamente, hay otros factores a tener en cuenta, pero su peso en la resolución del combate es nulo. A pesar de los 14 tipos de unidades disponibles, la verdad es que de esas sobran ocho, ya que con un grupo concreto de fuerzas se puede aniquilar a cualquier resistencia que intente imponer la IA de la máquina.
En la práctica, esto crea una dinámica aburrida en el que lo único que se hace es mover tus unidades de un lado a otro constantemente. La táctica ha sido reducida a un mínimo y no hay apenas profundidad en ella, por lo que ganar un combate es algo que depende de cierto equilibrio en la forma de componer tus fuerzas más que de ninguna decisión que puedas tomar, lo que termina de conformar un juego de estrategia que no se sostiene por sus propios valores.
Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.