Los ocho magníficos

Lo que empezó siendo un título alternativo en Tony Hawk Pro Skater se ha convertido en una franquicia de culto con un buen número de seguidores. Después de su más que interesante paseo por casi todas las plataformas, llega a PlayStation 3, varios meses más tarde, la última incursión del maestro del skate. Sin embargo, pese a conservar toda la calidad de las demás versiones, tiene elementos que no terminan de convencer.

Para tal fin, tenemos el denominado modo 'Carrera' del juego, principal valuarte de esta nueva entrega, en el que tendremos que crear nuestro personaje y labrarnos nuestra propia leyenda partiendo de lo más bajo. Se trata de una forma de enfocar el título que resulta verdaderamente atractiva y que, dentro de su relativa sencillez de desarrollo, consigue enganchar al usuario.

La sencillez que nombramos se debe a que, simplemente, nuestra labor consistirá en recorrer diferentes escenarios a bordo de nuestro monopatín cumpliendo las diferentes misiones que se nos proponen en cada uno de ellos. Personajes de lo más dispares necesitarán nuestra ayuda o nos encomendarán objetivos que nosotros deberemos cumplir haciendo gala de nuestras habilidades.

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Por ejemplo, una fotógrafa puede pedirnos que hagamos acrobacias para su publicación, o 'papá' puede pedirnos que le recojamos las pelotas de golf que lanza antes de que se pierdan. Estas meras excusas se traducen en realizar trucos variados, que a veces nos explican y otras veces deberemos descubrir cómo realizarlos. Lejos de convertirse en una rutina, esta mecánica resulta bastante adictiva.

Al ir cumpliendo estos objetivos, subiremos nuestro rango de skater. Esto viene a ser como subir de nivel en un RPG, ya que iremos acumulando puntos de experiencia que luego podremos utilizar para mejorar distintos atributos y características de nuestro personaje. Además, cuanto mayor sea nuestro rango, más cerca estaremos de entrar en el grupo de Tony Hawk.

Aparte, podremos crear nuestros propios personajes en el editor. Este peca, en primera instancia, de no ser tan completo como en anteriores entregas. Seleccionaremos un modelo base de personaje y, a partir de ahí, podremos determinar un considerable número de parámetros, como pueden ser las camisetas, protecciones, tipo de pelo, etc.

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Pese a que el número de combinaciones es bastante elevado, puede resultar bastante sencillo encontrarnos con nuestro hermano gemelo, que puede diferenciarse sólo en la camiseta. Al partir sólo de una limitada base de modelos, las variaciones a realizar no los cambian lo suficiente como para poder diferenciarlos de forma significativa.

Gráficamente el juego luce bastante bien, aunque no es todo lo que esperaríamos de la nueva generación. El trabajo de texturas y las animaciones de los skaters al realizar las distintas técnicas son sublimes, aunque los escenarios fallan un poco en su diseño simplón. Tienen un buen número de detalles, pero les falta ese punto extra que lo distinga como plenamente de nueva generación.

Además, todos los elementos del escenario resultan poco sólidos, por lo que no es extraño ver cómo, al fallar un truco, atravesamos los elementos del escenario que nos encontramos en nuestro camino. A veces también se causan bucles extraños, como que un skater se quede flotando en el aire atascado intentando saltar una valla sin caer ni a un lado ni a otro durante unos segundos. Todo ello aderezado por un framerate bastante inconstante en PlayStation 3 que desmerece el producto final.

Pueden sonar grandes problemas a priori, pero son un poco secundarios, ya que no es algo que se produzca de forma constante. Un buen intento de acercamiento gráfico a la next-gen, aunque todavía le queda camino por andar. La banda sonora es bastante llamativa, y el doblaje (en inglés) es bastante bueno, aunque la ausencia de sonidos ambientales resulta bastante desconcertante por momentos, al parecer que vagamos por parajes muertos.

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