Gunpey, Impresiones
El legado de Gunpei Yokoi es largo e incluye juegos como Metroid o Kid Icarus, o la creación de la Game Boy original. Entre sus últimos proyectos había uno para su WonderSwan, que él mismo creó y que ahora Tetsuya Mizuguchi homenajea.
Cualquier aficionados erio al mundo de los videojuegos conoce, aunque sea de oídas, el nombre de Gumpei Yokoi. Este ingeniero de Nintendo, además de otras muchas cosas, fue productor de Kid Icarus y el Metroid original, además de ser el máximo responsable de la creación de Game Boy, iniciando la próspera carrera de Nintendo en el campo de las consolas portátiles. Después del fiasco de Virtual Boy, su último trabajo para la compañía de Kyoto, fundó su propio estudio llamado Koto Laboratory y desarrolló una nueva portátil para Bandai: Wonderswan, para la que creó los primeros títulos. Desgraciadamente, Yokoi murió en 1999 en un accidente de tráfico y no pudimos seguir disfrutando de su talento e inventiva.
Siete años después, Q Entertainment ha completado un rendido homenaje a uno de los últimos proyectos de este genio, un título que apareció originalmente en Wonderswan y que ahora vuelve a la vida para todo el mundo en forma de dos versiones también portátiles: una para Nintendo DS y otra para PSP. En cada una, el estudio de Mitzuguchi ha creado una experiencia totalmente diferente, que explota la naturaleza de ambas máquinas.
La versión que nos ocupa es todo lo que se puede esperar del estudio que creó Lumines, pero con la original mecánica que alimenta este entretenido y original juego de puzzles. Al contrario que Tetris, Puzzle Bubble y otros clásicos del puzzle interactivo, los elementos principales de Gunpey son líneas repartidas a través de un panel con varias filas de celdas. Cada una de las líneas tiene una inclinación aleatoria, y van surgiendo cada vez más a medida que pasa el tiempo.
La misión del jugador es la de seleccionar esas líneas y posicionarlas en el tablero, desde la izquierda hasta la derecha, de forma que las líneas queden interconectadas de un extremo a otro. Cuanto más tiempo pase más líneas aparecen y más rápido tienes que acomodarlas para hacer que se junten, lo que no sólo hará que desaparezcan, si no que además proporcionan tiempo extra para poder organizarte antes de que más líneas vayan apareciendo. Es un concepto simple, pero adquiere una mayor complejidad cuando se estima que hay que intentar conectar el mayor número de líneas posibles, lo que no sólo limpia más la pantalla sino que además consigue una mejor puntuación.
Como los grandes juegos del género, Gunpey sólo se revela en las distancias cortas, cuando se experimenta personalmente. Lo que empieza por ser algo sencillo y placentero se va poco a poco a poco conviertiendo en algo mucho más exigente, obligando a aumentar el ritmo sin que casi te des cuenta. El panteamiento del título y su funcionamiento, con un control no tan intuitivo y simple como el que se puede encontrar en un Tetris, puede hacer que más de uno desespere ante ciertas fases.
La simple y elegante mecánica es una buena excusa para embarcarse en otro viaje audiovisual marca de la casa de Mitzuguchi. Tomando prestados elementos de Lumines, la versión PSP de Gunpey ofrece una amplia selección de estilos visuales combinado con música de club, en la que predomina la fusión de ritmos y un tono casi hipnótico, que casa perfectamente con el estilo del juego. El único gran problema encontrado hasta ahora es que algunos fondos están tan cargados de animaciones que consiguen despistar al jugador del cada vez más exigente trabajo de organización de líneas.
- Puzle