God of War II, Impresiones versión final

Kratos se acerca. Exactamente dentro de un mes el nuevo Dios de la Guerra llegará a Europa. En MeriStation ya hemos probado la versión final española de God of War II y hoy te contamos sus cuatro primeras horas; traiciones, venganza, brutalidad y un destino a cambiar en esta nueva Odisea...

Nota: Este artículo repasa a fondo el inicio del juego y en consecuencia contiene fragmentos de la historia que pueden considerarse spoilers.

God of War II está considerado como el último gran título de PlayStation 2, el que pondrá el broche de oro a uno de los catálogos más prolíficos de una consola dentro de la historia del videojuego. Apenas en un mes las crónicas del general espartano más indómito y despiadado regresarán a la consola de Sony en la que es su segunda epopeya.

Sólo nos separan de ella cuatro semanas, pero a buen seguro a los seguidores del carismático Kratos se les harán eternas, máxime cuando desde hace un par de días el título está disponible en EEUU acompañado de unas inmejorables críticas de la prensa especializada y más de un millón de reservas. Como paliativo, Sony España ha confirmado a esta revista que comenzará a distribuir a partir de finales de marzo la demo que el estudio Santa Mónica preparó a tal efecto.

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God of War retoma la vida de éste justo donde la dejó la primera parte; con el fantasma de Esparta sentado en el trono de Dios de la Guerra como sucesor de Ares tras su caída. A pesar de su divina posición, Kratos no logra encajar en el Olimpo; el resto de dioses le evita, reprueba sus métodos y le considera una afrenta constante a la sagrada tradición.

Igualmente el asesino de Dioses les paga con odio. Odio por no haberle liberado del tormento y las pesadillas provocadas por sus terribles actos como mortal. Kratos encuentra refugio en ejército de Esparta, resarciéndose ayudándoles a arrasar ciudades en su glorioso nombre. Pero en Rodas, la última en caer, Kratos pierde el favor de Atenea, su gran valedora en el pasado, dejándolo indefenso a las iras del resto de Dioses.

Aprovechando la épica batalla contra el Coloso, Zeus embauca a Kratos y le convence para insuflarle todos sus poderes a una legendaria espada, con la que acaba con el gigante. Malherido, exhausto y con su divinidad almacenada en una hoja azul, un vulnerable Kratos es asesinado por Zeus y el ejército espartano, masacrado. Pronto el Hades reclama su alma y en pleno descenso al mundo de los muertos el Dios caído implora una oportunidad para vengarse de la tración del Rey del Olimpo. Su angustiosa llamada es escuchada por la Titán Gaia, que libera su alma. Tras ascender del Hades, Kratos jura volver a recuperar su divinidad.

Siendo de nuevo un simple mortal, el espartano  sólo tiene una forma de devolver el agravio sufrido; viajar hasta la Isla de la Creación y encontrarse con las tres Hermanas del Destino, aquellas que según la mitología griega cuya intervención puede alterar el curso del tiempo, con la esperanza de ganar su favor y devolverle al pasado, al momento mismo de la traición de Zeus. Y si éstas no acceden a sus demandas, tratándose de Kratos, siempre existe una vía alternativa; la fuerza bruta.

Tras abandonar una Rodas con manifiestas influencias de Shadow of the Colossus a lomos de Pegaso, aparece otra de las novedades que la dirección de Corey Balrog ha introducido en God of War; las secciones de vuelo. Montando este mitológico corcel alado, Kratos  se ve envuelto en un nivel muy en la línea de un shoot'em -incluso comparable a Panzer Dragoon Orta-, donde se puede controlar la posición del caballo en la pantalla mientras se eliminan a los hipogrifos y ágilas gigantes enemigas, primero cuerpo a cuerpo mediante dos tipos de golpe de las Hojas de Atenea y el abordaje para amputarles las alas, y después desde la distancia con las flechas mágicas que dispara la Perdición de Tifón.

Si Rodas ya resultaba impresionante desde un punto de vista visual -y también desde el diseño de niveles- las secciones aéreas no lo son menos, con unos cielos cinematográficos que se apoyan en varios efectos gráficos para transmitir una adecuada sensación de surcarlos que resulta natural.

Antes de llegar a la Isla de la Creación, Kratos visita los dominios de Tifón, Titán del viento, que se encuentra recluído en una montaña. En su cima otro Titán, Prometeo cumple la impía y eterna penitencia impuesta por Zeus de ser devorado vivo por la afrenta de robar el fuego divino y compartirlo con los mortales. La primera misión consiste en cumplir la voluntad de Prometeo, que implora a Kratos que le dé muerte y acabe con su tormento sin fin.

En un nivel bastante ligero, sin apenas puzzles y más de plataformas, el objetivo nos lleva a explorar la gruta de Tifón hasta encontrarlo cara a cara, suportar sus vientos huracados y robarle su  reliquia, su Perdición; un arco mágico con el poder elemental del aire. Con sus flechas podremos sumerger a Prometeo en las brasas del fuego eterno que él mismo robó y por el que fue condenado.

En compensación Kratos adquiere una nueva habilidad; la furia de los Titanes. Activándola mediante una pulsación simultánea de los dos analógicos este estado otorga una fuerza extraordinaria en el que los golpes son más poderosos y que se manifiesta por un estado ígneo del personaje: el espartano arde hasta que se desactiva o se agota su poder, que se recarga mediante orbes amarillos -manteniéndose los azules para restablecer la magia, los verdes para la vida, y los rojos para ponteciar las armas al inyectarse en ellas-.

Aproximadamente en la tercera hora de juego, Kratos pisa a la Isla de la Creación, divisando primero el Templo de Lahkesis, una de las tres Hermanas del Destino. Su posición como islote segregado y separado por el mar imposibilita su acceso, una de las muchas barreras que salvaguarda la presencia de las deidades. Para poder poner el pie en el lugar de veneración será necesario azotar a los gigantescos Corceles del Tiempo, unos formidables caballos que conectan mediante cadenas el templo con tierra firme.

A partir de este momento la experiencia de juego abandona el combate sin tregua que acompaña a los primeros niveles de God of War II equilibrándose a favor de la resolución de puzzles. La mayoría responden a mover palancas o poner contrapesos en baldosas que activan mecanismos y aunque son bastante ligeros, su presencia se puede hacer incómoda al tener que adaptarse a ellos tras los niveles previos de combate sin tregua.

Los puzzles adquieren un toque fresco al incorporarse a la acción el Amuleto del Destino, que permite ralentizar el tiempo. Este será vital para poder resolver algunos de los enigmas posteriores, algunos bastante tediosos para los jugadores con menos paciencia. Su influjo, que tiñe la pantalla de verde, sólo se puede activar en presencia de una de las estatuas de las Hermanas. Es una forma de los desarrolladores de limitar su uso a las situaciones prescritas.

Antes de resolver el puzzle final del nivel, que consiste en eliminar los quitamiedos que cegan a los corceles en un corto espacio de tiempo y posteriormente azotarlos a golpe de combo para que acerquen el templo a tierra firme, es necesario eliminar a un enemigo final, su cuidador, Teseo, el héroe griego que derrotó al minotauro. Lo cierto es que God of War II continúa como era de esperar bebiendo de la mitología griega a todos los niveles; utilizando situaciones recogidas en ella de forma literal y adaptando personajes según sus propias convicciones y necesidades como en este caso.

Los avatares de Kratos en esta retribución divina continúan visitando el templo de Euryale, la segunda de las Gorgonas -recordemos que el guerrero espartano decapitó a Medusa en el primer juego- donde se topa con un viejo conocido; el Rey de los Bárbaros, quien tras caer bajo las espadas de Kratos en batalla, fue revivido y permanece como guardián de Euryale. Entra en combate montando un poderoso caballo, al que se debe eliminar para detener sus arremetidas. En ese momento muestra su arma; un gigantesco martillo con el que convoca las almas de sus guerreros caídos.

Tras aplicar una serie de combos y dejarlo aturdido, Kratos empleará su brutalidad en la secuencia final de golpes: arrebatándole el martillo primero, golpeándole después hasta caer al suelo y rematándolo aplastándole la cabeza. El martillo pasará entonces a ser un arma más de nuestro personaje, lenta y poderosa, un buen complemento a las Hojas de Atenea. Más adelante se podrá conseguir una tercera arma de la misma forma, dando muerte a su portador.

El DVD9 en el que viene presentado el juego -aunque la edición de prensa se compone por dos discos de tamaño estándar- da idea del amplio contenido del que Sony Santa Monica ha dotado a esta explosiva secuela que además, viene repleta de extras, modos de juego adicionales, retos y trajes desbloqueables para los que será necesario rejuar la aventura más de una vez.

Como no podía ser de otro modo visto el excelente trato que se le dió a la primera entrega, God of War II aparece en España íntegramente en castellano, doblado por los madrileños de  DL Multimedia, que cuentan con una somera experiencia en el doblaje de videojuegos, con títulos como La Guerra del Anillo, el primer Splinter Cell o Spellforce en su haber.

Comparado con la versión original americana, el doblaje sale perdiendo como es lógico, especialmente en la carga interpretativa y en la idoniedad de la voz del actor que representa a Kratos; en el doblaje español con una voz demasiado joven y muy poco contundente para el sanguinario espartano. La banda sonora, que ambienta perfectamente cada nivel con el ritmo adecuado, ha sido comercializada en EEUU y a de forma electrónica, pudiendo adquirirse en iTunes por apenas diez dólares.

God of War II llegará a España en dos presentaciones, normal y edición especial al mismo precio. Esta última se presenta como digipack de dos discos; el primer DVD conteniendo el juego y el segundo con un DVD de extras que recoge making of del proceso de desarrollo, entrevistas con Corey Balrog y el equipo del estudio Santa Monica, películas de bonus, imágenes exclusivas de los personajes y arte. Además incluye un manual de instrucciones íntegramente a color.  Se trata de una promoción limitada a aquellos usuarios que reserven el juego antes del lanzamiento, sólo disponible en las tiendas GAME y hasta fin de existencias.

Será dentro de un mes cuando todos aquellos que quedaron sorprendidos por la revelación que supuso el trabajo de David Jaffe creando esta franquicia vuelvan a quedar impresionados por el magnífico trabajo de su discípulo Corey Balrog retratando la ira de Kratos como una retribución divina que en nuestro primer contacto con la versión final nos ha parecido igual de fresca, vibrante, brutal, violenta y mitológica que en su debut.