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Tony Hawk's: Downhill Jam

Tony Hawk's: Downhill Jam

Colina abajo y sin frenos

Su descenso por Wii fue una de las primeras sorpresas de la consola de Nintendo, aunque su apartado gráfico no era lo que se esperaba de un juego de nueva generación. Downhill Jam tiene la oportunidad, ahora en PS2, de redimirse y demostrar que sus defectos sólo fueron producto de una mala conversión.

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La exclusividad a veces cuesta cara. La última aventura de Tony Hawk para PS2 arrastra un complejo algo extraño; por motivos puramente comerciales, su salida se retrasó para dar prioridad a la de la Wii, una versión adaptada en específico para el control de la consola aunque gráficamente algo simple. Podéis leer aquí el análisis que realizamos en su momento.

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Ahora, algunos meses más tarde de la salida en Europa de Downhill Jam para la consola de Nintendo, llega la versión que en su día debió acompañar el lanzamiento oficial del título. No en vano, el juego fue diseñado en un principio como un spin-off de la serie Tony Hawk en el que primase la velocidad en vez de realizar numerosas pruebas para conseguir diferentes objetos.

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Por esta razón, el juego que analizamos es una versión prácticamente idéntica a la que apareció al mercado en navidades, cambiando obviamente por completo el control y disminuyendo también la calidad gráfica general. El resto de opciones y posibilidades de cara a las carreras se mantienen inalterables, por lo que el juego en esencia no ha cambiado en absoluto.

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En cualquier caso, Tony Hawk's: Downhill Jam es un juego puramente de carreras en las que, siempre en un descenso, tendremos que intentar alcanzar la meta los primeros obteniendo de paso la mayor cantidad de puntos posibles de cara a obtener nuevos records en el circuito. Cada vez que consigamos superar algunas carreras dentro de un destino, viajaremos automáticamente a otro. Como suele suceder en estos casos, el modo multijugador cobra una importancia crucial de cara a alargar la vida del juego.

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Mucha velocidad, poca calidad.

El motor gráfico del juego es una versión 'light' del que en su día vimos en Wii. Desde el mismo vídeo de introducción podemos percibir una calidad en los vídeos mostrados algo más baja de lo normal. A medida que se van descubriendo los personajes que podremos elegir en las carreras afirmamos esa idea; los deportistas no gozan de un diseño muy favorecido, en el que sólo podemos destacar la labor realizada con Tony  Hawk.

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Aunque esto no deja de ser un detalle gráfico de menor importancia, es un buen ejemplo para entender qué es lo que veremos dentro de los circuitos. Estos cuentan con un grado de detalles interesantes, cada pista cuenta con un buen número de rampas y zonas para grindar, así como desniveles y curvas imposibles que no sólo hacen más divertido el descenso, sino que también son de agradecer para dar más variedad a los frenéticos recorridos.

En la otra cara de la moneda encontramos la calidad de las texturas, poco nítidas y bastante repetitivas. Los circuitos, al igual que el resto del juego, parecen estar cubiertos por una extraña capa de blur que hace más realista la velocidad, pese a que cuando nos detenemos distorsiona los objetos. Este es otro detalle que también podemos apreciar en los numerosos videoclips que el juego nos ofrece después de seleccionar una carrera, pues su calidad dista años luz de la de un DVD corriente.

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Como ya comentábamos con anterioridad, los personajes son quizás uno de los elementos más destacables negativamente dentro de este aspecto. En contraposición al gran número de movimientos de los que pueden presumir los skaters, los personajes secundarios parecen salidos de la primera ornada de juegos de PS2. Tanto a nivel de diseño como gráfico en general, parecen espantapájaros antes que peatones o simples curiosos.  

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El sonido, un punto a favor

Música cañera fiel al estilo de la saga que recoge grupos tan conocidos como Iron Maiden o Public Enemy, en la que el género reinante es el rock duro. Una gran variedad de canciones y la posibilidad de reproducirlas a nuestro antojo son algunas de las virtudes de un buen apartado en lo que a la parte musical respecta. Los sonidos de los patinadores son bastante discretos, el sonido del patín al realizar los movimientos y los típicos gruñidos al caer al suelo son los que más escucharemos.

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Como detalle, destacar la inclusión de un diálogo en cada descenso en el que un personaje nos comenta lo que pensaba de Tony Hawk y los motivos por los cuales los retó a una carrera. Según los comentarios del personaje se nos otorgarán algunos objetivos, aunque su función es más bien cómica. El sonido general es nítido, por lo que cumple su función de forma notable.

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Comienza el descenso

Comenzaremos directamente en el modo arcade, el principal del juego y que además nos sirve para desbloquear nuevos modos para multijugador. En él podremos elegir un personaje estándar, con sus atributos correspondientes. Fuerza al golpear, velocidad, giro etcétera son algunos de los atributos a tener en cuenta de cara a elegir el mejor personaje. Nueve serán los primeros para escoger, aunque su número se podrá ampliar, del mismo modo que los atributos de cada personaje.

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Un práctico tutorial nos resuelve las dudas con respecto a cómo controlar el Dual Shock. A diferencia del Wii mando, los movimientos son muy simples de realizar, y se corresponden a los habituales de la saga. Con el triángulo podremos grindar, con el círculo y el cuadrado realizar acrobacias, con la equis agacharnos y así impulsarnos con mayor fuerza para conseguir un ollie..., es en resumidas cuentas, el sistema común y simple de siempre.

Las carreras en sí ofrecen distintas modalidades de un mismo deporte; el descenso en monopatín o skate, según como guste. Cada carrera no supera los dos minutos de duración, algunas llegando a durar poco menos de un minuto en terminarse. Cada tramo en es un mundo, y como ya explicamos anteriormente cuenta con un gran número de cambios de rasante y desniveles en el pavimento que hacen la velocidad algo muy peligroso a la hora de procurar no caernos. Además podremos golpear a los demás participantes para derribarlos y conseguir puntos extras.

Dada la corta duración de cada circuito, hacernos con el oro en cada fase es una cuestión más de insistencia que de tener suerte o de realizar un gran esfuerzo. Los trucos que realizan los personajes con el skate también son los de costumbre, aunque su número se ha visto algo reducido con respecto a anteriores versiones. Su faceta arcade es definitoria si queremos comprender el espíritu de Downhill Jam.

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Un arcade en toda regla

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Quizás por esta razón el multijugador es un apartado tan importante para conseguir una diversión aún mayor. En él podremos disfrutar de todas las modalidades de juego según las desbloqueemos en el modo principal. Algunos ofrecen un mayor número de participantes, mientras que otras nos lo limitan. En cualquier caso, es uno de los modos más divertidos que recordamos en un arcade. El bajón gráfico es de nuevo muy apreciable, así que es recomendable jugar en una pantalla grande si queremos ver las curvas a tiempo.

El resto de opciones del juego se limitan a ofrecernos variar el volumen de la música o de los efectos sonoros, nada de personalizar a los personajes o de crearnos uno propio. No nos explicamos por qué se ha omitido una opción a la que ya todos los juegos de este género nos tienen acostumbrados. La dificultad del título no es muy elevada, y está pensada para jugar algunas carreras y no desquiciarnos para ganarlas. Es una cuestión de azar.

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6.5

Correcto

No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.