Tabula Rasa, Impresiones

Tabula Rasa cada día está mas cerca de ser una realidad. Hemos podido jugar a la beta cerrada durante estos días y os contamos nuestras primeras impresiones. Rol y ciencia ficción de la mano de Lord British.

El toque del maestro

Si hay un personaje importante en el mundo de los juegos online ese es sin duda Richard Garriot, creador de la saga Ultima al completo y por ende del MMORPG más veterano del mercado. Distribuido por NCSoft, el nuevo proyecto de Garriot es una aventura de corte futurista con claras referencias al mundo de la ciencia ficción. Viajes espaciales, planetas inexplorados y tribus alienígenas son solo algunas de las cosas que nos hemos encontrado en nuestra toma de contacto con Tabula Rasa. A pesar de estar en fase de beta cerrada, el acabado es cercano al definitivo, lo cual es prometedor si pensamos que el juego será lanzado en el último trimestre de este año. Por supuesto, todavía se están arreglando bugs, ajustando valores de habilidades y corrigiendo elementos de corte técnico, como es normal en una beta.


El hilo argumental sobre el que gira este nuevo mundo persistente es un teórico fin de la humanidad, en la que solo pequeñas colonias de supervivientes resisten. Estas colonias, diseminadas a lo largo de la galaxia se enfrentan a varias raza alienígenas por la supremacía de la especie. Detrás de este simple planteamiento para la trama se esconde un rico mosaico de culturas y personajes con los que interrelacionarse. El jugador toma el papel de uno de los supervivientes y debe hacer su propio camino en el juego. Las aventuras y desafíos serán una constante, entrelazando las decisiones más simples con otras de carácter moral que pondrán a prueba la personalidad de los jugadores. Durante las horas de juego en Tabula Rasa ya hemos podido apreciar ese esfuerzo de Garriot por dar un paso más en el mundo del juego online.

El primer paso en la beta fue crear nuestro avatar virtual con el editor del juego. Pese a que los campos de personalización no son tan profundos como en otros títulos del género, el poder elegir entre una gran cantidad de ropa hace que resulte complicado encontrar personajes exactamente iguales. Tras ello se nos sitúa en la zona de inicio para todos los jugadores, donde los numerosos personajes no jugadores nos irán dando instrucciones sobre cómo acceder a todas las posibilidades disponibles. El interfaz resulta sencillo y simple, sin sobrecargar la pantalla con decenas de opciones y mostrando una comodidad pasmosa por su teórica falta de iconos. Al pulsar una tecla aparece en pantalla un menú radial que recuerda inmediatamente al del primer Neverwinter Nights, donde podremos acceder a todas las ventanas por medio del ratón. De otro modo, los omnipresentes atajos de teclado harán aparecer las diferentes zonas de información.


Lo primero que sorprende es la presencia activa de la tecla de agacharse, que como los NPC nos explican, tiene una importancia capital en combate. Si estamos cubiertos parcialmente, la posibilidad de impactarnos será mucho menor, al igual que la cantidad de daño que podremos recibir. Resulta curioso ver un estilo de combate tan cercano a los juegos de acción en primera o tercera persona en un mundo persistente, aunque el resultado conseguido en Tabula Rasa es muy convincente y entretenido. El apuntado se realiza de forma semi automática, por lo que deberemos apuntar al objetivo antes de que nuestro punto de mira se fije en él para disparar. Esto aumenta la sensación de ser nosotros quien controla el disparo al cien por cién, aunque serán nuestras estadísticas y las condiciones bajo las que se efectúa el disparo las que condicionen si golpea o no.

Una vez con el control del personaje dominado, nos embarcamos en la comprensión del sistema de progresión de nuestro soldado, determinado como siempre por puntos de experiencia. Al subir nivel se nos otorga un determinado número de puntos de atributo que distribuir entre mente, cuerpo y espíritu. Estos tres valores desembocarán activa y pasivamente en los valores de competencia de nuestro personaje. Por otro lado, recibiremos puntos de habilidad con los que mejorar las que tengamos accesibles según nuestra especialización. El crecimiento del personaje en Tabula Rasa se determina mediante una estructura en árbol mediante la que iremos determinando la profesión a la que podemos acceder finalmente. Las elecciones podrán llevarnos desde soldado puro y duro a biólogo alienígena o ingeniero.


Para satisfacer aún más al jugador dedicado y que no quiera perderse nada, Tabula Rasa permite clonar personajes en cualquier momento. Probamos esta opción en la beta, consiguiendo inmediatamente un personaje con los mismos valores de experiencia y en cuerpo, mente y espíritu, pero con un árbol de avance profesional intacto. Esto hace que podamos explorar cualquier variante del juego sin tener que volver a empezar desde nivel 1 con cada nuevo avatar, algo muy de agradecer.  Al obtener una nueva especialización aparecerá una nueva ficha de habilidades con capacidades adicionales para nuestro personaje. Invertir los puntos en capacidades de distintos puntos del árbol será decisión del jugador únicamente. Las que hemos visto hasta el momento se dividían entre capacidades mágicas, de combate con y sin armas, uso de armaduras y capacidades de creación de objetos.


Universo asediado

Tras entender como funciona nuestro personaje era el momento de afrontar las distintas misiones que se ponen a nuestro alcance desde primer momento. En la zona inicial las tareas están orientadas a enseñarnos lo que podemos hacer, con objetivos sencillos pero interesantes de cara al argumento. Los primeros pasos como soldado raso nos llevaron a ganar nuestros primeros niveles y a superar la zona inicial sin demasiados contratiempos. Acto seguido, desembocamos en una zona mucho más amplia del mismo planeta, donde ya nos cruzamos con los primeros jugadores humanos. A partir de este punto es donde comienza realmente la aventura, con un buen número de personajes solicitándonos ayuda. El minimaza sirve para localizar los puntos calientes del mundo, como la localización de los objetivos de las misiones, las tiendas o la posición de los compañeros.


Además, el mapa completo es de una ayuda indispensable, marcando claramente la posición de todos los puntos donde ir para completar las misiones. Resulta complejo perderse en Tabula Rasa, ya que siempre tendremos algo que hacer y sabremos donde ir para realizarlo. Los encargos iniciales varían entre la clásica recolección de ítems y misiones más sofisticadas como acabar con un determinado jefe enemigo para obtener su cabeza. Los enemigos irán apareciendo constantemente en ciertos puntos del juego y nos pueden perseguir incluso dentro de las zonas comunes. En este sentido, el desarrollo de la acción en pantalla está implementado de forma muy creíble, con constantes tiroteos entre los jugadores y los enemigos, que realmente da la impresión de que nos encontramos en una zona en conflicto.

Sin duda, uno de los puntos más curiosos en Tabula Rasa es la presencia de los llamados Logos. Estos símbolos alienígenas creados por el propio Garriot resultan representaciones de palabras y deberemos coleccionarlos durante nuestro paso por el juego. Estarán diseminados por el universo en altares más o menos accesibles y resulta fundamental obtener al menos los correspondientes a las habilidades que queramos usar. En efecto, los logos de los que dispongamos determinan qué habilidades podemos usar de las que tenemos disponibles. Así, si una habilidad requiere el logos de enemigo, no podremos situar esta habilidad en nuestra barra de acceso rápido hasta que no tengamos dicho logos en nuestra tableta de colección.


Así se consigue un proceso de búsqueda continua para animar al jugador a explorar el universo y perfeccionar sus capacidades. Las misiones también nos llevarán a tomar decisiones éticas importantes, como entregar un cargamento de droga y llevarnos una enorme suma de dinero o reportar el uso de dicha droga y ganar experiencia por hacerlo. Es una misión adicional que no supone un peso crucial en la trama, pero que enriquece la variedad y muestra la apuesta de la compañía por ofrecer un entorno lo más interesante posible para el jugador. Por supuesto, serán los jugadores los que forjen la moralidad de sus personajes como ellos deseen. Al fin y al cabo, poder clonarlos en cualquier momento permite vivir la trama como uno quiera y todas las veces que le apetezca.

Desafíos constantes

Otro de los aspectos que mejor impresión nos ha causado es el tratamiento de IA aplicado a los enemigos. Pese a ser simples soldados comunes que aparecen una y otra vez, los primeros Thrax con los que nos encontramos ya demuestran capacidades tácticas importantes. Ello implica que si nos quedamos parados disparando vendrán a por nosotros corriendo, se cubrirán con el escenario si contamos con un arma automática o usaran ataques de cuerpo a cuerpo si estamos muy cerca. Los impactos críticos con las armas están representados visualmente en el juego con animaciones espectaculares que realmente dan la sensación de que hemos provocado un enorme daño.

La aparición continua de enemigos hace que quedarse parado mucho rato en la misma zona sea un ejercicio arriesgado para el jugador poco poderoso. El nivel de potencia de los enemigos va creciendo según abandonamos las zonas iniciales. Esto redunda en el bien de la cooperación, indispensable si queremos sobrevivir en las áreas más complejas. Lamentablemente, la presencia de otros jugadores tiene efectos clásicos y no deseados en ciertas misiones, normalmente haciendo más complicada su realización. Resulta fundamental valorar que tipo de objetivos debemos afrontar solos para acelerar su consecución o de lo contrario estaremos aniquilando enemigos y cediendo puntos de experiencia de forma desinteresada a los jugadores que estén cerca nuestra.

Tabula Rasa presenta muy buenas maneras en cuanto a diseño de escenarios, por lo que hemos podido comprobar durante la beta. Un diseño inteligente para aprovechar el terreno se suma a la alternancia de alturas para evitar la monotonía. Así, las zonas iniciales nos posicionaban en un conjunto de búnkeres y trincheras, pasando posteriormente a explorar zonas boscosas y de ríos en Concordia Wilderness. Resulta difícil encontrar dos localizaciones similares entre sí, puesto que todas estan adornadas con un buen número de elementos de escenografía, además de modeladas de forma única. Esto es especialmente remarcable en el caso de las cavernas, repletas de formas enrevesadas, túneles sin salida y desniveles de todo tipo.

Pese a ello, echamos en falta todavía un mayor número de personajes vagando por el mundo, algo desangelado salvo en las zonas donde hay presencia intensa de enemigos. Todavía queda camino por recorrer de cara a poblar un universo que parece moldeado a la perfección para el disfrute de los jugadores. Por otra parte, técnicamente la beta no ha permitido obtener demasiadas conclusiones, salvo observar en movimiento los personajes y ver las curiosas animaciones que realizarán para almacenar los logos en su tableta. Visualmente, Tabula Rasa promete ser espectacular en cuanto a efectos especiales, tal y como hemos apreciado en nuestras horas de juego. La presencia de un gran catálogo de armas de fuego hace que el repertorio de sonidos deba ser variado, y eso es algo que todavía está por pulir levemente. La música en el juego acompaña realmente bien a la acción, y hace muy agradable el desarrollo de la partida.

Expectativas en todo lo alto

A pesar de que las primeras sensaciones son positivas, todavía queda cierto regusto amargo en algunos puntos. En el tiempo de juego que hemos disfrutado se nos han otorgado numerosas misiones de recolección de ítems, un estilo de encargo que no acaba de abandonar el género del rol online. Los inicios también resultan algo rocosos por la ausencia de un tutorial algo más profundo y que explique mejor el desarrollo del juego en los compases iniciales. El apoyo de las ayudas es fundamental, ya que los primeros pasos no son todo lo intuitivos que cabría esperar para el jugador no experimentado. Aquellos con más bagaje en mundos persistentes no deberían tener demasiados problemas para comprender la mecánica rápidamente.


Después de testear el juego durante varios dias podemos decir que la aventura promete ser larga y tenernos ocupados bastante tiempo. Pese a que la experiencia de juego no es radicalmente distinta de los MMORPGS clásicos, si que se notan suficientes avances en el planteamiento y el desarrollo como observar el futuro de Tabula Rasa de forma prometedora. Lord British apuesta de nuevo en el género y su proyecto parece sólido, habrá que ver como se desarrolla todo finalmente. Hasta el momento de su lanzamiento, os mantendremos informados de cómo avanza su desarrollo.