¡Que corra el ron!

Con la proximidad del periodo vacacional llegan las inevitables películas taquilleras para toda la familia, y este año viene especialmente cargado con numerosos estrenos muy esperados. Todos ellos, de forma casi irremediable, cuentan con su correspondiente adaptación jugable, y si hace unas semanas hablábamos de Spiderman, ahora le toca el turno al capitán Jack Sparrow.

El éxito de la primera entrega de Piratas del Caribe, que se lo debe sin duda al gran carisma que desprendía el personaje de Jhonny Depp, desencadenó en dos secuelas unidas entre sí, como si fuese una película cortada a la mitad, una técnica comercial que está siendo muy explotada. No obstante, las cifras acompañan, y el supuesto cierre de la trilogía llega a nuestros cines este 25 de mayo.

A partir de ahí va evolucionando en su narrativa ofreciendo los momentos más destacables de la segunda película, hilándolos poco a poco con la tercera entrega, en la que se acaba adentrando llegado su momento. De este modo, el reparto de niveles está bastante equilibrado entre los dos fragmentos de esta historia común, algo que seguramente ya tuvieron en cuenta en el equipo desarrollador para ofrecer un argumento conjunto, y por eso no hubo juego de la segunda película fuera de las portátiles.

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La puesta en escena del argumento está algo acelerada, saltándose por alto bastantes conversaciones importantes del celuloide y centrándose más en los momentos de acción. Esto supone que, a priori, el juego está pensado como complemento para los seguidores de la película que conocen la historia, más que para aquellos que quieran disfrutar de su argumento.

Todo gira en torno al cofre del hombre muerto, que contiene el corazón de Davy Jones, un alma en pena atrapada en la tierra y obligada a navegar a perpetuidad con su barco lleno de piratas que han vendido su alma al diablo. De transfondo podemos vislumbrar cierto cónclave pirata cuya importancia aumentará tras los sucesos del final de la segunda película.

El planteamiento es, por tanto, realmente sencillo y sin demasiadas complicaciones, ofreciendo un esquema de juego que se vuelve repetitivo y demasiado básico. Después de atravesar zonas con pequeños retos a superar, como atravesar maderos estrechos debiendo mantener el equilibrio, se llega a un área donde hordas de enemigos harán su aparición de forma constante mientras acabamos con ellos y luego con el jefe final de turno.

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Un esquema siempre idéntico, independientemente de que nos encontremos en Port Royale, un barco o una isla. Si bien al principio puede llegar a atraer, sobre todo por su buen acabado visual, el desastroso sistema de control lo hecha todo a perder pronto. Además, su duración general no es especialmente larga, y lo mal llevada que está la historia provoca el desconcierto en todo aquel que no haya visto las películas.

A la hora de llegar a un interior se nota una importante pérdida de calidad gráfica. El framerate de la versión de Xbox 360 es suave y fluído, mientras que en PlayStation 3 se observan más jaggies que emborronan el resultado final. El apartado sonoro cuenta con una banda sonora sólida y muy apropiada para la acción cinematográfica del juego.

Su gran defecto es la jugabilidad, que ofrece un nivel mediocre que no consigue destacar en ningún momento ni resulta atractivo. Los duelos con los enemigos finales son aburridos, la presentación y desarrollo de los niveles resultan repetitivos y la historia evoluciona de forma confusa. En general, no se puede decir que sea un juego especialmente divertido.

En PlayStation 3 se ofrecen cortos y contados momentos de control con el mando Sixaxis, como mover el mando para mantener el equilibrio, que resultan hasta cierto punto innecesarios, puesto que en 360 se ofrecen de forma más sencilla y directa con el analógico izquierdo. La propuesta es curiosa pero, una vez más, acaba siendo un intento fallido.

Ante las siete horas de duración aproximada del juego principal, no podía faltar un pequeño guiño multijugador en el título que le ofreciese una mayor longevidad. Se trata de un modo offline que permite desbloquear distintos elementos y que ofrece dos modalidades: duelo y juego cooperativo o competitivo. Desgraciadamente, este último sólo dura seis niveles y a pantalla partida, la cual entorpece bastante el desarrollo de la acción.

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