Los simios vuelven a la carga

Diddy Kong Racing, el mítico juego de Nintendo 64 que fue capaz de competir en la época con el mismísimo Mario Kart, retorna para repetir el duelo en DS. Rare se ha encargado de darle un lavado de cara para adaptarlo a los nuevos tiempos, añadiéndole nuevas funciones, circuitos y personajes, pero manteniendo la misma jugabilidad de siempre.

Pese a pertenecer a Microsoft desde hace algunos años sacando juegos en Xbox y Xbox 360, el gigante norteamericano le ha permitido a Rare ya en varias ocasiones trabajar para las portátiles de Nintendo, dado que no compite en este mercado. Esto ha permitido que Diddy Kong Racing pueda retornar, aunque algunos de los personajes de la compañía de Twicross han tenido que ser cambiados por otros amigos de Diddy Kong, seguramente por una cuestión de derechos.   

Apartado técnico

Diddy Kong Racing DS es bastante similar al original en cuanto a gráficos, al igual que ocurrió en su momento con la salida de Rayman DS, frente a Mario 64 que sí había sido puesto a punto a fondo. Se han mejorado texturas, algunos efectos y algunos modelados, pero pequeños retoques y nada a gran escala.

Resulta demasiado escasa la actualización que se ha hecho, comparamos Mario Kart DS con su antecesor en Nintendo 64 y encontramos grandes diferencias pese a la similar potencia de ambas máquinas y, por tanto, consideramos que este juego tenía oportunidad de haber salido mucho mejor parado. Tiene un aire demasiado anticuado.

En cuanto a la banda sonora, como es obvio, repiten los mismos temas que la hicieron grande en su momento, de un estilo típico al que también suelen acompañar a los Mario Kart. También son idénticos los efectos sonoros, con choques, disparos, derrapes, aceleraciones, etc. Además, se han añadido en la esquina inferior derecha algunas animaciones que se activan cuando golpeamos o somos golpeados de los personajes de modo que se represente su regocijo o la rabia al perder tiempo debido a un ataque nuestro. 

Jugabilidad

Estamos claramente ante una reedición del juego, probablemente tal y como a Rare le hubiera gustado dejarlo finalmente en su momento. A pesar de que los modos de juego y circuitos del original se han reciclado, nuevos escenarios, modos de juego y desafíos, destacables novedades jugables y más opciones multijugador. 

Si hubo algún elemento que confirió popularidad a Diddy Kong Racing, éste fue su original y particular modo Aventura, inédito en un título del género hasta la fecha. Es decir, no se trataba de una sucesión de circuitos y copas como en Mario Kart, sino que las distintas carreras iban enlazadas mediante un argumento, no muy elaborado pero existente, añadiendo desafíos diferentes como recolecciones de objetos u otros tipos de competiciones entre medias de carreras normales.   

Como hace una década, Diddy recibe una carta de auxilio de Timber. Al parecer, la isla del ahora atemorizado tigre ha sido tomada por el infame Wizpig, un cerdo imperialista. Diddy acude a la llamada de auxilio de su compañero junto a varios personajes más para unirse al grupo de resistencia de la isla, formado por cuatro corredores. Una vez allí contaremos con la ayuda (casi anecdótica) de Taj, un enorme elefante paquidermo de color azul que nos dará consejos, inhabilitará los hechizos mágicos del citado villano y nos permitirá pasar a la pantalla de selección de personaje instantáneamente en cualquier momento del juego.

El modo aventura tendrá lugar en Timber Island, donde además de poder practicar nuestro pilotaje y mejorar nuestros vehículos, habrá hasta cinco mundos (todos ellos custodiados tras una enorme puerta, a excepción del primero, el prehistórico Dino Domain), formados por cuatro circuitos y un Jefe Final. Para acceder a los diferentes circuitos y siguientes mundos tenemos que ganar globos dorados, que conseguimos superando los desafíos que ya estén desbloqueados en todos los mundos.

En Nintendo DS el desarrollo es prácticamente el mismo, pero varía ligeramente el orden y se añaden nuevas pruebas que aprovechan la pantalla táctil. Así, por ejemplo, tendremos que enfrentarnos a un jefe final conduciendo pintando nuestro trayecto mediante el puntero o conseguir explotar tocándolos un número determinado de globos explotados en un circuito normal en el que nos moveremos de forma automática subidos en la alfombra voladora de Taj.

Este uso de la pantalla táctil parece introducido con calzador en algunos casos, se ha querido hacer que el juego tuviera opciones especiales aprovechando la consola pero no se ha sabido introducirlos de forma adecuada. Si bien algunos minijuegos están correctamente implementados, otros resultan excesivamente complejos de manejar. Lo mismo sucede en el momento de arrancar al comenzar una carrera, dado que se pasa a aprovechar la pantalla táctil y el micrófono.

Para salir disparados en un kart tenemos que darle vueltas rápidamente a una rueda en la pantalla inferior, y de un modo similar, girando una hélice, también conseguimos un impulso adicional al partir con un avión. Por otro lado, la mayor velocidad de salida con el hovercraft se logra soplando antes de empezar. Pero esto únicamente dificulta el empiece, pues resulta imposible manejar correctamente estas funciones táctiles para, inmediatamente, retomar el control de los botones y la cruceta para conducir.

En cambio, sí hay curiosidades interesantes que se han introducido de manera adecuada. Por ejemplo, al igual que ocurría en Mario Kart DS, podremos crearnos nuestros propios logos dibujándolos mediante el puntero para así decorar nuestro garaje. Y otra de las características es el uso del Rumble Pack, el cual llegó finalmente a nuestro país hace algunas semanas junto a Actionloop y retornará en junio con Metroid Prime Pinball.  

Los objetos que podremos utilizar siguen siendo exactamente los mismos, y al igual que ocurría en Nintendo 64, tienen varios niveles diferentes según vayamos acumulando. De nuevo, los globos son los protagonistas, pues los potenciadores se consiguen pasando por los que nos encontremos en los circuitos. Hay varios tipos dependiendo del color del globo: turbos (azules), misiles (rojos), obstáculos (verdes), escudo (amarillos) y magnetismo (arcoiris).

Pasando varias veces (hasta un máximo de tres) por un globo de un mismo color, como acabamos de decir, su poder se aumenta. Por ejemplo, en el caso de los turbos, su duración se incrementa con cada globo cogido. Lo mismo ocurre con los globos amarillos. En el caso de los obstáculos, van variando de una mancha de aceite a una mina hasta una burbuja cuyo choque detiene al rival durante unos cuantos segundos. Los globos rojos han variado su orden, puesto que tras el primero que es un misil normal, viene un grupo de varios misiles y finalmente uno teledirigido, mientras que en la versión original los dos últimos se alternaban. Una cuestión también diferente a tener en cuenta es que ahora al pasar por un globo de distinto color al que ya tenemos en nuestro haber no nos lo cambian, como sí pasaba en Nintendo 64.

Los efectos de las armas también han sido modificados levemente, de manera que la respuesta sea algo mejor a la que ofrecía el título original sobre todo en el lanzamiento de misiles. En los circuitos seguimos encontrando elementos interactivos como turbos o incluso obstáculos como animales, bolas de nieve y muchos más, de manera que las competiciones se hagan más frenéticas si cabe. Además, el número final de circuitos se verá incrementado en cuatro que podremos adquirir de manera independiente tanto para carreras individuales como multijugador.

Los vehículos con los que podremos contar serán de nuevo tres, con sus peculiaridades. Encontramos karts, cuyo manejo será algo distinto al de su título hermano Mario Kart y requerirá acostumbrarse a él. También hallamos avionetas, uno de los mayores atractivos del juego debido a la libertad que ofrecen mejorando así la experiencia con otro tipo de circuitos. Finalmente, a la lista se suman los hovercrafts, perfectos para circuitos acuáticos y nevados en los que tendremos que esforzarnos en predecir sus deslizamientos y controlarlos para no perder demasiado tiempo al tomar las curvas. 

Diddy Kong Racing incluye modo multijugador tanto en red local como a través de Nintendo Wi-Fi Connection. Si queremos jugar con nuestros amigos al lado, hasta un máximo de ocho, existe la posibilidad tanto con una tarjeta como cada uno con su copia del juego y se puede escoger entre cinco opciones de juego diferentes, como son carrera simple, torneo y algunas competiciones más originales que estarán bloqueadas al inicio y que preferimos no desvelar.

Por otra parte, a través de Internet el número máximo de jugadores será de seis, aumentando en dos por tanto lo permitido por Mario Kart DS, pionero del juego online en DS. Las opciones de búsqueda no son muy amplias, podemos elegir el número de competidores y limitarnos a encontrar usuarios a nivel mundial, no pudiendo escoger ninguna otra opción. Aunque, no obstante, también tendremos nuestra propia lista de amigos y podremos encontrarnos con ellos de manera directa. Los modos de juego únicamente son dos, carrera simple y torneo.

Gran parte del contenido del juego estará oculto en un primer momento, como dos modos de juego adicionales a la historia y la carrera simple y las opciones multijugador que ya hemos comentado. Un modo de acceder a ellas es comprándolo mediante las monedas que recolectemos en las carreras que disputemos. De este modo, podemos acceder a mejoras en nuestros vehículos, nuevos circuitos, un pequeño editor del arte en los circuitos, personalización con nuestros propios sonidos y muchos más, de modo que la duración del juego para conseguir todo se extienda notablemente.