Una aventura poco ambiciosa

Dentro de poco cumplirá diez años. Con casi diez entregas en todo tipo de plataformas, la preciosa Lara Croft perdió parte de su crédito con El Ángel de la Oscuridad. Y lo que perdió en ese lo recuperó, y con extras, en Tomb Raider Legend, lanzado en todos los sistemas domésticos, PC y PSP entre abril y mayo. Las versiones portátiles para las máquinas de Nintendo han tardado en llegar, pero ya están aquí.

Ambas versiones han sido desarrolladas por HumanSoft, quien ya se encargó del último Ace Combat para GBA. En el caso de la famosa aristócrata en nuestra portátil, nos encontramos con una sólida aventura de primeras que acaba siendo bastante desesperante por momentos. El problema, su duro control.  Pero no adelantemos acontecimientos. Empecemos por el principio. Comienza la leyenda.

La historia nos situa en Bolivia, en unas tumbas en las que Lara deberá recuperar un artefacto mágico relacionado con su familia y su pasado -que iremos descubriendo mediante "flashbacks"-. Con esta idea como partida, iremos encontrándonos con una trama mucho más oscura extraida directamente de las versiones domésticas del juego. El punto de inicio es pues el citado templo, más concrétamente su exterior.

Jugabilidad
Básicamente nos encontramos con una aventura de avance lateral al más puro estilo Prince of Persia: Sands of Time. Movemos a Lara de adelante a atras, realizando piruetas y sorteando obstáculos, como reza su profesión. La cantidad de situaciones será bastante elevada, llegando a sorprender en algunos casos dada la variedad.

Podemos colgarnos de salientes, saltar de un lado a otro, agarrarnos a lianas/cuerdas y movernos de lado a lado, girar sobre postes de madera e incluso enfrentarnos a enemigos. A medida avancemos, podremos conseguir armas diferentes a las básicas (un par de pistolas duales son las iniciales), desde ametralladoras hasta escopetas. Lara sabrá usarlas todas perfectamente, y su poder con las armas nos abrirá más de un camino.

Y hablando de abrir caminos, por supuesto los puzzles, uno de los elementos más requeridos en un juego de la saga, vuelven a aparecer. Irán desde lo más clásico a ideas nuevas, como por ejemplo arrastrar cajas sobre interruptores para abrir zonas secretas o superar obstáculos. Podremos incluso colocar cajas sobre balanzas para hacerlas saltar y enviarlas a lugares alejados.

Lara no irá sólo con armas sino que llevará además una cuerda extensible que accionaremos al presionar el gatillo L. Con esto -siempre en un salto- nos agarraremos a diferentes zonas metálicas y nos ondearemos, como en una liana. Nos servirá evidentemente para sortear zonas difíciles. Otros gadgets estarán disponibles. Podremos utilizar el entorno para acabar con los enemigos, por ejemplo disparar a una roca gigante para que empiece a rodar y los arrolle.

Y es que el control no es del todo fiable. Sí, es cierto que la aventura es muy variada, pero si no puede disfrutarse al 100% pierde bastante la gracia. Algunos saltos son bastante complicados, no por que así esté pensado sino por que la cruceta no responde bien en algunos movimientos, como al girarnos de un lado a otro de una cadena. Saltar mientras corremos no funciona siempre, dando bastantes fallos o parones generales, lo que significa una bajada drástica de la vitalidad o la muerte si el abismo es muy grande.

Por lo demás es un juego correcto realmente, y es que lo más sólido viene en lo técnico. Pese a algunas buenas ideas a nivel jugable, lo cierto es que es un título que no da demasiado de sí, siendo The Profecy bastante más sólido incluso con sus años. Una IA primitiva no salga un diseño de niveles notable. Y que Lara no pueda agacharse y disparar...

Apartados Técnicos
Gráficamente ya es otra cosa: Nos encontramos con un motor 3D sorprendentemente sólido, que funciona a las mil maravillas sin apenas ningún tirón o ralentización. Los escenarios, pese a ser repetitivos -no olvidemos que estamos en una GBA-, son bastante curiosos y cuentan con la suficiente variedad en determinadas zonas. Efectos como juegos de luces, los disparos o cuando Lara se introduce en una zona con agua, están bastante cuidados.