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Square Enix nos toma el pelo

La compañía más representativa del mundo de los J-RPGs ya no es lo que era; su fiesta anual ha sido fruto de innumerables críticas. Mientras ports, remakes, y spin-off's son el pan de cada día, los aficionados nos preguntamos por qué Square Enix nos toma el pelo.

Sólo hay que echar la vista hacia atrás para recordar cuál era la consideración que los aficionados y críticos especializados tenían de Squaresoft. La decana PlayStation tuvo la suerte de recibir los que a buen seguro son y probablemente serán los mejores títulos de la compañía: J-RPGs originales, divertidos, profundos, largos..., existen un sinfín de formas de entender lo que Square hacía en cada nuevo juego de Rol que lanzaban al mercado. Vagrant Story, Final Fantasy VII o Chrono Cross son ejemplos del repertorio del que hace gala la empresa dirigida por Yoichi Wada, todos ellos referentes en el género desde el día de su salida.

Las cifras hablan por sí solas; hay pocas desarrolladoras con capacidad para conseguir que todos sus productos se conviertan en una bomba a nivel mediático, algo a lo que Square se ha acostumbrado en un lapso de tiempo relativamente corto, con lo que esto conlleva. Su fusión con Enix no sólo cambiaría parcialmente el nombre de la empresa, sino que también haría temblar los cimientos sobre los que reposaba la ‘filosofía de hierro' por la que se ceñían todos sus proyectos. Lejos quedaban casos como la posible continuación de Final Fantasy VII, exigida a gritos por los aficionados y rechazada una y otra vez por parte de los máximos mandatarios de Square.

Paralelamente al aumento del hype que rodea las sagas por excelencia de la compañía, Square Enix ha dado a los aficionados aquello que pedían de forma incansable; ampliar sus series favoritas, mejorando todo a nivel técnico y relegando la historia a un segundo plano. El único problema se encuentra en la forma de llevarlo a cabo, en el total abandono de otras sagas míticas de Square Enix que por un motivo u otro no interesan de cara al mercado, en la continua sensación de que se nos está tomando el pelo a base de port's 1:1 -adaptaciones que mantienen todos y la mayor parte de los aspectos originales inalterados- sin ofrecer nada realmente nuevo.

Por esta razón, su particular evento privado ha tomado algo más de relevancia de cara al mercado, quizás en parte por la expectación de que se anuncien nuevas adaptaciones de algunas sagas mencionadas con anterioridad. Decenas de rumores, colas de infarto y mucho, mucho calor formaron parte del protocolo con el que nuestro corresponsal fue allí recibido. Y por sorprendente que parezca, la feria no sirvió para absolutamente nada. Algunas versiones de prueba del esperado Dragon Quest Swords para Wii, una nueva serie de cartuchos para NDS y, de resto, la típica y cansina retahíla de spin off's y remakes.

Hubo mucho más en la fiesta que molestó a propios y extraños. Ante la ausencia de nuevos datos sobre FFXIII, del que se limitó la información a algunos segundos más de metraje en cada trailer expuesto, esperábamos algún título de calidad, nuevo. Y Square Enix, haciendo uso nuevamente de su curiosa política, anuncia Parasite Eve 3 sólo para una clase de móviles particular en Japón, donde la industria de estos teléfonos está a años luz de la occidental. La desagradable sensación de malestar aumenta motivada por el valor de una empresa clásica que no tiene reparos en reírse de todos nosotros cuando y cómo quiere.

Otrora nunca nos habríamos creído que después de lanzar al mercado port's de los FF originales en GBA, Square tendría el valor suficiente para repetir el hábil movimiento en PSP. Los mismos juegos de hace veinte años que podemos comprar por 10€ en alguna tienda de segunda mano son ahora parte fundamental del proyecto de la empresa de cara al presente año. Otrora tampoco nos habríamos creído que, después de anunciar a bombo y platillo el anuncio de un nuevo Kingdom Hearts, aparezca una nota aclarativa en la que se explica que la nueva entrega será... presentada en el Tokyo Game Show de este año. El sentimiento de que alguien nos apunta con el dedo y se ríe de nosotros aumenta cada vez más. Y encima, para evitarse problemas de numeración, la decimotercera entrega de Final Fantasy tendrá varias ramas alternativas, al parecer con el fin de dedicarse a ellas durante diez años.

Final Fantasy XII International, Dissidia, Crisis Core o FF Anthology. Da igual el envoltorio, los juegos siguen siendo los mismos. La idea, la misma; sacar el dinero del aficionado sin reparos, aprovechando un nombre que vende por sí solo mientras disfrutamos de 'joyas' como Dirge of Cerberus o del fanmovie Advent Children. No es justo. Last Remnant, juego que curiosamente fue presentado dos días antes del Square Enix Party, único exponente 'original' de Square para PS3, sigue la tónica impuesta por los últimos FF, por lo que poco o nada tiene que ver con lo que los aficionados esperamos de él.

Como dice el dicho, la esperanza es lo último que se pierde. Los aficionados, pobres ilusos que gustan de gastarse 50€ en cada nuevo juego que saca Square Enix, seguirán siendo ridiculizados a base de comprar un producto de hace 20 años presentado como novedad. Mientras tanto, Square Enix seguirá con su ciclo vicioso, incansable, incombustible, así hasta que aparezca la vigésima entrega de Final Fantasy y el remake de FFX para la próxima generación de portátiles. Da que pensar si Square, desde un primer momento, no ha tenido todo esto planeado desde el éxito de FFVII y sucesivas.

Sea o no sea así, seguiremos comiendo la comida que desee nuestro amo. Qué curioso, cuando quien realmente tiene el poder lo pierde por culpa del fanatismo estúpido y cerrado, perdiendo así también parte de la maestría que nos regalaba una empresa favorita por muchos y odiada por pocos.

Final Fantasy XIII

  • PS3
  • 360
  • RPG
Decimotercera entrega de la saga Final Fantasy, dividida en varios capítulos y llamada a cubrir los 10 próximos años de la serie.
Carátula de Final Fantasy XIII
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