Meses después de irrumpir en todos los sistemas domésticos, Sam Fisher debuta en Wii con una historia llena de giros argumentales digna de cualquier novela de Tom Clancy: Tras la muerte de su hija y sumido en la desesperación, Fisher decide aceptar una nueva misión de la NSA: infiltrarse en una organización terrorista, el ejército de John Braun. Aquí comienza un apasionante thriller político en el que Sam se mueve entre los dos bandos, y cada acción decidirá los futuros acontecimientos. Cada misión tiene varios objetivos y dependiendo de cuales cumpla estará ayudando a la Agencia o al grupo terrorista.
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Controlando todos los movimientos El juego comienza con una fase en la que nos explican el funcionamiento y las funciones del Nunchuk y del Wiimote. Al principio resulta un poco complicado, pero a medida que vamos avanzando por el tutorial se hace muy dinámico e intuitivo. Lo más destacable es la forma de apuntar, que es como en cualquier shooter en primera persona de la nueva máquina de Nintendo, con el Wiimote apuntas y con el gatillo disparas. El nunchako se usa para movernos con la seta y para saltar si se mueve de abajo a arriba con un rápido movimiento de muñeca. Hay varias armas disponibles y varios modos de visión al igual que en otras entregas de la saga en diferentes plataformas. Aprendes a noquear enemigos dándoles un golpe seco, a esconderte sujeto en alguna tubería y caer sobre ellos como si de Batman se tratase o a hacerles caer por la barandilla. También nos enseñan a inutilizar las cámaras de seguridad para no hacer sonar la alarma y ser descubierto: algo bastante aconsejable a menos que tengas tendencias suicidas, porque un ataque de varios terroristas a la vez suele ser difícil de superar.
Splinter Cell: Double Agent (Nintendo Wii)
Entre rejas Una vez acabada esta fase de aprendizaje empieza lo bueno: la Agencia mete a Fisher en la cárcel para conseguir que se infiltre en el grupo terrorista. Dentro de ella tiene que ayudar a un terrorista preso con su evasión de la cárcel, y con esto se gana su confianza. Una vez que le hemos ayudado a salir, el nos ayudará a entrar en el ejército de John Braun. Confianza, esa es la palabra clave, puesto que hay dos barras de confianza (una para cada bando) las cuales aumentarán o disminuirán en función de los actos del protagonista. Si hace algo sospechoso cuando está dentro del cuartel de los terroristas perderá toda la confianza con ellos, y en este caso os puedo asegurar que donde, al contrario del dicho popular, donde no hay confianza también asco, por lo que nuestra habilidad con la ganzúa la debemos dejar para momentos de intimidad. Si alguna de las dos barras se vacía se acaba la partida, por lo tanto, además de utilizar el sigilo para hacer las cosas sin ser descubierto también debemos pensar que vamos a hacer y que consecuencias puede tener. Matar o dejar vivir a alguien puede ser clave para no acabar con la confianza de ninguno de los dos bandos. Y para cumplir los objetivos la Agencia proporciona una gran cantidad de utensilios para la pistola y el fúsil SC20K y de dispositivos que serían la envidia del mismísimo James Bond: dardos tazer que lanzan una descarga eléctrica al impactar con el objetivo, cámara de seguimiento para realizar operaciones de vigilancia remota y el proyectil no perforador para aturdir a los enemigos sin llegar a matarles. Además la pistola está equipada con MPO (dispositivo que se usa para desactivar aparatos electrónicos durante unos instantes, como cámaras, luces u ordenadores).
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El visor nocturno, el térmico y el de onda forman parte del equipo de los miembros de la Agencia desde que comenzó el programa de Splinter Cell de Third Echelon, y son un elemento indispensable para cualquier operación de infiltración. Con estos medios, Fisher debe hackear dispositivos, abrir cajas fuertes, descifrar correos electrónicos o desactivar bombas.Jugabilidad Al principio cuesta acostumbrarse a la nueva forma de controlar a Sam Fisher y puede llegar a ser un poco desesperante el movimiento de cámara, pero una vez terminada la fase tutorial manejamos todos los movimientos como si hubiésemos estado jugando de esta forma desde el principio de la saga. Este método de control nos mete mucho más en el papel que el conocido con el mando clásico.
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Gran parte de las misiones obligan al jugador a elegir entre respetar las preferencias del EJB o de la NSA. Perder la confianza de uno u otro bando tiene consecuencias en el juego y afecta en el modo en el que reaccionan los otros personajes, así como al equipamiento y de las actualizaciones a las que se pueden acceder. De esta forma, dependiendo de lo que Sam haga la historia varía y se accede a uno de los tres finales disponibles, algo que da la opción de volver a jugar desde el principio el juego sin que este se haga repetitivo. Saltar con el Nunchuk, usar la ganzúa moviendo el Wiimote hasta que coinciden los engranajes de la cerradura...son cosas muy divertidas que complementan a la perfección el sólido argumento del juego. Agarrar a los enemigos y usarlos de escudo humano, interrogarlos o hacer una llave de cuello son muchos de los movimientos que hay disponibles y que ofrecen un amplio abanico de posibilidades a la hora de llevar a cabo una misión. Como complemento Ubisoft ofrece un modo multijugador con la pantalla dividida para poder jugar acompañado.Gráficos y sonido Pese a que gráficamente no llega al nivel de la entrega para Xbox 360, si que estamos ante una conversión realmente cuidada con un apartado gráfico cuidado, lleno de detalles y a un nivel similar o superior al de PlayStation 2; Usando juegos de luces y suaves texturas en los escenarios hacen ver que este apartado ha sido bastante cuidado por los chicos de Ubisoft.
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Unos gráficos menos oscuros de lo que estamos acostumbrados en la saga de Splinter Cell, aunque con muchas sombras que se utilizan como escondite. Los juegos de luces ayudan a tapar los posibles fallos de modelado del escenario, y a medida que movemos la cámara los reflejos varían dependiendo de la posición del sol, algo que se nota sobre todo en las fases con un escenario helado. Una buena banda sonora que acompaña a la historia y ayuda a crear ambiente para entrar en ella de lleno, creando tensión en los momentos claves. Los efectos de sonido son fundamentales para avanzar sigilosamente, y por ello están muy cuidados: se pueden escuchar los pasos de los enemigos, el movimiento de las cámaras de seguridad, los disparos o el sonido de la ganzúa al forzar una cerradura son una buena muestra de la calidad de estos efectos. Y a esto hay que sumarle un gran doblaje de las voces, digno de cualquier producción cinematográfica, y que nos sumerge aún más en la historia.
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