Calling All Cars!, Impresiones

Después de su epopeya con God of War, David Jaffe y parte de su equipo decidieron ir de un extremo a otro, abandonar la épica y los grandes valores de producción para dedicarse a algo simple e inmediatamente divertido.

Diversión pura y dura, jugar con los amigos, insultarles mientras te hacen una jugarreta… esa es la clase de sensaciones que David Jaffe evocaba a la hora de hablar con nosotros em Londres sobre lo que le gustaría que Calling All Cars generara entre sus jugadores. Toda una estrella en ascenso dentro de la industria del videojuego, Jaffe es el gran responsable de la existencia de God of War, un título en el que puso el corazón, el alma y hasta casi la salud para poder completarlo. La experiencia fue lo suficientemente agotadora para que el joven diseñador se replanteara sus prioridades en cuanto al desarrollo de videojuegos.

Con el crédito bien ganado por haber sido director de la saga Twisted Metal en PSOne y PS2, además del impresionante God of War, Jaffe decidió que su próximo proyecto no sería otro título similar, sino que buscaría explorar otros campos en entornos menos exigentes técnicamente. De este periodo queda un proyecto en el limbo para PSP -una historia muy emocional sobre una hipotética invasión China a Estados Unidos- y Calling All Cars!, un pequeño título destinado a la Playstation Store que centra toda su fuerza en una dinámica de partida muy rápida y fluida, en continuo movimiento y constante cambio, lo que lo hace muy adecuado para ser disfrutado en multijugador.

La idea general es sencilla: cada jugador controla un vehículo policial a través de un mapa bastante limitado en tamaño. En el mapa anda suelto un criminal y el objetivo de cada jugador es atrapar a dicho delincuente y meterlo en la cárcel, momento en el que aparecerá otro caco y se repetirá el proceso.

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Claro que no queda ahí la cosa, mientras llevas a tu pasajero, cualquiera de los demás competidores en pantalla puede embestirte, lo que hará que vuele por los aires y pueda ser recogido por el que sea más preciso en calcular el lugar exacto. Quien haya visto alguna vez un partido de Fútbol Americano o Rugby, reconocerá cierta similitud con la mecánica general que Jaffe y los suyos nos proponen. Otro paralelismo adecuado se podría dibujar

La acción es muy rápida y los vehículos resultan una auténtica delicia en lo que a control se refiere ya que pueden tomar cualquier dirección y responden muy bien a los bruscos cambios de dirección que hay que tomar. La cámara se mantienen en todo momento en una posición aérea, por lo que siempre es fácil ver tus alrededores y las posiciones relativas de tus oponentes. Además, casi todas las estructuras de los mapas como casas, árboles… pueden ser destruidas, de modo que si quieres atajar atravesando una casa para cortar el paso al portador del criminal, puedes hacerlo.

Una simple embestida basta para que el portador suelte a su presa, un momento de gran emoción en el que los cuatro vehículos luchan entre sí por ver quién lo recoge. De hecho, en las partidas en las que pudimos presentar en el evento celebrado por Sony en Londres, no era raro ver choques permanentes entre jugadores que se producían casi constantemente. Pese a la simpleza del diseño, la suavidad y fluidez de Calling All Cars! creaba una dinámica de juego que da para bastante más de lo que aparenta sobre el papel y que exige tanto habilidad como reflejos por parte del jugador.

Pero hay más elementos que aderezan esta fórmula de juego tan pura. Además de las embestidas, hay tres objetos repartidos por todo el mapa que pueden servir para ayudar a los cazadores a parar al portador: un martillo extensible para golpear un área entera, un imán gigante con el que puedes 'robar' al caco si estás lo suficientemente cerca y unos misiles. Así mismo, hay diferentes vehículos que puedes utilizar, con algunas diferencias en cuanto a velocidad, manejabilidad y resistencia. Las partidas se ganan en función de quién haya acumulado más puntos a lo largo de la duración de la partida.

Los gráficos, pese a que se trata de un juego bastante modesto, son brillantes en su propio estilo y poseen una gran personalidad. El Cel-Shaded ha quedado muy logrado técnicamente y los entornos pueden ser destruidos casi en su totalidad, por lo que se añade un componente adicional de caos que contribuye al propio ambiente y propósito del juego. La pantalla puede ser partida para multijugador local, aunque por lo que hemos podido comprobar, resulta demasiado complicado seguir a los vehículos en pantallas reducidas, es más recomendable jugar con amigos online o contra la IA, que es muy capaz de poner al jugador en verdaderos aprietos, especialmente en los modos de dificultad avanzados.

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Jaffe, a través de videoconferencia, aseguró estar encantado con la experiencia de haber trabajado en este título, ya que ha podido concentrarse en tomar una idea simple y refinarla lo máximo posible para que sea algo en lo que se pueda entrar en cualquier momento, disfrutarlo por unos minutos y dejarlo para ocuparte de otras cosas. Ese refinamiento ha llevado al estudio a trabajar en un número muy limitado de mapas: cuatro, cada uno ofreciendo una gran variedad de retos y elementos propios que usar en tu favor o que el rival puede usar en contra. El director argumenta que se hizo así porque lo que deseaba no era crear una gran cantidad de contenido, sino asegurarse de que el contenido que ofrecía era de la máxima calidad y no aburrir al jugador con diseños derivativos.

Después del excelente Flow, el brillante Lemmings y el flojo Super Dub'a Rub, entre otros, Calling All Cars! es la continuación de una oferta que está demostrando ser muy rica y heterogénea. Posiblemente, el título de Jaffe sea el más arcade y desenfadado de todos los títulos de la Playstation Store, lo que combinado a su calidad y mimo por el detalle, lo colocan como uno de los juegos a seguir cuando finalmente aparezca en la Store europea.

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