Tom Clancy's Rainbow Six Vegas
Viva Las Vegas
Los casinos más emblemáticos de Las Vegas han sido tomados por terroristas. Desde México, el equipo Rainbow desciende a lo más profundo de la ciudad del pecado para liberar a sus rehenes en un título exótico, divertidísimo en multijugador y muy fiel a las raíces de esta serie de Tom Clancy.
Paradójicamente, Rainbow Six Vegas arranca en una desfavorecida barriada de México DF. Allí tiene lugar la primera misión al mando de un equipo Rainbow del teniente Logan Keller, aunque su debut, al igual que el del jugador controlándolo, no es para nada fácil. El objetivo de la incursión es capturar con vida a la terrorista intenacional Irena Morales, algo que sirve además como tutorial para los no iniciados en la acción táctica.
Rápidamente se aprende a dar órdenes a los otros dos miembros del equipo: desde el polivalente "abrir y despejar" a desplegarlos por el escenario, reanimar a los caídos, realizar entradas coordinadas, usar la cámara espía por debajo de las puertas, lo vital del silenciador y a acomodarnos con nuestra combinación ideal de subfusiles, fusiles de asalto, rifles de francotirador, pistola y granadas.
Rainbow Six ha sido siempre el más accesible de los títulos basados en las novelas de Tom Clancy, un primer contacto apto para todos los públicos con la siempre exigente acción táctica. Vegas certifica aún más esta tendencia, ofreciendo lo que puede considerarse el debut ideal en el subgénero. Aún así, la toma inicial de contacto en México resulta muy exigente.
Una vez resuelto el tutorial azteca -país que según la recurrencia de Clancy debería ser incluido en el eje del mal- con resultados decepcionantes -Keller pierde a sus dos compañeros de equipo secuestrados por Irena-, la acción se traslada a Las Vegas. El glamur, carisma y atractivo de la ciudad del pecado resulta un potentísimo gancho gracias a sus casinos, aunque decepciona ver cómo Ubisoft ha sido incapaz de asegurarse sus derechos de imagen.
De esta forma ni Bellagio, Mirage, MGM, Stratosphere, Luxor o Caesar's estarán presentes en el juego con sus nombres originales -lamentable que haya fallado este punto y sí aparezca publicidad Axe por todo el escenario-, aunque las réplicas transmiten adecuadamente su esplendor, atmósfera y ofrecen un punto interesante al convertirlos en improvisados lugares de asalto.
Pero Vegas no sólo discurre por las casas de juego de la ciudad más emblemática de Nevada, también hay localizaciones más clásicas y menos excitantes que las de los niveles iniciales; túneles, almacenes, complejos industriales, zonas en obras y hasta los laboratorios secretos de rigor con bastantes influencias Perfect Dark.
Técnicamente Vegas resulta completo, destacando por sus personajes principales, construidos con unos modelados sólidos y con unas buenas texturas junto a una disntacia de dibujado amplia, correcto motor de física y partículas y ausencia de defectos técnicos. Los interiores consiguen cautivar con un magnífico diseño, sin duda documentado, y apoyado en un motor que se muestra solvente -aunque sufre tirones esporádicos- para recrear la destelleante iluminación que los tiroteos en los casinos, entre mesas de black jack, tragaperras, ruletas o restaurantes, producen.
Estos puntos fuertes en lo visual no puede borrar la sensación, para alguien que venga de disfrutar con las anteriores incursiones Rainbow en consola, de encontrar elementos que se han reciclado. Hay texturas en los fondos que no son dignas de la nueva generación y los modelados del resto de personajes, especialmente de los rehenes, sugieren que poco han cambiado desde lo visto en Xbox, con unas animaciones faciales que desentonan con las de Keller y compañía e incluso con las que el motor genera del propio usuario mediante una captura de la cámara Xbox Live Vision.
Otro detalle negativo, en esta ocasión ajeno al mismo juego, es el hecho de aparecer en el mercado apenas quince días después de Gears of War; el juego de Epic hace que las comparaciones entre ambos sean odiosas y que estos defectos parezcan obsoletos a pesar de compartir ambos títulos el mismo motor gráfico.
El apartado audiovisual se completa con el esfuerzo que Ubisoft hace con la localización de sus títulos. Mientras que la música es algo testimonial y fugaz, -durante los menús y sólo si hay música en el lugar de la acción- el doblaje al español mantiene la misma línea que en los Rainbow Six previos o, de forma más cercana, Advanced Warfighter. La interpretación es correcta, hay participación de actores de doblaje populares y la decisión de respetar las voces originales para los enemigos -de mexicanos nativos- junto a otras de nuevo cuño consigue darle un punto de inmersión añadido.
En cuanto a jugabilidad, Vegas no aporta ningún elemento decisivo a la fórmula previa; básicamente la reutiliza en una nueva localización. Las misiones comparten objetivos demasiado repetitivos; en una ciudad de Las Vegas tomada por terroristas, la situación de la que más se abusa es el siempre complicado rescate de rehenes, aunque también aparecen de escolta, desactivación de bombas, hackeo de ordenadores y otras contra el crono.
Se introducen algunas novedades como el rapel, utilizando cuerdas, con los que se puede irrumpir en una sala o descender sigilosamente, los modos asalto o infiltración cada uno con varias rutinas para la IA de nuestros compañeros según requiera la situación, la cámara espía, directamente desde Splinter Cell o el intuitivo sistema de órdenes; apuntar y pulsar A para que Keller extienda su brazo señalando la zona en la que desplegarse.
Otro elemento de nuevo cuño y que bebe de los escudos recargables del Jefe Maestro, es el sistema de daños. Cuando recibimos un impacto, si no es en una zona vital, la pantalla se nublará. Pasados unos segundos recuperará su tono habitual y podremos seguir jugando normalmente, sanando de nuestra herida. Si los impactos recibidos son casi mortales, la pantalla se tornará de un oscuro color negro durante unos segundos en los que estaremos en estado crítico, pero igualmente reposando a cubierto volveremos a estar operativos y como nuevos. Si el impacto es mortal -en la cabeza- la muerte será instantánea.
A diferencia de nosotros, que no tenemos ocasión de revivir, nuestros soldados pueden recuperarse al caer abatidos mediante una inyección -atropina o adrenalina suponemos- pudiendo administrársela nosotros mismos u otro miembro del equipo bajo nuestra orden.
La dificultad es moderada; las particularidades de cada misión para alcanzar el éxito, la IA de los enemigos -que hábilmente se apostillan, disparan tras muros levantando los brazos sin arriesgar su integridad, flanquean o sacan ventaja del escenario- y la vulnerabilidad de nuestro personaje garantizan varios reintentos hasta completarla correctamente. No estarán exentos de repeticiones innecesarias gracias a los dispersos puntos de control, que hacen sufrir hasta alcanzar el guardado.
El equipo tradicional de los Rainbow repite, unido a nuevos dispositivos gracias a los avances tecnológicos. Encontramos las ya conocidas visión térmica y nocturna, junto a sensores de movimiento, interferidor de radares y un dispositivo GPS. Estos últimos ofrecen un toque fresco y de contra-espionaje en las partidas multijugador, ya que permiten obtener información del enemigo mediante su uso, aunque pueden ser anulados. Entre las cargas explosivas podemos escoger granadas frag, flash, incendiarias, C4, cargas de ruptura, botes de humo y gas lacrimógeno, para el que tendremos varios tipos de máscaras antigás preparadas.
El catálogo de armas vuelve a ser rico y realista gracias al asesoramiento a nivel de armamento que Ubisoft mantiene para este menester. Seis pistolas diferentes como MK 23, Glock 18 o la islaelí Desert Eagle, otros seis subfusiles -con joyas como el PSG o el MAC 11-, cuatro ametralladoras ligeras, seis fusiles de asalto -donde no podía faltar el FAMAS o los bloqueados 552 Commando y el soviético AK-47- cuatro rifles de francotirador y otras tantas escopetas. También pueden realizarse modificaciones en ellas, cambiando sus accesorios como miras telescópicas reflex, láser, de varios aumentos o cargadores de alta capacidad.
Cada arma tiene cuatro variables que determinan su categoría: daño, rango, precisión y capacidad del cargador. Varias de ellas -algunas ofreciendo mejores resultados, otras sólo el gusto de empuñarlas- se encuentran bloqueadas y sólo pueden utilizarse alcanzada una categoría CEP. Y es que este sistema, bautizado como creación de élite permanente, permite que tu personaje evolucione a medida que gana experiencia en partidas por Xbox Live.
Subir de rango -militares por supuesto, como sargento, capitán o especialista- permite también desbloquea otros accesorios como diferentes tipos de armadura, ropas, cascos, pasamontañas y demás parafernalia militar. El sistema CEP supone un buen incentivo para jugar por Xbox Live si no fuera suficiente para ello lo que esta saga ha ofrecido en el pasado.
Y es que Rainbow Six siempre ha resultado trepidante jugado a través de Xbox Live: diseñar tácticas de asalto con los compañeros, comunicarse por voz o evitar ser abatido a la primeras de cambio gracias al frágil y realista sistema de vida, similar a Counter Strike. El multijugador abarca 8 modos diferentes: Ataque y defensa, Supervivencia, Tirador preciso, supervivencia en Equipo, Tirado preciso en Equipo, Historia cooperativa y Caza al terrorista cooperativa.
Encontrarse un cooperativo online, para hasta 4 jugadores, ha sido un gran alivio, al igual que algún pequeño añadido en el repertorio, como Caza al terrorista o la guerra de Francotiradores que se esconte tras Tirador preciso, un modo que deja pequeño el duelo entre el Big Boss y The End.
Definitivamente, Rainbow Six Vegas es divertido, emocionante y fiel a su herencia como cualquier otro título de la serie, a pesar del exótico cambio de localización. La campaña garantiza sus 12-15 horas de juego -menos si los puntos de control no fueran tan escasos- con un guión bastante adecuado aunque previsible, y que mejora sustancialmente con el cooperativo.
El soporte Xbox Live, su poblada comunidad de jugadores y la evolución del personaje, le hacen subir muchos enteros, que por otro lado pierde por un apartado gráfico, que si correcto y puntualmente brillante, desmerece mucho en las comparaciones con el gran referente en el género que es Gears of War.
Una lástima que Ubisoft no haya aprovechado este Vegas para implementar más novedades jugables en la acción táctica, que aunque aparecen, no modifican apenas la experiencia vista en el anterior capítulo. Aún así, es un acercamiento mucho menos exigente que Ghost Recon Advanced Warfighter y más fácil de disfrutar, aunque el hecho de asomarse ligeramente a una esquina en el momento equivocado pueda suponer la muerte.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.