Phoenix Wright: Ace Attorney Justice for All
Vuelve el rey de las protestas
No ha tardado en llegar la segunda entrega de los juicios imposibles del abogado Phoenix Wright. Manteniendo las premisas del original y añadiendo algunos elementos novedosos, este regreso está al nivel que se esperaba.
Era de esperar, tras el importante éxito de la primera entrega, que la segunda incursión del carismático Phoenix Wright en los juzgados llegase a nuestro país. Sin duda motivo de satisfacción para los cada vez más numerosos seguidores de un género muy extendido en Japón pero que para nosotros resultaba atípico hasta hace poco tiempo.
La propuesta es, básicamente, más de lo mismo. Phoenix Wright: Justice for All recupera la esencia del original hasta tal extremo que no llega a poder considerarse en ningún momento como una secuela propiamente dicha, sino más bien como una expansión de la primera entrega. De este modo, añadiendo algunas mejoras puntuales, se ofrece el mismo producto pero con una nueva historia.
Esto no tiene por qué ser necesariamente malo, ya que supone volver a disfrutar de un gran juego que dejó a muchos usuarios ansiosos de más casos por resolver. No obstante, también supone incurrir, o incluso potenciar, los errores del original. El resultado no se puede negar, estamos ante un juego de calidad como pocos, pero, ¿hasta qué punto cumple su cometido?
Sin embargo, esto cae rápidamente en el olvido en los demás casos, donde seremos el abogado de siempre, en plena posesión de sus facultades. Los casos y sus resoluciones serán todavía más enrevesadas, y encontrar la solución será bastante más complicado, pero contaremos con la inestimable ayuda de la familia Fey: Maya, nuestra mentora Mia (que vuelve en forma de espíritu) y la joven Pearl.
Es un juego sustancialmente más difícil que el anterior, y mucho más exigente en cuanto a la precisión a la hora de enseñar pruebas en el momento exacto. Los juicios se han reducido de tres días a dos, aunque se ha aumentado la duración de los mismos, así como de las investigaciones, por lo que a fin de cuentas la duración general por capítulo viene a ser la misma.
Hay mucho personaje reciclado, aparte de Phoenix y las chicas Fey, y casi todo el juego estaremos encontrándonos con caras conocidas. De todos modos, también hay nuevas incorporaciones, aparte de las personas que tienen relevancia en los juicios, destacando Franzisca Von Karma, hija del temible fiscal de la primera parte, a la que nos tendremos que enfrentar en los juicios.
La gran incorporación de este juego es la magatama que se nos da al principio del segundo caso. Con ella, podremos ver si una persona nos oculta algo, en forma de cerrojos (hasta cuatro) que deberemos abrir usando pruebas y presionando a los personajes. Su uso se restringe tan sólo a los momentos de investigación, y si queremos llegar a tener toda la información posible relativa al caso tendremos que hacer uso de ella irremediablemente.
Otra novedad es la ausencia de las vidas, substituidas ahora por una sola barra de energía que se irá gastando a medida que cometamos errores. Si se vacía en un juicio, supondrá el fin de la partida y perder el caso; aunque si esto ocurre en los interrogatorios con la magatama, tan sólo se nos obligará a volver a empezarlo sin energía, además de que la barra se recupera al superarlo con éxito.
Se explota al máximo el uso de esta característica, ya que el gasto de la barra no será el mismo, y dependerá mucho del momento y situación. Pequeños errores bajarán una pequeña porción, mientras momentos críticos pueden costarnos la mitad de la barra. En ciertas situaciones que se den en las que debamos jugárnoslo todo a una baza, el error supondría perder directamente toda la energía y el caso.
Sin embargo, deja un pequeño mal sabor de boca el innecesario uso de la misma en los interrogatorios con la magatama, ya que la energía perdida no es realmente importante, y no deja de ser anecdótica. Cierto es que, de no ser así, el juego se hubiese vuelto mucho más complicado, por lo que tal vez esta haya sido una solución acertada, dejando la derrota de Phoenix limitada a su actuación en el juicio.
Todas las acciones del juego se pueden realizar mediante un control tradicional, pero también será posible utilizar la pantalla táctil para acceder a los distintos menús y acciones. Ambos sistemas se realizan de forma totalmente idéntica al primer Phoenix Wright, por lo que los que hayan disfrutado de él podrán continuar la aventura sin problema alguno, al ser básicamente una extensión del mismo.
Phoenix Wright: Justice for All es un juego ante todo muy largo. Pese a ser sólo cuatro casos, sin gozar de ningún caso extra que explote al máximo las características de Nintendo DS, la considerable longitud de los mismos suponen un elevado número de horas de juego, que además puede variar según las complicaciones que tenga cada usuario con los enigmas a resolver.
El principal problema, precisamente por su longitud y por el hecho de ser tan similar al primero, es que puede caer en el aburrimiento con relativa facilidad. Más de lo mismo, pero más largo y con un par de casos no demasiado interesantes. Por suerte, a pesar del pequeño bajón que puede sufrir el juego en momentos puntuales, el último caso, el más largo, es el mejor de las dos entregas, con inesperados giros de los acontecimientos y sorpresas para los usuarios.
El apartado sonoro, pese a ser curioso, ya que se ajusta perfectamente a cada situación y ofrece la tensión y la ambientación ideal, por su limitada variedad puede acabar resultando repetitivo y llegar a cansar. Una vez más, gozamos con las carismáticas voces de los personajes en momentos puntuales de protesta en los juicios.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.