Ghosts remodelados

Tom Clancy's Ghost Recon Advanced Warfighter 2 (GRAW 2 en adelante) es un gran juego para Xbox 360. No solamente goza de un apartado técnico casi impecable sino que cumple el requisito fundamental de ser muy divertido, convirtiéndose en un juego de disparos en tercera persona táctico que realmente exprime el potencial de la plataforma y entretiene de forma muy por encima a la media. GRAW 2 es un título de una calidad a la que nunca deberíamos acostumbrarnos.

La versión de PC comparte muchas cosas con su homónima de consola pero, a pesar de todo, estamos hablando de dos títulos distintos. Sí, tienen el mismo argumento, el mismo doblaje espectacular… pero jugablemente son otra historia. Los cambios provocados en la edición para compatibles provocan que ya no estemos ante un shooter táctico sino ante un shooter estratégico, donde nuestra habilidad al ratón pesa mucho menos que nuestra capacidad para anticiparnos a la acción posicionando a nuestros hombres.

Para aquellos que no lo sepan, Ghost Recon nos pone al mando de un escuadrón de soldados de infiltración, armados con el más moderno equipamiento del futuro cercano y, encarnando al Capitán Mitchell, deberemos solucionar un conflicto emergente en ciudad de Juárez, México. Aunque la perspectiva es la de un FPS al uso, el éxito de nuestra misión radica en utilizar sabiamente nuestros recursos para, encuentro a encuentro, ir superando y eliminando a todos los enemigos que se nos pongan por delante minimizando las pérdidas.

El cambio de la tercera persona a la primera persona podría dar la impresión de que GRAW 2 ha sido diseñado como un avanzar y disparar a lo loco, pero nada más lejos de la realidad. No solamente se ha alejado al juego del dinamismo de la versión de X360 sino que se ha ralentizado tanto el ritmo que se asemeja más a títulos como Full Spectrum Warrior con incluso algunos toques del veterano SWAT, aunque sin llegar ni de lejos a la quisquillosidad de este último.

El problema viene principalmente en que algo se ha perdido por el camino; el cambio de tercio, aunque pueda ser apreciado por algunos jugadores, no le sienta tan bien como debería. Uno nunca tiene la sensación de estar comandando a 4 de los mejores hombres del ejército americano si se les tiene que decir en qué dirección tienen que mirar y nunca se tiene la sensación de estar luchando contra una guerrilla capaz de derrocar un gobierno si vienen todos en fila india para que se les abata uno a uno.

Con todo, el nuevo juego basado en la franquicia de Tom Clancy tiene sus grandes momentos; el nuevo modo multijugador nos parece un buen acierto y además, publicado bajo la línea Codegame, se ofrece a un precio reducido de 20 euros. Razones de peso que lo sitúan como uno de los títulos con mejor relación calidad-precio del mercado con mucha diferencia. No obstante, siempre según nuestra opinión, el juego hubiese ganado de dejarlo tal y como estaba. Veamos el por qué.

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Aunque la paleta de colores utilizada es un poco demasiado cálida y sosa para nuestro gusto, lo cierto es que se consigue recrear con bastante acierto el clima seco y caluroso propio de las tierras mejicanas. No se puede evitar cierta reminiscencia del previo GRAW ya que se han reciclado muchos de los elementos (coches, texturas, equipo, etc.), pero dado que el juego nos sitúa justo después de la acción vista en la primera parte optamos por pensar que es por cuestiones de coherencia con el guión.

La perspectiva en primera persona nos roba la contemplación de las animaciones de las que hacía alarde nuestro protagonista en la versión de consola, si bien aquí podremos comprobar con detalle el movimiento de nuestros compañeros ghost. Su forma de avanzar, moverse, agacharse y permanecer alerta es sencillamente estupenda y en todo momento observamos el nivel de atención puesta en ese aspecto. En los enemigos es otro cantar, que gozan de muchas menos animaciones y mucho más enlatadas.

GRAW se nutre de numerosos efectos para aumentar la cantidad de realismo: basta observar la típica neblina producida por el sol al golpear el asfalto, los reflejos de la luz al reflejarse en determinados lugares, las explosiones de un vehículo y el comportamiento de un helicóptero al caer derribado o, por poner algo más simple, el impacto de nuestras balas sobre los objetos del entorno. Se echa un poco de menos algo más de interactividad con partes muertas del escenario (siguen habiendo plantas silvestres que parecen hechas de hierro colado en Soria porque no podemos atravesarlas con un rifle de francotirador), pero en general no está mal.

La física con la que se ha dotado a las armas, así como el comportamiento de las mismas heredado de la anterior entrega, nos parece más que correcta y los enemigos suelen responder acertadamente según las órdenes del motor de colisiones. Alguno se queda colgado de una escalera, pero nada dramático en este aspecto. La presentación de todos los elementos, inclusive los de los menús o los del HUD nos parece realizada con muy buen gusto y sin duda contribuyen a ofrecer una imagen más compacta del juego.

La traducción y doblaje al castellano son probablemente uno de los mejores aspectos a destacar, y Ubi hace bien en mantener ese estándar para la mayoría de sus juegos, si bien algunas líneas más de diálogo no hubiesen venido mal (especialmente para nuestros enemigos). El nivel lo mantienen perfectamente los efectos de sonido, perfectamente reflejados en la acústica de las armas de fuego, vehículos, aviones, tanques… incluso la calma que precede a la tempestad con su silencio característico está muy bien implementado.

Los que completamos el juego en su dificultad más difícil ya nos dimos cuenta de la importancia de llegar bien preparados a todos los encuentros, pero eso no es comparable a la minuciosidad de la versión PC. Para empezar, nunca tenemos la sensación de que los hombres que tenemos al lado son auténticos especialistas en su campo curtidos en mil batallas como explican en su ficha. La impresión que da es que solo harán aquello que tu les digas que hagan.

Y en realidad el ejécito funciona así, pero un fusilero experto se saldrá mínimamente de su arco de fuego programado para cubrir a un compañero que está siendo acribillado por el enemigo. Y si le pasa un enemigo por al lado se girará a pesar de no haber dispuesto esa orden; y ese es el problema principal de GRAW, que ha perdido el buen feeling que daba la copia de consola en pos de un control táctico excesivo que resta enteros al juego.

Porque ahora tenemos varias formas de dar comandos a nuestro equipo; en la mayoría de los casos podemos utilizarlos desde el HUD, por ejemplo mirando hacia una dirección y dirigiendo hacia allí a los ghost. En función de sus instrucciones avanzarán más o menos agresivamente o atacarán al enemigo; pero también podemos dar múltiples instrucciones desde el mapa táctico, asignando puntos de control consecutivos o diciendo cuándo y cómo tienen que disparar. El problema es que solo lo harán ante esas situaciones y no responderán como se supone que lo harían en una situación de guerra real.

A eso no contribuye el hecho de que, en general, la inteligencia artificial del juego sea muy mejorable, especialmente la de los enemigos. Dado que la de los ghost depende de nuestra propia inteligencia (mira hacia allí, dispara a eso, etc.), los enemigos actúan en función de nuestros actos. O debería ser así, en teoría. La realidad es como toman decisiones extrañas, como la de salir de una posición de cobertura para exponerse a un flanqueo o bien ir corriendo a cubrirse y sin motivo echar cuerpo a tierra.

Si ignoramos estas situaciones, nos encontraremos de todos modos con un producto muy entretenido y muy bien presentado. Desde el mismo HUD, que unifica en una sola visión desde los videos que recibimos de los superiores, munición y tipo de arma equipada, posición corporal… hasta la importantísima Cross-Com, en la parte superior izquierda, capaz de proporcionarnos información de diversa índole, como la de la cámara que cada uno de nuestros compañeros lleva (y así podemos ver lo que ellos ven).

La campaña principal es relativamente corta, pero dada la particularidad del nuevo sistema lo cierto es que se alarga un poco más, muy especialmente en el nivel de dificultad más alto que obliga a hacer uso del guardado / cargado rápido con demasiada asiduidad. El hecho de que la supervivencia se justifique gracias a un posicionamiento adecuado de nuestros hombres simplemente añade tiempo previo al combate, restando ese dinamismo y esa inmersión que había con la versión de Xbox 360.

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A eso se le añade el hecho de que el diseño de las fases es simplemente enorme y que casi siempre existe más de una opción mediante la que abordar un encuentro; GRAW 2 no te lleva sobre raíles (aunque algunas fases están simplemente diseñadas con ese objetivo en mente), pero el hecho de depender continuamente de un pelotón tan poco autónomo a lo largo de una misión demasiado larga se puede hacer un poco pesado. Y esto no es necesariamente malo, ojo, es que la acción debería ser mucho más intensa porque el escenario es un conflicto puro y duro, nada más.

El control sobre el juego no se limita a posicionar o dirigir los miembros del grupo, sino que también podremos decidir quién y qué equipamiento va a llevar, al margen de escoger el punto de inserción que en algunas fases puede haber más de uno; incluso las armas pueden modificarse a nuestro antojo a partir de ciertas condiciones que deben cumplir - no se puede aplicar un silenciador a una ametralladora pesada de asalto - y que verdaderamente dan la sensación de disponer de un equipo completamente customizado.

A pesar de todo, dispondremos de buenos momentos en GRAW. Es altamente satisfactorio que un encuentro salga correctamente, con nuestros aliados realizando fuego de cobertura mientras nuestro francotirador abate al enemigo del tejado y nosotros realizamos el flanqueo a dos rebeldes del callejón. Los cristales se rompen, las balas pasan silbando cerca, nos han herido en un brazo y estamos esperando impacientemente la cobertura aérea de ese Littlebird que parece no llegar nunca…

En el multiplayer se ha añadido un nuevo modo de juego llamado Recon contra Asalto en el que participan dos equipos, uno de Ghost y otro de Rebeldes. Siempre a través de GameSpy o de una LAN, los Ghost deben tratar de eliminar a 3 vehículos que defienden los mexicanos. Si mueren se tienen que limitar a ayudar a sus compañeros 'marcando' a los rebeldes con la cámara del casco, que los pinta en el mapa para el resto del equipo; sus adversarios, en cambio, poseen una potencia de fuego mayor y además se regeneran.

Existen otros modos clásicos como el deathmatch tanto individual como por equipos, o incluso una zona de control de territorio que recibe el nombre en honor a la película 'La colina de la hamburguesa'. También es posible disputar la campaña en cooperativo con hasta 3 compañeros, o bien repetir las misiones ya terminadas juntamente con un amigo. El multiplayer es, sin duda, lo que más alarga la vida de GRAW 2 y muy probablemente uno de sus puntos más fuertes.

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