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Apocalipsis

Víctor Sánchez, compañero de Kira Miró en Cuatroesfera, reflexiona sobre lo nimio y carente de trascendentalismo que resulta la profesión de periodista especializado en videojuegos.

Si el día de mañana hubiese una crisis mundial; si un tsunami decidiese que la raza humana merece ser borrada del mapa; si a alguno de esos países sospechosos de tener armas de destrucción masiva le diese por tenerlas de verdad y las usase contra la humanidad; si un meteorito jugase al punto al tanto con la Tierra... Pongamos que sobrevive un pequeño porcentaje de personas. Pongamos que, de un millón de supervivientes, quedan vivos mil carniceros, dos cientos deportistas y 3 redactores de videojuegos. Evidentemente, la prensa especializada estaría condenada a la extinción.

En una semana, nuestras masas de carne caducarían y olerían a cabrales. Habríamos muerto, por inútiles, y por no tener un enchufe para cargar móviles, consolas o lamparillas de noche. Nuestra utilidad, para bien de nuestra especie, está cogida por los pelos. No hacemos ningún favor especial a nadie. Ni proveemos de materia prima, ni la transformamos en alimentos, ropas y demás utensilios de primera necesidad. Simplemente, nos dedicamos a decirle al mundo, o al que nos quiera escuchar, qué videojuegos van a salir, cuál nos ha gustado más y, de vez en cuando, nos entretenemos pensando en los que probamos en el pasado.

No hacemos nada más. Bueno, eso y entrevistar japoneses, americanos y algún product manager patrio, de uno a otro confín. También escribimos artículos hasta altas horas de la mañana. Nos vemos obligados a probar más juegos de los que un ser humano medio puede asimilar. Nuestros pulgares se resienten. A muchos les diagnostican microfacturas en en las articulaciones de los dedos. Tarados de por vida en acto de servicio. Aunque no es cuestión de ponernos a dramatizar. El 90 % no lloramos por las noches por las desgracia que supone probar videojuegos, encadenados por gamepads alámbricos a nuestras videoconsolas.

Pero a lo que íbamos, mientras nuestros cuerpos y cerebros se amorfan por extremo sedentarismo y sobrecargas audiovisuales, hay en el mundo médicos y poceros, que darán a la raza humana una segunda oportunidad después del Apocalipsis. Ellos son los útiles y nosotros los inútiles. Sin embargo, está comprobado que despertamos interés. Nos leen, nos miran, nos devoran. En muchas ocasiones nos critican sin piedad. Y los que lo hacen, dan la impresión de querer parecer mejores que nosotros en nuestra profesión. Y es que todo español lleva dentro un seleccionador nacional de fútbol y un periodista especializado en videojuegos. Claro, que también están los que nos alaban y reconocen nuestro desagradecido trabajo. Con cierto toque de envidia sana, todo hay que decirlo.

Criticar videojuegos es una profesión más. Los hay que critican cine, claro. Pero eso ya no tiene sentido, porque vemos las películas, grabadas en salas chinas y sonorizadas en Alcorcón, antes de que el crítico de cine pueda hacer su labor. Los hay que valoran la calidad de cocinas de restaurantes de uno al otro confín. Pero eso da igual, porque el TelePizza cocina igual en Móstoles que en Jerez. Nosotros sólo probamos videojuegos. Que son los más en estos días. Y somos odiados y envidiados a la sazón.

Y aquí llega el mensaje de todo esto... No somos merecedores de toda esa atención. Somos trabajadores, como cualquier hijo de vecino. No nos merecemos ni la devoción, ni el odio. Porque, realmente, no queréis ser como nosotros. La admiración es para curtidores de piel y arquitectos de chozas. Esas serán las profesiones que os salvarán la vida cuando un gran terremoto parezca partir en dos la Tierra. Para esos entonces, nosotros estaremos quietos en un rincón. Mirando la pared de la cueva que nos refugia. Buscando un maldito enchufe. Hasta que de propia incapacidad digamos al mundo adiós.

Esta columna refleja únicamente la opinión de su autor y no necesariamente representa la de Meristation.

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Sobre el autor
Víctor Sánchez comenzó en el sector en el año 95, en la extinta PC-Player, escribiendo en Game Over y HomePC antes de saltar a PC-Today. En Axel Springer también escribió artículos para Nintendo Acción. Posteriormente se especializó en el mundo audiovisual; fue co-presentador de
Internet@Mano, de Localia, redactor jefe de AV2, de Cuatro y actualmente, realiza las mismas funciones en www.plastico.tv y coordina y presenta junto a Kira Miró y Ernesto Sevilla, la sección de videojuegos de Cuatrosfera.