Hoy estrenamos un nuevo tipo de contenido en Meristation. A nivel interno es habitual que varios miembros de nuestra redacción acaben enzarzados en una respetuosa pero acalorada discusión profesional rebatiendo su punto de vista acerca de un tema candente del mundo del ocio electrónico. Visto que la mayoría de las ocasiones esos debates internos son muy interesantes, desde la redacción de la revista hemos decidido darles un enfoque público con esta Mesa de Redacción.
A partir de ahora y semanalmente cinco de nuestros redactores verterán sus opiniones en esta mesa, de una forma sintética pero directa. Opinión pura y dura que reflejará su punto de vista personal. Para el debut no hemos podido resistirnos a rescatar el tema de las microtransacciones; el pago por descarga que se ha instaurado esta generación de consolas. ¿Es un claro avance el poder añadir nuevos contenidos a nuestros juegos favoritos o detrás de ello se esconde una estrategia que busca que pasemos por caja a la mínima de cambio? Nuestros redactores opinan.
Fransciso Alberto Serrano, Redactor Meristation Consolas"Descubriendo un nuevo modelo" Las microtransacciones son, en general, un aspecto positivo en la industria del videojuego. Los gastos en desarrollar un juego de primera línea se han disparado, a lo que se suma prácticas como las ventas de segunda mano y alquileres, que aunque legales, no dejan apenas beneficios a los responsables del juego al no haber ningún acuerdo con las cadenas comerciales (que por cierto, cada vez ganan más dinero ante el cabreo lógico de las compañías). Por tanto, teniendo en cuenta que hay mucha más gente jugando que comprando, las microtransacciones suponen un bienvenido ingreso extra, lo que es siempre bueno para evitar que las grandes compañías se vuelvan cada vez más asustadizas y no arriesguen con títulos innovadores.
Las microtransacciones dejan más dinero a la industria, favorecen la creación de contenido extra para un título y son, a fin de cuentas, opcionales para el usuario. El gran problema es que es una práctica nueva y está claro que todavía no se sabe qué es lo razonable y qué no (como tristemente se puede ver en el caso de Lumines Live, que es un abuso). Pero, como todo, el mercado y la ley de la oferta y la demanda acabará por regular esta práctica.
Ramón Méndez González Coordinador Xbox 360"Un futuro incierto"
Sentarte cómodamente en el sillón de tu casa, seleccionar la descarga que quieres realizar, y relajarte tomando un refresco o echando una partida mientras se baja a tu disco duro. Las microtransacciones están al alcance de cualquiera con una conexión aceptable para acceder a ellas, y desde luego son una opción directa para conseguir los contenidos más exclusivos. No se puede negar la practicidad de entrar en el navegador de Xbox 360 y hacerse con la expansión de Oblivion, Knights of the Nine, sin moverse de casa, cuando otros usuarios pueden recorrerse toda su ciudad buscándola en formato físico para PC sin éxito.
No obstante, todavía existe un cierto recelo y miedo por parte del público a adentrarse en este mundo del comercio electrónico. Es una situación lógica, nos da miedo lo nuevo, y nos asusta que podamos sufrir algún revés durante la compra de contenido. Y las compañías muchas veces no ayudan, aprovechándose del usuario y sacándole más dinero del necesario por un producto a medias que luego exige invertir en otros fragmentos, como ocurre con Lumines Live, que ya de por sí es de los más caros del bazar de Live Arcade.
Las microtransacciones pueden ser el comercio del futuro, y tienen todas las bazas para ir ganando fuerza a medida que pasen los años. Pero para ello, las compañías tienen que meditar bien lo que ofrecen al mercado, y no forzar al consumidor a pagar precios abusivos por actualizaciones obligatorias por encima del precio del producto original. Esa no es la idea, sino ayudar al usuario y facilitarle la llegada de sus creaciones, ya que las malas políticas pueden estropear el, de por sí, brillante futuro que tiene este estupendo y cómodo sistema.
Juan Porteiro Rives "Juantxi" Redactor Meristation Consolas"Son el futuro, pero hay mucho que pulir"
Desde luego, es el futuro según las desarrolladoras y editoras. Y casi el presente, no hay más que ver ejemplos y ejemplos ya existentes. Yo, como con todo, lo dejo en manos de los usuarios. Ellos serán los que decidan si esta modalidad de compra/venta de software tiene éxito o no. Por los casos que hay ahora mismo, por mí se lo podían ahorrar por que no pienso gastar un solo euro en comprar un editor de repeticiones (NBA2K7), casi la mitad de un juego (Lumines Live) o, como quería hacer SONY con GT HD, poner a la venta "medio juego" en BR-D y después tener que comprar coches y pistas. Esto es lo, para mí, totalmente intolerable. El sistema de microtransacciones puede ser ideal (en España habrá que esperar como mínimo a tener una red de alta velocidad decente y barata, claro, que en ese sentido ahora mismo en Europa somos la parte donde la espalda pierde su buen nombre) y, si las editoras diseñan una buena estrategia de ítems para comprar, llegará tarde o temprano. Lo que NO pueden hacer es dar la sensación de que nos quieren imponer las "microtasas" cuando y como ellos quieran, por elementos que con lógica deberían venir en los juegos que ya valen -recordémoslo- entre 60 y 70 euros. Con ese precio en los juegos, las microtransacciones deberían de ser por elementos realmente especiales y únicos. O eso, o bajar el precio de los juegos 20-25 euros y después que cada usuario se compre los elementos que quiera por la red, personalizándolo a su gusto. Es lo justo.
Cristian Bascuñana Soto Corresponsal en UK"Pagar sólo por lo que es justo" Recientemente, la mayoría de títulos a los que vengo jugando ofrecen contenido descargable mediante las conocidas microtransacciones. Un sistema que si bien se plantea muy versátil y económico, ya que no debemos físicamente ir a comprar el contenido y este se vende por cantidades que no superan los diez euros, es por otra parte una mina de oro para las compañías desarrolladoras. Pongamos que un juego nos cuesta sesenta euros, a los cuales le añadimos quince euros más por X e Y contenidos descargables. El resultado, setenta y cinco euros en total por algo que, muy probablemente, pudo haber sido incluido en el producto inicial.
Ojo, que no pretendo cuestionar la honestidad de las compañías, si no poner el grito en el cielo. Particularmente, he adquirido contenido descargable a través de microtransacciones y he de admitir que no he quedado satisfecho en relación a la cantidad desembolsada, cuando por el contrario, en otras ocasiones que he podido hacerlo gratuitamente he encontrado contenidos de la misma calidad por el módico precio de cero euros. Con todo vengo a decir que, aun teniendo un potencial muy grande, las compañías deben calibrar muy bien la relación calidad-precio ya que con un público cada día más exigente, nadie pagará un céntimo más de lo que considere oportuno.
José Manuel Fernández "Spidey" Redactor Meristation PC"En los viejos tiempos, todo era mejor..."
Difícilmente se pueda sacar otra conclusión que la de tachar de sacacuartos a esto de las microtransacciones. Y eso que por el momento es algo que, simplemente, cogerá por sorpresa al usuario 'casual', con añadidos presumiblemente prescindibles... Pero a la vuelta de la esquina está aquel terrible momento en el que tendremos que ir haciendo cuentas aparte de los sesenta euritos que cuesta un juego, y posiblemente para detalles que nos tememos imprescindibles para completar la experiencia lúdica.
En lo que a nuestro país se refiere no se tiene nada claro el cómo reaccionaremos los españolitos de a pie con eso de pagar por cada pequeño añadido, pero en la gran América la cosa es bien distinta. Tal y como funcione este negociete con ellos en la 'nueva generación' de consolas, tendremos a la vista la repercusión a nivel mundial del experimento de marras. Y claro está, estamos hablando de un país en el que un gran porcentaje de la gente disfruta viendo y comprando en las teletiendas nocturnas... ¡un caldo de cultivo ideal para la idea de las microtransacciones!
A nivel personal, no me hace gracia alguna tener que pagar por complementos que, por derecho, deberían llegar al menos como agradecimiento al usuario final por haber adquirido un producto nada barato. Vaciar el bolsillo para tener un nuevo campo de golf o un coche nuevo es una pijadita que, desgraciadamente, tiene todos los visos de convertirse en algo tan habitual como el mero hecho de jugar una partidita.