The Burning Crusade, Impresiones

The Burning Crusade va camino de convertirse en la expansión más esperada que haya recibido MMORPG alguno. Han pasado ya dos años desde que se lanzara World of Warcraft y, pese a los continuos parches que Blizzard ha ido lanzando de forma gratuita, los millones de usuarios exigen más contenido para personajes de nivel alto y cambios importantes en el deficiente sistema de PVP que posee actualmente el juego. ¿Cumplirá The Burning Crusade con las expectativas?

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Tras descargar los más de 2 gigas que "pesan" los archivos correspondientes a la expansión de World of Warcraft, y copiar nuestro personaje de nivel 60 (una pícara) a uno de los reinos que ha habilitado Blizzard para la beta cerrada, la primera sorpresa nos la llevamos al arrancar el cliente: tanto la pantalla principal, como el (impresionante) tema que suena mientras creamos nuestro personaje han cambiado con respecto al juego original. Tal y como podéis ver en las capturas adjuntas a este artículo, lo que vemos ahora es el Portal Oscuro desde las Outlands.

Resulta especialmente sorprendente el nuevo rumbo que ha tomado el modelado de los Blood Elf, de corte bastante más oriental, más estilizado, y en definitiva, más atractivo que lo que hemos estado acostumbrados a ver hasta ahora en la saga Warcraft. Habrá que ver quien decide a partir de ahora crearse un Night Elf en vez de un "elfo rubiales"... Más allá del ámbito artístico, sí se nota una evidente mejoría en la calidad de los modelos. Tanto los Blood Elf como los Draenei gozan de mejores y más realistas animaciones en comparación con las ocho otras razas.

Los Draenei, por su parte, cumplen las funciones de "gigantones" de la Alianza. Por fin los Tauren encuentran un rival a su medida... Corpulentos machos junto a las inocentes hembras, luciendo éstas un diseño mucho más delicado y unas animaciones más elegantes. En los nuevos personajes se ha hecho especial incapié en los distintos cortes de pelo, más diferenciados entre sí, y a las caras, que también han experimentado un necesario aumento de variedad.

Como ya dijimos hace unas semanas en nuestro reanálisis de World of Warcraft, Blizzard debería plantearse revisar las animaciones y el modelado del resto de las razas en un futuro no muy lejano, pues es evidente que para un recién llegado, resulta más interesante a primera vista crearse un personaje de los nuevos, y eso podría acabar afectando al equilibrio de razas dentro de cada servidor.

Una mejora gráfica que se hace no sólo patente en los personajes, sino también en los nuevos escenarios. Las zonas iniciales de los Blood Elf y los Draenei, así como el continente de las Outlands, hacen gala de un espectáculo artístico de los que quitan el hipo. Lo dijimos en su día con el juego original, y no nos queda más remedio que repetirlo ahora: pese a no ser el más avanzado a nivel técnico, podríamos contar con los dedos de la mano los juegos que presentan un mundo tan vivo y rico en detalles como el de World of Warcraft. Las capturas no le hacen justicia, hay que verlo en movimiento para entender de qué estamos hablando.

Como decíamos, se aprecia una ligera mejora técnica en los nuevos escenarios, y es por ello que, sin llegar a derivar a una caída en el rendimiento drástica, sí se nota como nuestro ordenador "sufre" más a la hora de gestionar las nuevas zonas (que siguen estando conectadas unas a otras sin cargas intermedias). La cantidad de elementos en pantalla es ahora mayor, así como el detalle de los modelos interactivos, y a todo ello hay que sumarle el descomunal tamaño de las nuevas regiones: tan sólo la primera zona que nos encontramos al entrar en las Outlands, Hellfire Península, tiene un tamaño aproximado a las dos Plaguelands de Azeroth juntas.

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Lejos de limitar el diseño de los escenarios a una continua sucesión de desiertos malditos al más puro estilo Blasted Lands, en Outlands nos hemos encontrado desde densos pantanos hasta bosques primaverales, pasando por las omnipresentes zonas controladas por los orcos de la Legión Ardiente. Nos gustaría destacar, de entre todo lo que hemos visto hasta ahora, la zona de Nagrand, cuyo paisaje recuerda a las bellas praderas verdes de Mulgore. Por su parte, las nuevas mazmorras (todas las que hemos probado hasta ahora estaban limitadas a 5 o 10 jugadores) ofrecen ahora un tamaño mucho mayor del que estamos acostumbrados a ver en 'instances' como UBRS o Scholomance, y por lo tanto, más cercano a lo que sería la típica mazmorra para 40 personas. Todo parece indicar que con la expansión se acabarán las 'runs' de mazmorras en menos de una hora...

Nada más entrar en la 'instance', el líder del grupo puede elegir el nivel de dificultad de la misma, lo que afecta directamente tanto a la cantidad de vida de los enemigos como a la calidad de los objetos que caen de los mismos. Uno de los aspectos que más polémica ha levantado entre los usuarios de World of Warcraft es precisamente el de la calidad de los nuevos ítems. Tras haber estado probando el contenido de la expansión orientado a los jugadores de nivel 60-65, podemos confirmaros algunas sorpresas.

Para nuestro personaje (repetimos, una pícara de nivel 60 equipada con ítems de Blackwing Lair, Ahn Qiraj y Naxxramas), ya la primera serie de quests nos ha recompensado con unas botas cuyos 'stats' eran superiores a los del correspondiente ítem del Tier 1 de pícaro, el Nightslayer. Otro ejemplo más: uno de los collares -de calidad azul- que cae en la primera mazmorra de la expansión (Hellfire Citadel, orientada a jugadores de nivel 60 y limitada a 5 personas) es equiparable al mejor collar épico que un pícaro puede conseguir antes de llegar a Naxxramas.

De hecho, ya a nivel 64-65 hemos visto armas verdes que superaban de largo los 60dps (actualmente una bestialidad en las manos un pícaro), y que por lo tanto, se confirmaban como claros y útiles reemplazos para la mayoría de espadas y dagas que hemos ido consiguiendo hasta el día de hoy en Molten Core, Blackwind Lair e incluso Ahn Qiraj. Pese a no haber alcanzado aún el nivel 70, sí hemos visto a jugadores usando ítems de nivel 67-70 cuya calidad era superior a lo que hasta hoy entendíamos como set de armadura definitivo, el Tier 3 de Naxxramas. Incluso nos hemos cruzado con alguna que otra daga azul de nivel 70 que ridiculizaba a la todopoderosa Kingsfall, de Kel'Thuzad...

¿Qué significa todo esto? Pues que el salto de calidad entre un ítem de nivel 60 del World of Warcraft original y otro ítem del mismo nivel de la expansión, es importante. Posiblemente este hecho molestará en un primer momento a todos aquellos que aún siguen dedicándole horas a las mazmorras para 40 personas que hay actualmente en el juego, y por lo tanto, consiguiendo ítems que serán rápidamente reemplazados una vez llegue la expansión. Pero a la larga, esta abrumadora cantidad de nuevos objetos sólo derivará a una favorable situación para el jugador: una variedad enorme de opciones y posibilidades para equipar a nuestro personaje con buenos ítems.

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Tal y como comentábamos antes, otro de los importantes cambios que experimentarán todos los jugadores de World of Warcraft (también los que no adquieran la expansión, pues este cambio se aplicará en el parche 2.0, cuya fecha de lanzamiento está prevista para finales de este mismo mes) será el del nuevo sistema de PVP. Hasta ahora, para poder comprar las armas y armaduras PVP había que alcanzar un determinado rango.

Semanalmente, nosotros acumulábamos la mayor cantidad de puntos de honor posibles, y tras comparar esa cantidad con la que habían conseguido el resto de usuarios de nuestro servidores, subíamos o bajábamos de rango. Por lo tanto, estar varios días sin hacer PVP implicaba una caída en picado en la clasificación por rangos. Un injusto sistema que castigaba más que premiaba. Consecuentemente, para alcanzar el máximo rango -14-, eran necesarias más de 10 horas diarias de PVP, una utopía sólo al alance de los jugadores con más tiempo libre para dedicarle al juego.

Sin embargo, ahora todo es diferente. Las recompensas PVP ya no requieren un rango determinado para ser compradas, sino que se intercambian directamente por puntos de honor. Así pues, ya no hay un sistema clasificatorio de rangos, y sólo tenemos que preocuparnos de acumular puntos e insignias. Es por eso que, ahora, no nos vemos afectados si por cualquier motivo tenemos que estar unos días sin poder machacar enemigos en las cuatro Battlegrounds del juego (las tres de siempre y The Eye of the Storm, incluida en la expansión).

En el nuevo sistema, una espada de rango 14 cuesta 15.000 puntos de honor. Teniendo en cuenta que se consiguen unos 5 puntos de honor por cada enemigo que eliminamos, y unos 150 puntos de honor por Battleground ganada, en unas 20 horas (para los más hábiles unas cuantas menos) dedicadas al PVP será posible tener acceso a las armas Grand Marshal. Una verdadera "ganga" si lo comparamos con los meses de interminable 'farmeo' de honor que se necesitaban hasta ahora para poder comprar esa misma espada...

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Con la llegada de the Burning Crusade se han revisado también varios aspectos de la interfaz gráfica. Por un lado, se ha habilitado una pestaña para buscar grupo y/o miembros con los que completar mazmorras y quests. Adiós pues al cansino canal 4, gracias a esta nueva utilidad mucho más eficaz y práctica. El icono de esta nueva herramienta se ha situado en la barra inferior, justo al lado de los ajustes del sistema, desplazando así el icono del mapa a la parte superior derecha de la pantalla, a modo de bolita en el radar. Por otra parte, se ha rediseñado el panel del personaje, habilitando varias pestañas desde las que poder comparar los diferentes bonus y 'stats' de nuestro héroe.

Son aún muchas las novedades que nos quedan por probar en profundidad. Entre ellas, las arenas (por lo que hemos probado tienen toda la pinta de convertirse en el futuro referente del buen PVP en World of Warcraft, ofreciendo duelos 2vs2, 3vs3 y 5vs5), la nueva Battleground The Eye of the Storm, las recién implementadas monturas voladoras, y las mazmorras de 25 jugadores, no habilitadas aún en la beta cerrada (justo ahora se ha añadido Karazhan, para 10 jugadores, la que según dicen será la 'instance' más difícil de la expansión). Será en enero, cuando se lance la expansión totalmente traducida y doblada al castellano, cuando por fin podamos dar el salto definitivo a las Outlands y valorar este esperadísimo nuevo bombazo de Blizzard en nuestro análisis. Y es que con 7 millones de usuarios ya registrados, con un juego de cartas recién aparecido, un juego de tablero, otro de rol, varios cómics y novelas,  y con todo lo que aún está por venir, da miedo pensar hasta donde va a llegar el Mundo de Warcraft...

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