Medieval II: Total War Kingdoms, Impresiones

La saga Total War expande una vez más sus fronteras con Kingdoms, la primera expansión del aclamado Medieval II: Total War. A cuatro meses de su lanzamiento, le hincamos el diente a una primera versión jugable del título de The Creative Assembly.

Consagrada como una de las grandes sagas dentro del género de la estrategia para PC, la serie Total War de SEGA y The Creative Assembly ha marcado nuevos hitos en el género con cada una de sus entregas. Las batallas multitudinarias en diversos contextos históricos son uno de sus grandes puntos fuertes.

El pasado mes de noviembre, la editora puso en circulación la esperada segunda parte del explosivo Medieval: Total War. Cuatro años después del lanzamiento del título original, que posteriormente contó con la expansión Viking Invasion, llegó a las tiendas una secuela a la altura de lo esperado. La jugabilidad del clásico se mantuvo intacta, incorporando novedades suficientes y contando con un motor gráfico espectacular. Todo esto le proporcionó a Medieval II Total War un merecido 8,5 en MeriStation.

adelantamos hace casi  dos meses, The Creative Assembly prepara el primer pack de extensión para Medieval II. Kingdoms, sobrenombre bajo el que ha sido bautizada la expansión, nos llevará a profundizar aún más en la jugabilidad de la serie, con más campañas y unidades. Nosotros ya hemos podido probar una versión preview de la expansión. Si quieres conocer cómo está quedando el proyecto, no te pierdas nuestras primeras impresiones.

Cambio de contexto

Lo primero que resalta al instalar el programa es la división entre las cuatro nuevas campañas. Como ya os adelantamos en el avance, el juego cuenta con cuatro nuevas campañas; las cruzadas, la conquista de América, bretaña y los conflictos religiosos del norte de Europa. Este cambio de contexto con respecto al original, especialmente palpable en la campaña del Nuevo Mundo, da un aire fresco al título.

A grandes rasgos, y sintetizando demasiado, nos encontraremos exactamente con lo mismo que hemos podido ver en Medieval II: Total War -batallas masivas en inmensos campos-, pero con la diferencia de que las unidades y las localizaciones cambian de manera positiva, ofreciendo un toque atractivo a las partidas. En este sentido, los jugadores que hayan explotado el modo campaña de la segunda parte disfrutarán con este pack de expansión.

Cada campaña contará con sus propias facciones adaptadas al contexto, sumando un total de trece nuevas facciones y más de ciento cincuenta unidades, entre las que destacan -y sorprenden-, por ejemplo, los artilleros españoles y bizantinos, unidades perfectas para realizar ataques de largo alcance, los mamelucos egipcios o los Caballeros Templarios. Todas estas unidades, así como las facciones, se adaptan a la perfección a la jugabilidad de la serie.

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Del mismo modo, cada campaña incorpora héroes y personajes emblemáticos de la historia, como el conquistador Hernán Cortés, o la figura de reyes y papas, que nos concederán misiones y nos darán su beneplácito si logramos cumplir ciertos objetivos. Las misiones, siempre accesibles desde el menú, estarán detalladas al máximo, indicando los objetivos y el número de turnos necesarios para completarlo. Por otra parte, además de las pertinentes explicaciones y tutoriales en forma de pergaminos -de consulta obligada si queremos entender la mecánica de juego-, cada facción contará con vídeos y escenas que mezclarán gráficos en tiempo real con cinemáticas.

Respetando al original

La distribución de los menús a lo largo de la interfaz mantiene las bases del juego original. No obstante, para la ocasión, y dada la naturaleza de las campañas, centradas en conquistar pueblos y someterlos a la religión, por ejemplo, el título hace mayor hincapié en las labores de cooperación entre pueblos, estableciendo enlaces comerciales y alianzas bélicas. Así que tras toparnos con una nueva civilización, siempre podremos estudiar diversas posibilidades antes de lanzarnos a las armas. Y es que quizá sea más útil ceder algunas monedas antes que perder un centenar de soldados.

Cuando nuestras tropas logren asediar un pueblo, tras combatir contra el ejército defensor y decidir entre "Liberar", "Ejecutar" o "Saquear" a los supervivientes, tendremos que mantener la estabilidad económica y moral del pueblo, evitando que se conformen revueltas internas que den lugar rebeliones extremadamente peligrosas para la integridad de nuestro ejército. Somos los invasores y queremos imponer nuestra cultura; más nos vale cuidar a la población. Rebajar los impuestos y mejorar la infraestructura son dos opciones a tener en cuenta si queremos mantener nuestra hegemonía.

La dinámica de juego continúa llevándonos ante un minimapa en el que dispondremos a nuestras unidades siguiendo turnos, seleccionando qué movimientos o ataques deben realizar. Podremos enviar un explorador, para que descubra nuevas localizaciones y pacte con el enemigo, hacer que los clérigos encabecen el movimiento de conversión religiosa, comerciar con mercaderes u optar por la vía rápida y a veces poco recomendable de la guerra. 

En caso de que ésta última sea nuestra opción, pasaremos a la antológica pantalla de combate: un escenario natural en el que nos enfrentaremos al enemigo a cielo abierto o asediando su bastión. Tras disponer la posición de las tropas, darán comienzo batallas de lo más estratégicas y clásicas, que nos llevarán a controlar las acciones de las unidades con sumo cuidado.

Por lo general, el equilibrio entre facciones suele ser la nota dominante, aunque resta algo de realismo al título. Y es que, por ejemplo, ver cómo un pequeño escuadrón de indígenas armados con lanzas y escudos de madera hace frente a la facción española -con armas de fuego- termina por generar combates de lo más variopintos.

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Además del modo campaña, que contará con un correcto número de horas de juego en el título final, esta versión que hemos podido probar incluye algunos de los escenarios especiales dentro del modo "Batallas Históricas", que nos llevará a recrear combates como la persecución entre Bizantinos y Turcos, o los enfrentamientos entre Jerusalén y Egipto.

Vuelven también los modos "Batalla Rápida" y "Batalla Personalizada", además del multijugador, modo de juego al que no hemos podido hincar el diente aún por la ausencia de jugadores en la expansión.

Primeras impresiones

A grandes rasgos, Medieval II: Total War Kingdoms nos ha causado una grata impresión. Se trata de una expansión completa, que aportará un surtido de contenidos muy atractivos al título original. Aunque todavía quedan meses para que el juego salga a la calle, pues llegará a las tiendas en noviembre, la versión del programa que hemos podido probar muestra un estado de desarrollo avanzado, incluyendo incluso traducción y doblaje al castellano de manera parcial. No cabe duda de que los amantes de Total War encontrarán en este título uno de sus grandes de cara a finales de año.

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