Pecado perdonado

Corría el 21 de noviembre del año 2000 cuando Nintendo publicó el que sería uno de los proyectos más ambiciosos para Nintendo 64 después de los soberbios Ocarina of Time y GoldenEye. Treasure había desarrollado un shooter sobre raíles que prometía exprimir al máximo el hardware de la máquina en la que iba a salir, ofreciendo un sistema de juego sencillo y frenético que se implementaría a la perfección con un concepto artístico como pocas veces se había visto.

Por desgracia, la situación que se vivía en el momento en el que salió a la venta, con una Nintendo 64 dando sus últimos coletazos y quedando eclipsada por la primera consola de Sony, llevó a pensar que la salida de este título fuera de Japón iba a ser un fracaso, cancelando su lanzamiento mundial. Pero gracias a que el juego pese a venir subtitulado en japonés, tenía las voces en inglés, fue uno de los más importados de la época, dándose a conocer a todo occidente y haciendo que fuese uno de los grandes anhelados tanto por Europa como América.

Nuestra aventura comienza en un alternativo año 2007, donde por causa de la extrema prosperidad que se vive en el planeta, más que un futuro feliz, nos espera uno apocalíptico. La población no para de crecer, al igual que las necesidades alimenticias de la misma. Poco tiempo falta para que las reservas de comida acaben agotándose, llevando a la humanidad a una de las mayores hecatombes naturales jamás sufridas, el hambre mundial.

Para evitar este problema, un gran número de científicos se dedicaron a buscar una solución, consiguiendo establecer en la isla de Hokkaido una reserva de unos nuevos seres creados genéticamente en un laboratorio que servirían para saciar nuestras necesidades básicas alimentarias. Por desgracia, una mutación convirtió a varios de estos nuevos seres en animales peligrosos llamados 'Ruffians', los cuales empezaron a atacar a la gente y a expandirse hacia el sur de Japón, llevando el pánico y la confusión a las ciudades que invadían.

Fue durante la invasión de Tokio cuando el resto de las naciones pusieron las cartas sobre la mesa, enviando un grupo militar llamado Armed Volunteers para acabar con la plaga. El único problema es que este grupo actuaría con una brutalidad y desmesura inusitadas, eliminando tanto a los Ruffians como a los confusos habitantes de la ciudad, que no sabían cual era el verdadero enemigo, si las criaturas mutadas, o los propios seres humanos.

Sin & Punishment es un título que no se anda por las ramas. Según comencemos a jugar en cualquiera de los dos niveles de dificultad iniciales, nos sorprenderá el hecho de que no haya un sólo instante de tranquilidad y que la acción sea tan directa desde el primer segundo de juego. Por lo tanto, si no queremos acabar antes de tiempo nuestra aventura, será mejor que empecemos por el tutorial, donde pausadamente se nos enseñará a controlar a los personajes y a realizar las acciones principales.

La simplicidad es un elemento constante en el juego. Buena cuenta daremos de ello durante la aventura, ya que tendremos que superarla con sólo cuatro movimientos diferentes de nuestros personajes y tres tipos de items a nuestra disposición. Los bloques amarillos son los menos importantes, dándonos puntos con los que poder entrar en el ranking de mejores puntuaciones, mientras que los bloques azules (más vida) y los violetas (más tiempo) serán los realmente fundamentales.

Sin & Punishment supuso uno de los máximos exponentes gráficos de la época, llevando a la Nintendo 64 a ofrecer lo mejor de sí en esta aventura. Pese a que las texturas y modelados de los personajes no son nada que no hubiésemos visto ya en otros juegos, el conjunto creado con los escenarios -grandes, llenos de enemigos, objetos y disparos-, lo convierten en uno de los títulos más satisfactorios en este apartado en el año en que se publicó.

Respecto a los FXs y el apartado sonoro no hay ninguna queja, ya que aunque durante la mayor parte del tiempo la melodía de fondo está cubierta por la ingente cantidad de efectos de disparos y explosiones, si nos centramos en ella, o si la escuchamos en uno de los pocos momentos de tranquilidad, descubriremos que las melodías están tratadas con el mismo mimo que el resto del juego.

Jugabilidad

Es en este apartado donde por enésima vez en una consola de Nintendo nos volvemos a encontrar con la regla que tan buen resultado está dando en Wii y DS y que se resume en que 'menos es más'. Sólo cuatro acciones nos bastarán para sacarle todo el jugo a este título, y es que cuando algo puede ser fácil y sencillo, ¿Para qué complicarlo? Doble salto, desplazamiento lateral, disparo y corte. Estas serán las cuatro acciones que deberemos dominar a la perfección si queremos salir airosos de nuestra aventura.

En lo que respecta al control, aunque podremos jugar a S&P con el mando de GameCube, lo más recomendable será hacerlo con el mando Clásico, donde la disposición de sus botones hará que la experiencia de juego sea lo más cómoda posible. Con la cruceta moveremos al personaje a ambos lados, mientras que con el stick derecho desplazaremos el cursor con el que apuntamos. Para disparar, cortar y saltar usaremos los gatillos.

Como ya hemos dicho, Sin & Punishment es un juego sobre raíles, donde el movimiento de nuestro personaje se limitará a los ejes vertical y horizontal mientras que la pantalla nos va guiando por el camino a seguir. Esta rigidez a la hora de desplazarnos por los escenarios no será negativa, ni mucho menos, ya que mientras que nosotros nos centramos en esquivar los ataques de nuestros enemigos y en destruirlos, el juego se ocupará de ofrecernos unas secuencias dignas de película, con giros de cámara y enfoques que no nos dejarán de sorprender en todo momento debido a su espectacularidad y belleza.