Espíritu Nintendo

Hace un año, cuando Xbox 360 estaba aún en pañales, un conocido desarrollador japonés -Tetsuya Mizuguchi- nos comentaba que el salto cualitativo de esta nueva generación lo proporcionaba la alta definición. Aseguraba que gracias a una mejor resolución en pantalla podía desarrollar juegos nunca vistos. Al final, el patinazo que pegó el creativo con 99 Nights es por todos conocido. ¿De qué le sirvió recrear al amigo Mizuguchi un conflicto bélico al detalle si luego le acabó saliendo un juego infumable? Para echarse una buena siestecita no hace falta la alta definición, para eso ya tenemos a los culebrones de después de comer, que estando a 480i consiguen en nosotros el mismo efecto que esta repixelada visión de la guerra.

Seguramente, para muchos videoadictos Wii no merece ser llamada consola de nueva generación. Su potencial gráfico dista mucho del que se jactan juegos de la competencia como Gears of War. ¿Qué hacemos con ella, pues? ¿La descartamos de la candidatura por el trono a mejor consola de los próximos años? Muchos la miran con incertidumbre y descrédito, algunos hasta la quieren enterrar viva. De todos modos, somos más los simpatizantes que los detractores de la nueva máquina.

Aprovecho la ocasión para aplaudir la estrategia comercial de Nintendo durante estos días de auténtica locura internacional. El camino al éxito se ha empezado a labrar con un lanzamiento casi simultáneo en los tres mercados más importantes y la creación de una fuerte imagen de marca en el colectivo. Pero si he de respaldar algo es la categoría que le han dado a su nuevo producto. Según la campaña publicitaria impresa de Nintendo en Japón, los que se llevan una Wii a casa se están llevando la única plataforma que merece el apelativo de 'consola de nueva generación'. Tanto PlayStation 3 como Xbox 360 se están dedicando a pulir el concepto de toda la vida por medio de una potencial visual de miedo. Esto hace merecedores a ambos sistemas de la etiqueta de consolas de 'próxima' generación, pero no de nueva, no nos engañemos. Wii es un soplo de aire fresco a una habitación que ya tocaba que la ventilaran.

Y es que, por mucho que les pese a algunos, Sony y Microsoft no pueden atribuirse el mérito de modificar las costumbres jugables de varias generaciones por medio de un producto ante el cual todos se sienten como unos negados a las primeras de cambio. Con Wii todos nos exponemos al ridículo. Esta filosofía era la que perseguía Miyamoto, quien ha comentado en más de una ocasión que el objetivo de su nueva consola, cuando ésta comenzaba a gestarse, era que las madres también se sintieran atraidas por ella. Cambia la manera de jugar y gracias a esto, pueden cambiar las costumbres en casa. Sería gracioso que fuésemos nosotros los que tuviésemos que llamar a nuestras madres, a la hora de comer, para que se sentaran a la mesa. 'Espera, que no encuentro un punto de guardado' o 'Ya acabo, estoy en el último set', les oiríamos decir. Parece descabellado, pero tiempo al tiempo. Al menos, aquí en Japón la idea no parece tan surrealista.

El ADN de Nintendo se deja sentir en una consola creada por y para la diversión. Mientras Sony se escunda en su nueva consola para tratar de estandarizar un nuevo soporte como el Blu-Ray y Microsoft va poco a poco rellenando la zanja que separa los ordenadores de las consolas, Nintendo va a lo suyo: a conseguir que todo el mundo se divierta, y a ser posible sin gastar mucho dinero. Veamos, ¿cuántos de nosotros contamos ya con monitores que le saquen el máximo partido a la alta definición? ¿Cuántos de nosotros estamos dispuestos a pagar por televisores que nos permitan verle la caspa a los actores? Sólo unos pocos afortunados (léase con doble sentido) pueden exprimir todas las bondades de una era digital que nos ha sobrevenido de la noche a la mañana. El 1080p es un mito para la inmensa mayoría.

Y por si esto fuera poco, cuando ya nos habíamos encariñado con el DVD ahora se nos propone no uno, sino dos nuevos sistemas de almacenamiento de datos que además, a la chita callando, acabarán por colarse en nuestras casas antes de que nos hayamos llegado a plantear si el cambio de formato era realmente necesario. Recordemos que hace menos de 5 años que el DVD le empezó a comer terreno al VHS, y ahora que se ha asentado, tanto Sony como Microsoft nos van a hacer creer que ya está de capa caída. Las cosas deberían hacerse con un poco más de calma.

Pero los tiempos cambian, queramos o no. Lo que no cambia es el valor que ha vuelto a demostrar una vez más Nintendo apostando por un producto que no deja a nadie indiferente y que se desmarca claramente de las pretensiones de las 'naves espacilales' de sus rivales. ¿Que la Wii aburrirá cuando se pase la novedad? También se dijo que la primera Game Boy no triunfaría en un mercado donde las pantallas a color eran lo que se llevaba... Gumpei Yokoi puede sentirse orgulloso desde las alturas, desde donde vela seguro por el éxito de Wii.

Pase lo que pase, espero que con el tiempo Nintendo nos vuelva a dar más alegrías y sorpresas de las que nos tiene acostumbrados. Ahora a disfrutar todos de su última maravilla.