Un mundo sin entrenadores

Pese a llevar en tierras niponas desde el mes de septiembre, Pokémon Perla y Diamante no tiene aún marcada su salida en Europa. Como preludio a estos dos juegos, auténticas continuaciones de los RPGs principales de GameBoy Advance, en este caso siendo el último Esmeralda, se pone a la venta Pokémon Ranger.

Al igual que Mundo Misterioso, se trata de una aventura que toma algunos elementos del universo Pokémon pero que se separa bastante del sistema de juego de los juegos principales de la saga, en este caso aún más que Mundo Misterioso, ya que no se utilizan ataques ni objetos.

Viajando a una nueva región

Como no podía ser de otro modo, la aventura se ambienta en ninguna de las localizaciones anteriormente conocidas como Kanto o Johto, sino que se traslada a un nuevo rincón, mucho más reducido, y que responde al nombre de Fiore.

En este lugar no existen entrenadores Pokémon, sino que nos encontramos ante una gente que respeta mucho a estas criaturas y la naturaleza y conviven de manera armoniosa con el medio natural. Sólo algunos poseen compañeros a modo de mascota, pero nunca capturados mediante Pokéball.

Sin embargo, una región tan pacífica no está exenta de problemas diarios, calmar una pelea entre dos Pokémon, perder alguna de sus mascotas, despertar a un perezoso Snorlax que entorpece el paso, apagar pequeños fuegos o cuestiones similares. Para ayudarlos a todos están los Ranger, un grupo coordinado que se encarga de preservar el equilibrio natural y colaborar para conseguir el bienestar de la gente.

Nosotros tomamos el papel de un joven entusiasta, admirador de los Ranger, que le escribe una carta a uno de los líderes relatándole por qué le gustaría unirse a ellos, mostrando un gran espíritu. Gracias a esto, recibimos la oportunidad de probar nuestra valía y empezamos como novatos con misiones sencillas patrullando.

Para todos estos menesteres, los Ranger se sirven de los Pokémon, pero no los atrapan mediante Pokéball, como ya hemos mencionado, sino que utilizan un dispositivo especial denominado Styler, que a base de dar vueltas alrededor de ellos los captura. Además del modo de hacerse con ellos, la diferencia con el método usado por los entrenadores reside en que esos Pokémon no pasan a pertenecer al Ranger, sino que una vez recibe su ayuda, los libera.

De hecho, nosotros como principiantes, no tenemos la habilidad suficiente para poder llevar fuera de su entorno a los Pokémon capturados, y si salimos fuera de su hábitat tenemos que soltarlos. Más adelante, y con un nivel más alto y por tanto mayor experiencia acumulada, esto ya no es un problema.

De un modo menos literario, el sistema de captura es como hemos indicado, es decir, tenemos que dar vueltas alrededor de los Pokémon hasta que un contador llega a cero. Cuanto más duro es el Pokémon, más giros tenemos que realizar, debiendo hacerlos además de manera continua. Es decir, no vale con dar un par de vueltas, soltar, dar otro par de vueltas, volver a soltar, así hasta completar las necesarias, sino que hay que lograrlo sin levantar el puntero en ningún momento.

La complicación reside en que, obviamente, el Pokémon no se está quieto esperando a ser atrapado, sino que continuamente se está moviendo e incluso puede atacar la línea que estamos realizando, provocando daño en el Styler, el cual puede ser recargado siempre que su vida no haya llegado a cero, pero si esto se produce, llegamos a una fatídica pantalla de Game Over.

Si el objetivo cruza en algún momento la línea que estamos dibujando, ésta se rompe y tenemos que empezar de nuevo. Además, pueden usar sus habilidades para atacar y de ese modo, además de deshacer el trazo que llevábamos, causar daño al Styler.

El único punto de RPG que tiene este título es precisamente referido a este dispositivo, ya que cada vez que capturamos algún Pokémon acumulamos experiencia, subiendo el nivel del Styler y con ello provocando que la longitud de la línea que podemos dibujar aumente a la par que lo hace la barra de vida.

Los Pokémon son nuestros amigos, además de en ocasiones enemigos, y como ya hemos mencionado podemos solicitar su ayuda en ocasiones, aunque con la consecuencia de tener que liberarlos a posteriori. Hay dos modos de recibir un cable por su parte, intentando capturar o realizando alguna acción sobre el escenario.

Empezando por lo último, los Pokémon tienen unas características que se llaman "habilidades de campo", que permiten actuar sobre distintos elementos que vemos en pantalla. Por ejemplo, podemos utilizar un Pokémon de agua para apagar un incendio o uno de planta para lanzar una liana que nos permita cruzar un río.

Dependiendo del nivel que tengan (es decir, del grado de evolución y también su tamaño) tienen un indicador de una, dos o tres casillas respecto a su habilidad, lo que le da más o menos potencia. Es decir, un Pokémon de lucha puede golpear una roca para romperla y así, si nos bloqueaba el paso, poder continuar. Pero si la roca es muy grande, puede requerir que tenga nivel 2 o incluso 3 y por tanto no todos son capaces de destrozar esa piedra.

Un caso especial son los eléctricos, ya que su habilidad consiste en recargarnos la vida del Styler y dependiendo de su nivel nos recuperan más o menos porción de la barra. Pueden ser usados tanto en el escenario como mientras intentamos realizar una captura y generalmente son muy fáciles de capturar.

No todos los Pokémon tienen habilidades de campo, pero todos pueden ayudar a atrapar a otros Pokémon. Dependiendo de su tipo, pueden colaborar de distinto modo. Los psíquicos, por ejemplo, duermen a su contrincante con el rayo correspondiente o los tipo planta o roca trazan gruesas líneas que no pueden ser traspasadas.

Al igual que en Pokémon amarillo, un acompañante eléctrico vendrá con nosotros allá donde vayamos. En esta ocasión no será Pikachu el afortunado, sino que se tratará de de un Minun que, por alguna razón que desconocemos, empieza a seguirnos y termina haciéndose nuestro amigo. Todo Ranger tiene su compañero y nosotros no podemos ser menos.

Precisamente, este colega que acabamos de hacer juega un papel especial dentro del equipo de Pokémon que podamos haber capturado. Pese a ser eléctrico, no nos cura, sino que ataca a otros Pokémon cuando intentamos capturarlos y solicitamos su ayuda, lanzando rayos en varias direcciones que pueden retenerlos durante algunos segundos.

Según vamos superando las misiones y subiendo nuestro rango de Ranger, además de incrementar la cantidad de Pokémon que podemos llevar con nosotros y el número de tipos que podemos manejar, también sube la capacidad de nuestro Minun.

Esto se mide mediante unas barras de energía que, según cómo estén de llenas, lanza más o menos rayos y también determina un poco el tiempo que se mantiene disparándolos. Cada vez que usamos su ayuda, todas las barras se vacían directamente y hemos de volver a cargarlas. Cada vez que damos una vuelta alrededor de un Pokémon tratando de capturarlo, sumamos energía a las barras, pudiendo de este modo volver a usar la ayuda de Minun.

Aspecto técnico

El apartado gráfico no suele ser algo muy a tener en cuenta en los juegos de Pokémon, pero Ranger es la excepción que confirma la regla. Se tratan de las mejores dos dimensiones que han visto la saga, muy por encima de las versiones de GBA o Mundo Misterioso. El grado de detalle es muy alto y también la variedad de la paleta de colores, mostrando unos escenarios vivos y llamativos.

Quizá las animaciones no todo lo variadas que cabría esperar, pero al menos están bien realizadas y es el único punto negro dentro de este apartado. Desde luego, ya podemos adelantar que superará a Perla y Diamante, que aunque son parcialmente en tres dimensiones, se presentan muy similares a sus antecesores.