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Lost in Blue 2

Lost in Blue 2

  • PlataformaDS5
  • GéneroAventura, Acción
  • DesarrolladorKonami
  • Lanzamiento18/04/2007
  • TextoEspañol
  • EditorKonami

Dejà vu

Casi año y medio después, dos nuevos jóvenes se ven luchando por la supervivencia en una nueva isla. Sin embargo, la sensación de repetición con respecto al primer Lost in Blue se hace muy patente en todo momento.

Casi año y medio después de la aparición de Lost in Blue en Nintendo DS, Konami nos acerca su segunda entrega. No obstante, a pesar de contar con el número 2 en su título, no se puede llegar a considerar una secuela en condiciones. Más bien se antoja como una revisión del primero pero con un par de pequeños cambios y mejoras que, a fin de cuentas, no ofrecen nada nuevo.

La idea del juego sigue siendo la misma, sencilla y directamente la lucha por la supervivencia en una isla despoblada pero bastante bien surtida de elementos naturales para manipular a nuestro antojo. Desgraciadamente el principal defecto de Lost in Blue se repite e incluso se ve potenciado por culpa de una fuerte y constante sensación de repetición.

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Nuevas víctimas
El arco argumental nos pone al frente de dos nuevos personajes, una vez más chico y chica, que responden al nombre de Jack y Amy, sustituyendo a Skye y Keith de la primera entrega. Ambos viajaban en el barco con su clase, en sendos viajes escolares, cuando este naufragó. Se encuentran en una isla que parece estar desierta, sin noticias de posibles supervivientes aparte de ellos dos.

Su misión principal será sobrevivir, mantenerse con vida a la par que buscan el modo de salir de la isla y poder regresar a la civilización. Para tal fin, se siguen manteniendo las tres constantes vitales principales de la primera entrega, es decir, resistencia física, hambre y sed. En esta ocasión se permite elegir al principio del juego cuál de los dos personajes se quiere controlar, pero a la hora de la verdad se debe velar por la vida de ambos.

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Este elemento de las barras de resistencia, en el cual radica en gran medida la gracia del título, es justamente su principal defecto, sobre todo por culpa de la comida. Ambos personajes son auténticos tragones que, ni tan siquiera en una situación límite como en la que se encuentran, son capaces de estar más de un rato sin comer, y la cantidad de alimento necesaria para que estén saciados es importante.

Recuperar el cansancio al dormir supone una drástica bajada del medidor de hambre, y recorrer la isla o cazar para conseguir más alimento supone una bajada proporcionalmente muy superior a la de la recuperación que se obtiene. Aunque cierto es que, para eso, se ha incluido la posibilidad de cocinar desde el principio, una de las grandes novedades de esta entrega.

Según cómo cocinemos y lo bien que lo hagamos en el minijuego de rigor, mayor o menor será el aumento en la barra de hambre, aunque tampoco llegarán nunca a satisfacer los resultados, de modo que lo único que parece que hagamos sea caminar lenta e inexorablemente hacia la muerte. Esa lucha perdida contra el hambre no hará sino entorpecer la capacidad de diversión del juego.

Todo lo que se puede hacer en la isla es idéntico a la primera entrega, tanto buscando comida en la tierra como cazando animales salvajes, con puntuales minijuegos que hacen uso de la pantalla táctil. Pero para esta segunda parte se han pulido, como en el caso del de pescar, que ahora resulta más sencillo, aparte de añadirse algunos (pocos) adicionales.

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Los animales salvajes nos pueden atacar, y las opciones pueden ser o bien matarlos (con lo que habrá que estudiar si nos compensa el gasto de barra de hambre que nos puede costar) o ignorarlos y evitarlos, eludiendo el enfrentamiento. Si bien la otra gran innovación de este juego era el aumento de los encuentros con animales en primera persona, la propia obligación de cuidarnos la hace caer fácilmente en el olvido.

A pesar de que controlaremos sólo a uno de los dos personajes, la supervivencia es conjunta, y por eso se le puede mandar a la pareja hacer cosas, que no se limitan sólo a preparar cestas y cuerdas como en el primero, sino que también pueden recoger comida, leña y agua (siempre y cuando se le proporcionen las botellas necesarias para ello).

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Ampliando la experiencia de juego, se ha incluido un atractivo modo multijugador en el cual podremos enfrentarnos a otros tres usuarios en diversos minijuegos de la isla, sin duda lo más divertido del juego. También se podrá volver a disfrutar de la aventura en un modo de dificultad superior, al no contar con un compañero, aunque depende de las ganas de volver a sobrevivir que tengamos.

Apartado técnico
Poco podemos destacar técnicamente de un juego que, en prácticamente todos sus aspectos, recuerda a su primera entrega. Los personajes no son los mismos, pero lo parecen. La isla también cambia y se nota en su disposición, pero los elementos son idénticos y a simple vista puede parecer la misma. La única diferencia realmente visible es que en la pantalla superior de estados los personajes no son siluetas, sino ilustraciones en las que se puede observar su aspecto.

En el apartado sonoro nos encontramos con las mismas melodías suaves y tranquilas, acordes con la idea de isla perdida en el océano, aunque no concuerdan ni quedan del todo bien con la situación límite que se está viviendo. Resulta desconcertante que el personaje se esté literalmente muriendo de hambre mientras suena una relajada música ambiental.

Los controles del juego responden bien, pero no termina de convencer el hecho de que a grandes rasgos nos encontremos exactamente con el mismo título de 2005. La evolución ha sido nula, y salvo las pocas mejoras comentadas, básicamente se trata de la misma situación de luchar por la supervivencia, que si ya llegó a cansar en el primer juego, en este segundo puede llegar a desesperar.

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5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.