Conejos en libertad

Rayman ha sido durante años sinónimo de videojuego. Icono de Ubisoft durante muchos años, recibimos con particular alegría el desarrollo de un nuevo juego de Rayman, pues su última aventura plataformera para consolas de sobremesa llegó hace más de tres años. Sin embargo, pronto conocimos el giro radical de la saga. Rayman Raving Rabbids sería un título exclusivamente de minijuegos.

La noticia desconcertó a propios y extraños. Todos esperábamos un juego de Rayman a la antigua usanza, fiel a un estilo de juego de plataformas clásico casi renegado al olvido. Pero con el producto en la mano, debemos reconocer que el cambio no le ha sentado nada mal. Este nuevo Rayman es la alternativa a Wii Play de la propia Nintendo, con un abanico de pruebas más amplio y un uso más versátil de las posibilidades del mando.

Ampliar

Apostar por estos conejos es el gran acierto de Raving Rabbits. Durante los últimos meses hemos visto como de forma periódica Ubisoft sacaba un nuevo vídeo promocional del juego. 'Los conejos no saben cocinar pavo… ¡Pero saben bailar!'. Incluso algún montaje mostraba las oficinas de Francia asaltadas por una frenética manada de estas pequeñas criaturas o incluso infiltrándose en la Games Convention.

Ampliar

La base de su éxito son los ojos muy separados, sólo dos incisivos en la boca y un grito esquizofrénico son sus bazas. A partir de aquí, podemos verlos vestidos de Superman -con caracolillo en la frente y todo- simulando a Sam Fisher, leyendo una revista en el baño o amenazándote con aletas y gafas de buceo.

Ampliar

La concepción de los escenarios tiene dos vertientes. La primera corresponde a los niveles en los que nos movemos por ellos, ya sea corriendo, lanzando algo o a modo de FPS  por raíles. En este caso, están muy bien concebidos, trabajados y lucen con gran cantidad de detalles. El framerate, en ningún caso a 60fps, sí es muy constante, y en algunas pruebas que requieren mayor velocidad no notamos descensos acusados.

En el otro lado de la balanza encontramos los fondos estáticos, minijuegos en los que la cámara no se mueve y todo tiene lugar en el mismo sitio. Algunos, como el del salto a la comba, son más completos y trabajados, manteniendo un buen nivel en general. Se nota en el diseño de personajes secundario y la gama de colores alguna reminiscencia a Beyond Good & Evil, de hecho son los mismos que desarrollaron este juego hace algunos años.

Este sistema de acceso nos resulta acertadísimo. Alarga la vida del producto sin limitar al jugador, y no saber qué esconde cada una de las puertas es un aliciente para que cada nuevo minijuego siga sorprendiéndonos. Una vez lo hemos completado con éxito, automáticamente se desbloquea y tenemos acceso a todos ellos fuera del modo historia.

Ampliar

El modo de jugar a cada uno de ellos es muy dispar. A los ya mencionados, como el de hacer volar a Superconejo o ahogarlos en zumo de zanahoria, el lanzamiento de vaca requiere girar rápidamente el mando para coger impulso y soltarla en el momento acertado. El salto a la comba requiere precisión y ritmo, mientras que la fase de los animalitos haciendo sus necesidades en baños públicos pone a prueba nuestros reflejos, y un golpe de Nunchuk cierra la puerta para no ver sus vergüenzas.

Los más completos son sin duda las fases en las que la cámara se mueve sobre raíles y un lanzador de desatascadores de baño a modo de first person shooter. Con localizaciones de lo más variadas, hay que acabar con todo ser que aparezca en pantalla. Puntuarán extra los disparos a la cabeza y si detenemos su desatascador con el nuestro. El arma secundaria es la mano de Rayman enganchada a una cadena, pudiendo capturar un conejo para usarlo como escudo o arma arrojadiza.

Nos ha gustado especialmente el baile. Justo cuando el conejo pase por el punto exacto, debemos mover una de las dos partes del mando por separado como si fueran unas baquetas, dependiendo si llega por la derecha o la izquierda, o lo hacen simultáneamente. El mecanismo es como un Dance Dance Revolution muy simplificado y con las manos en vez de los pies, pero absolutamente nadie se resistirá a probarlo.

Mover rápidamente las manos con el Wiimando y el Nunchuk para llevar un paquete bomba a un conejo antes de que explote, rematar a puerta, pero no con un balón de fútbol, dibujar en el aire con mucho pulso la comida de nuestra 'mascota', o darles palazos en la cabeza para hundir a los conejos que no paran de salir de la tierra. Así, hasta setenta.

Rayman Raving Rabbids (Wii)

El número de juegos que permiten dos o más jugadores simultáneamente es limitado. El resto nos obliga a establecer turnos y retarse por la mejor puntuación. Por un lado, se echa de menos que todos puedan participar a la vez y no quede todo en uno jugando y el resto mirando. Pero por el otro, sobretodo mirando a la parte económica, no tendremos que desembolsar los 60 € que valen un mando de Wii con un Nunchuk extra.

Rayman Raving Rabbids (Wii)

Ampliar

Respecto a los efectos sonoros, los gritos de los conejos son esenciales. Se ha medido muy correctamente la aparición de los conejos berreando para no acabar cansándonos. Se ha mantenido un tono desenfadado en su recreación -¿cómo suena una vaca cuando se lanza por los aires?- y como es habitual en el catálogo de Wii, se apoya en el pequeño altavoz del mando para aumentar la experiencia jugable. Sin destacar en su aparición, son del todo correctos.

No podemos ignorar lo comentado por algunas revistas americanas sobre el apartado visual. Al parecer, tras unas rigurosas pruebas, el juego no soporta escaneado progresivo, por lo que nos veremos resignados a los 480i independientemente del cable que usemos. De momento no hemos podido comprobar si la versión PAL también nos obliga a ver la imagen entrelazada, confiemos en que al abandonar el juego el sistema NTSC recupere los 480p.

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar

Ampliar