Mamporros con sabor a clásico

Las películas, cómics, mangas o animes son una fuente constante a la hora de realizar videojuegos, hecho que ha generado que en el 90% de los casos, más por explotación de licencias -las adaptaciones de obras cinematográficas son el mejor ejemplo-, los juegos acaben siendo completamente fallidos. Por suerte de vez en cuando alguno sobresale de entre este "subgénero", como el título que hoy nos ocupa.

The Red Star es la adaptación a nuestro mercado de un cómic americano escrito por Christian Gosset, primero del autor, publicado en EEUU en el año 2000 por la editora Image. El cómic nos llevaba a un futuro alternativo de la Rusia actual, donde el imperio de la estrella roja se ve sometido a la tecnología y el uso de avances como naves para desplazarse o armamento moderno y letal. Tras el éxito del mismo, Gosset fundó el sello Archangel Studios, donde continuó con la serie.

El título de XS Games comprime todo el argumento de la franquicia en un único juego, planteando algunas situaciones nuevas, si bien es cierto que a lo largo del mismo encontramos poquísimos cuadros de texto o elementos que ayuden a forjar una trama sólida. Pese a todo tenemos un punto de partida: La hechicera Maya Antares y su guardián, experto en combate y armas Kyuzo, han dedicado sus vidas a la defensa de la Unión de Repúblicas de la Estrella Roja (U.R.R.S). A las órdenes del mariscal del aire Urik Antares, Maya y Kyuzo han conducido a la tripulación del quemador Konstantinov a innumerables batallas.

Pero ahora, cuando se encuentran atrincherados en la guerra para controlar la República rebelde de Nokgorka, Maya y Kyuzo conocen a una luchadora de la resistencia llamada Makita. Esta joven y feroz guerrera tiene la clave de una oscura conspiración que desvela que toda la U.R.R.S. está dominada por el Señor Oscuro Imbohl y su asesino jefe, Troika, el Recolector de Almas. Makita, Kyuzo y Maya se unen para acabar con la tiranía de Troika cuando el Konstantinov y su tripulación se amotinan y rebelan contra la Flota Roja.

Troika, al mando del Taktarov, navío insignia de la flota, lanza un letal asalto para doblegar a los rebeldes. Bajo el atento mando de Urik y Maya, Kyuzo y Makita emprenden una batalla final para unir a las dispersas Repúblicas de la Estrella Roja y liberarlas del dominio de Troika.

Jugabilidad pura y directa, completamente old-school
Lo que diferencia a The Red Star del 90% de representantes del género en PlayStation 2 es su simple ambición: Mientras que otros intentan reinventar el género con ideas extrañas que pocas veces resultan, TRS va directa al grano, a explotar los cimientos del género sin la necesidad de incorporar nada. The Red Star es un Final Fight en tres dimensiones, que aún con ligerísimos añadidos, emana solidez y sabor a clásico por todos los poros.

Controlaremos a tres personajes -de los cuales sólo dos están desbloqueados de inicio-, cada uno con sus propios atributos. Tenemos al clásico guerrero fuerte pero lento, el ágil y capaz de encadenar muchos golpes no demasiado poderosos, etcétera. El control sobre los mismos es exactamente igual: botón de ataque simple (cuadrado), disparos con arma (círculo), apuntado automático (gatillos L/R) y realmente poco más.

Estos serían los únicos controles simples de ataque, si bien como viene siendo costumbre desde los tiempos de Final Fight o Streets of Rage, presionando insistentemente cuadrado realizaremos pequeños combos, que podremos enlazar con disparos, saltos, piruetas y demás. Lo cierto es que el sistema de combate es bastante completo, si bien apela al más directo machaca-botones, al menos ofrece posibilidades más allá de avanzar arriesgándonos a perder la sensibilidad del pulgar.

El desarrollo por las fases es también un puro homenaje a los clásicos de siempre, moviéndonos en un scroll lateral mientras vamos a acabando con los enemigos que nos salen al paso, y que van desde robots hasta cybors de distintos tamaños y características. Algunos con escudos, otros con armas arrojadizas... cada uno tendrá una debilidad y no todo será tan fácil como avanzar y matar.

Caso aparte son los jefes de final de nivel, impresionantes, con unos patrones de ataque definidos completamente, de un tamaño más que respetable y bastante difíciles hasta que les cogemos el truco. De hecho, donde más se nota el aire "old-school" es en la dificultad del juego. No estamos ante un juego fácil ni mucho menos, sino bastante por encima de la media, al nivel de clásicos como Ninja Gaiden o Shinobi para NES. Si perdemos toda la barra de vida, habrá que comenzar el nivel de nuevo. Habrá que estar constamente pendientes de ésto y de recoger todos los power ups que iremos encontrando.

Pese a que nos moveremos generalmente en scroll lateral, algunas fases tendrán una vista aérea/cenital que evidentemente también tendrán su consecuente cambio de desarrollo. De ir hacia los lados pasaremos a subir para arriba, para acabar con enemigos con una cámara similar a la de Ikaruga o cualquier shoot'em up clásico. Estas fases serán mucho más frenéticas, con más enemigos y bolas de energía a esquivar.

En general sorprende la solidez del apartado jugable de The Red Star. Sus años de desarrollo se hacen patentes desde la primera partida, desde que descubrimos el fiable control sobre los personajes, sus posibilidades y respiramos ese aire "clásico" que emana el juego. Aunque no sea un elemento decisivo en este tipo de juegos, podemos confirmar que The Red Star cuenta con una competente traducción al castellano, lo cual -de nuevo- sorprende, dado que ha salido a un precio extremadamente reducido -19.95€-.

Apartados técnicos
Gráficamente podremos hablar de The Red Star como un título ciertamente competente siempre desde las limitaciones que implica el propio género. God Hand -como ejemplo más reciente de Beat'Em Up- ofrecía unos modelados bastante simples, una cámara en tercera persona y unos efectos aceptables. Fruto de Clover Studio, compañía que a nivel técnico siempre había despuntado, era lo mínimo a esperar. Red Star sin embargo prefiere no ofrecer virguerías gráficas y nos propone modelados simples pero sólidos, con la cámara lo suficientemetne cerca de ellos como para que podamos observar sus detalles, sus fluidísimas animaciones y los movimientos, perfectamente representados.

Los escenarios son algo sosos, sí, pero a cambio ganamos una ambientación sublime y un nivel para los efectos técnicos bastante notable. Ciertamente, a nivel gráfico podemos reprocharle poco teniendo siempre en cuenta que se espera de él un Beat'Em Up actualizado para los tiempos que corren y nunca un God of War o un Shadow of the Colossus. La música está igualmente bien, así como los efectos sonoros.