Alas y fuego neoyorquinos

Jake es un joven neoyorquino que disfruta de una vida 'normal' salvo por una cosa: puede transformarse en dragón. Como siempre, el hecho de poderse hacer superior llevará implícito salvar cualquier irregularidad que sufra su amada Nueva York. Pues bien, aunque parezca que estamos hablando de un nuevo súper-héroe MARVEL, esta vez nos referimos a una serie Disney bastante popular: American Dragon. Ahora, nos llega su conversión a varias plataformas y posiblemente sea la de Nintendo DS la que presenta una jugabilidad más original.

Cada nueva zona está repleta de plataformas y enemigos. Como es típico, tendremos que movernos generalmente de izquierda a derecha hasta llegar a la meta del nivel. Poco a poco iremos rellenando un medidor de Concentración el cual nos permitirá convertirnos en dragón durante un tiempo. Pero no todo serán saltos y mamporros, también nos veremos inmersos en algunos niveles de vuelo libre en los que debemos eliminar a enemigos aéreos y esquivar sus ataques entre altos rascacielos y nubes. Las diferentes fases se suceden una tras otra siguiendo la historia principal y resultando, a nivel jugable, bastante parecidas entre sí, dándonos la sensación a veces de que lo único que cambia es los colores del fondo. Los clásicos jefes finales también volverán a aparecer de vez en cuando en este nuevo plataformas a doble pantalla.

Los niveles de vuelo son quizá los más sorprendentes gráficamente. No es que haya unas texturas o dibujos especialmente brillantes, pero la fluidez con que se mueve todo, la buena visibilidad y la sensación de libertad de movimiento y ángulos de cámara que se nos dan en estas fases hacen que sean de lo más vistoso del juego.

Las músicas acompañan bien la acción y son bastante variadas. Siguen el estilo de la serie de manera que apenas resaltan especialmente pero no están mal. Los efectos de sonido, en cambio, a veces nos resultarán demasiado simples, los pasos suenan todos igual sea en la superficie que sea, el dragón no hace ruido al mover las alas, etc. efectos, en definitiva, un poco sosos... La traducción a nuestro idioma sí que está muy lograda, con expresiones coloquiales y de manera bastante humorística, al estilo de la serie.

Como ya hemos comentado antes, a lo largo de los niveles, para convertirnos en dragón deberemos rellenar un contador de Concentración. Esto se consigue aniquilando enemigos, buscando en cajas o papeleras, o parándonos en una especie de torbellinos estáticos. Cuando estemos listos sólo tendremos que gritar '¡Adelante dragón!' o tocar el colgante en la pantalla táctil para convertirnos en esta fantástica evolución. Veremos la transformación de Jake y seguiremos moviéndonos con normalidad sólo que ahora podremos escupir fuego, volar y cubrirnos con un potente escudo. Sin duda, siempre que podamos nos convertiremos en el escamoso animalito ya que todo resulta más fácil cuando llevas alas a la espalda y tienes al fuego de tu parte. No obstante, para pasar por determinadas zonas es imprescindible la metamorfosis.

A lo largo de los niveles recogeremos unas gemas de colores que nos dibujarán entramados de plataformas del mismo color que éstas. Sólo podremos activar una y para cambiar a otra basta con tocarla en la pantalla táctil. Esto crea en la aventura momentos frenéticos en los que deberemos cambiar de una a otra rápido y hacer saltar a Jake en la pantalla superior de plataforma en plataforma a la vez que cambiamos de gema en la táctil. Una locura que hace de estos momentos los más divertidos y originales del juego.

Con los jefes finales, sin embargo, no hay tanta innovación. El sistema clásico de dar vueltas alrededor de él hasta que nos brinda la oportunidad de patearle un poco es una constante en American Dragon: Jake Long. Todos los jefes iguales, bastantes facilillos además. Pero desbloquear al último sí que será un verdadero reto, pues para ello tendremos que encontrar 10 monedas milenarias muy escondidas por todas las fases del juego, lo cual lo dota de un aspecto 'rejugable' muy de agradecer ya que la primera vez nos lo terminaremos en unas 6 horas, pues sólo cuenta con 20 niveles, aunque algunos muy largos.

El manejo de Jake es sencillo y completo. Se usan para ello todos los botones de DS. Saltar, pegar patada, pegar puñetazo, habilidades de Dragón... muy intuitivo y preciso. Al tener que tocar la pantalla táctil lo mejor es olvidarse del Stylus y pulsar ésta directamente con el dedo ya que la precisión y rapidez obtenidas serán bastante buenas, además de la comodidad al jugar que supone.

En cuanto al modo para varios jugadores del que dispondremos desde un primer momento, diremos que es demasiado simplón. A pesar de ser un título multicartucho, las posibilidades en estas partidas de hasta cuatro jugadores son solo una. Se trata de un nivel de vuelo libre extraído de la aventura original para un jugador en el que deberemos aniquilar a nuestros oponentes y pasar por unos aros de colores antes que los rivales. Ya está, así de simple. Es divertido pero se podría haber hecho mucho más con esto...