Balas por doquier
El personaje al que Chow Yun Fat daba vida en Hervidero (título en España para Hard Boiled) vuelve a estar de actualidad con la publicación de Stranglehold, del que podéis leer nuestras impresiones aquí , por parte de Midway. El juego, que sirve de continuación al film, introduce nuevamente al actor en la piel del inspector Tequila, un policía al margen de la ley. Entraremos de lleno en una trama que envuelve el pasado y el futuro del protagonista, situando al jugador en el centro de una disputa entre bandas. La acción tiene lugar a caballo entre Honk Kong y Chicago, donde la mafia china se unirá a la rusa para complicarnos aún más las cosas. Solo Tequila y una inmensa cantidad de munición pueden hacerles frente, es hora de apretar el gatillo.
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El título es un arcade en tercera persona que por su estilo recuerda irremediablemente a los protagonizados por Max Payne. Su característica mas clara es la simplicidad de su desarrollo, basado en avanzar y disparar, pero que no evade mirar hacia lo cinematográfico para la puesta en escena. Durante siete misiones deberemos acompañar a Tequila en su particular cruzada contra las bandas, a la vez que utilizamos el entorno para eliminar a nuestros adversarios con estilo. Acabar con los maleantes de forma limpia o espectacular nos reportará puntos, que podremos intercambiar posteriormente por contenidos extra en la zona de la taberna. Online, podremos medirnos a otros jugadores en frenéticos tiroteos para demostrar quién resulta mejor pistolero.
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Gráficos
El uso del Unreal Engine dota a Stranglehold de un apartado gráfico muy vistoso y espectacular en la recreación de la física. Si bien se peca de texturas algo emborronadas en los modelos de los enemigos, su animación, así como la de Tequila, está bien realizada y resulta creíble. En el caso del protagonista, el repertorio de movimientos y acciones que se pueden realizar está especialmente cuidado, aunque se aprecian pequeñas incongruencias de modelado a la altura de los hombros del protagonista. Fascina, eso si, la animación facial, pulida y detallada tanto para nuestro personaje como para los contrarios. El toque Woo se deja sentir en el apartado artístico del juego, repleto de zonas enrevesadas y plagadas de objetos que salen volando al impactarles los proyectiles. Los travellings de cámara al activar el torbellino o la puntería precisa son también herencia directa del director.
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Mención aparte merecen los escenarios, enormemente complejos en cuanto a modelado y física. Resulta impresionante ver una pared de bloques de vidrio fragmentarse exactamente por el lugar donde le hemos impactado con una bala. Stranglehold muestra con éxito la potencia de los entornos gráficos de nueva hornada, sacando el máximo partido a la interacción con el entorno. Casi cualquier objeto del escenario es susceptible de ser destrozado por un proyectil, aunque no todos permitirán la interacción directa de Tequila. En conjunto, sobresale el espectáculo visual durante los combates, por encima incluso de los movimientos, saltos y esquivas de los tiradores. Se consigue así plasmar el ambiente de Hard Boiled a la perfección, quedando el héroe cubierto de sangre y los escenarios completamente destrozados tras un tiroteo multitudinario.
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Por otro lado, el repertorio de efectos plasma con corrección los diversos sonidos de percusión de las armas. Resulta perfectamente posible distinguir a un enemigo que se acerca con un fusil de asalto del que viene con una SMG, aunque el caos que se produce en los tiroteos lo convierte en una difícil tarea. Las voces están totalmente dobladas al castellano, encajando bastante bien en la mayoría de personajes, salvo quizá en el caso de Tequila al que no le acaba de pegar la voz que ha recibido. La sincronización labial no resulta muy convincente, poniendo un pequeño punto negro en este apartado. También hemos apreciado algún comentario de Tequila sin traducir, hablando en inglés en lugar de en castellano. Resultan detalles casi insignificantes, pero merece la pena remarcarlos.
Jugabilidad
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Stranglehold se construye alrededor de sus tiroteos, para los que el inspector Tequila dispondrá de un reducido catálogo de armas. Pistolas, escopeta recortada, SMG, rifle de asalto, metralleta de gran calibre, lanzacohetes y pistolas doradas forman el elenco de armas para afrontar la aventura. Con ellas en mano deberemos ir eliminando a los múltiples adversarios que irán cruzándose en nuestro camino durante el desarrollo de las poco más de seis horas que nos ha durado el modo individual. Un modo historia excesivamente corto que resulta una pobre apuesta de cara a la durabilidad. Los argumentos rejugables se basan en obtener los logros (uno por cada nivel de dificultad con los que acabemos el juego) y en obtener más puntos de estilo con los que adquirir ítems en la taberna. Como punto negativo, la traducción de los textos resulta algo forzada en bastantes ocasiones, encontrándonos con algunas expresiones un tanto extrañas.
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También podremos volver a disputar las misiones de forma individual, una vez las hayamos acabado por vez primera. Más allá de ello, el juego únicamente cuenta con el multijugador para extender su vida útil. Un apartado online también algo flojo, con sólo dos modos de juego (deathmach y deathmach por equipo) y que utiliza los mismos escenarios que el modo historia. Los combates contra otros jugadores también se apoyan en el uso de las bombas tequila, con un curioso sistema en el que los demás jugadores encontrarán sus armas inactivas cuando alguien acceda a la ralentización de tiempo. Los combates son rápidos y directos, propiciados por lo cerrado de los escenarios, que hace que nos encontremos casi constantemente con otros jugadores.
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El manejo con teclado y ratón otorga un mayor control sobre la situación del que pudimos ver en las versiones de consola, lo cual consigue bajar un poco el listón de la dificultad que en cualquier caso tampoco se pone nunca por las nubes. El problema del teclado es que no es analógico y en ocasiones al realizar según qué movimientos podemos notar algo de brusquedad, pero en general el comportamiento es más que correcto y se obtienen mayores ventajas de los inconvenientes que conlleva. De todos modos, es posible configurar el juego para manejarse con un pad.
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En el modo historia viajaremos a localizaciones bastante exóticas, disfrutando de acción sin pausa y algunos combates épicos y espectaculares. Estos momentos dejan un gran sabor de boca, aunque el estar constantemente apretando el gatillo puede llegar a aburrir tras la primera hora de juego. La mecánica reiterativa es uno de los principales problemas de Stranglehold, que abusa hasta el exceso de ello, a pesar de contar con un apartado de física que podría dar mucho juego. Este apartado físico se utiliza ocasionalmente en pequeños puzzles donde deberemos golpear determinadas zonas del escenario para ganar acceso a otras nuevas. La limitada movilidad de Tequila resulta algo frustrante, ya que el no contar con un botón de salto al uso tan solo nos deja realizar maniobras prefijadas. A pesar de que hay variedad de acciones posibles, en ocasiones nos encontraremos algo confusos por intentar lanzarnos hacia un hueco y ver como el personaje no responde.
A la hora de afrontar la trama, las bombas tequila y la interacción con el escenario serán puntos fundamentales. El mecanismo de ganancias por espectacularidad en las muertes funciona realmente bien, apoyándose en estos dos valores. También lo hace la integración de las habilidades del personaje en el desarrollo de las partida, contando todos los movimientos especiales con una utilidad variada y no restringida a puntos concretos de la trama. Dan un extra de potencia de destrucción a la vez que consiguen mostrar la singularidad del personaje. Los jefes finales requerirán estrategias distintas, lo que hace que al llegar a ellos los combates tomen un cariz algo más sesudo, lo que se agradece bastante tras un buen número de minutos sin soltar el gatillo. La IA no supone grandes desafíos en ninguno de los niveles de dificultad, aunque el volumen de balas de los enemigos y su certera puntería puede llegar a frustrar al jugador en los niveles avanzados. Las confrontaciones cara a cara con los matones resultan un divertido minijuego que pondrá a prueba nuestros reflejos y concentración.
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Conclusiones
Si uno es aficionado al cine de Honk Kong disfrutará como un niño con la obra de Tiger Hill Entertainment. Este podría ser un resumen rápido del enfoque del juego, que abre una vía para futuros representantes de la acción en tercera persona. Las posibilidades de los motores físicos están empezando a ser explotadas y, en el caso de Stranglehold, es un punto positivo observar el cuidado que se ha tenido en plasmar la destrucción de un entorno de la forma mas realista posible. Decimos que es un punto positivo por que esto hace al juego enormemente similar, en cuanto a ambiente, a la película de John Woo en la que se inspira, resultando una más que satisfactoria continuación para las aventuras de Tequila.
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Pese a contar con un apartado técnico solvente, encabezado por un trabajo exquisito en la creación de escenarios, Stranglehold peca de una duración excesivamente corta para los tiempos que corren. Incluso la acción más intensa debería durar algo más de las seis horas aproximadas para completar el juego en su faceta individual. El multijugador ayuda a paliar esta carencia, aunque el pobre volumen de escenarios y de modos de juego acabará por aburrirnos rápidamente. En resumen, Stranglehold es un caramelo intenso que desaparecerá rápidamente de nuestra boca si lo degustamos con fuerza desde el principio.
La recreación de los escenarios y su física intrínseca Visualmente notable Algunos combates de fin de fase