Un nuevo paso adelante

Pocos títulos han levantado tanta expectación como Gears of War y han salido indemnes de su paso por crítica y público. Pero en esta ocasión no estamos ante un nuevo 'efecto Molyneux'. Después de una semana con el juego en la redacción y con varios miembros de la revista detrás de este análisis, podemos afirmar sin reparos que Gears of War ha sobrevivido al hype; lo que vemos en el juego final es lo que se nos ha ido prometiendo durante estos últimos dos años.

GOW es un auténtico ejercicio de brillantez en todos sus apartados; una concepción de shooter que aporta interactividad, variedad en las situaciones, en el planteamiento de niveles y enemigos, una IA excelente y táctica, armamento imaginativo, mucho gore y un marcado enfoque cinematográfico. Con este, su primer trabajo de envergadaura y en solitario en la dirección creativa desde que llegó a Epic, Cliff Bleszinski ha rubricado su paso al más selecto grupo de personalidades del mundo del videojuego.

Pero Gears of War no sólo es un sorprendente conjunto de ideas aplicadas de forma exitosa a un shooter en tercera persona. Además, el título se cimenta en un deslumbrante apartado técnico que demuestra que estamos ante el punto que marca el inicio de la segunda generación de juegos para Xbox 360, y también la necesidad vital de adquirir una TV de alta definición con soporte para 1080i.

Como Marcus Fénix, un soldado COG convicto por traición, el jugador es indultado y rescatado por uno de sus antiguos compañeros de armas, Domingo Santiago, incorporándose a su unidad, el escuadrón Delta, como refuerzo para cumplir una decisiva misión; colocar y activar un resonador que mediante ondas de alta frecuencia consiga revelar toda la red de túneles que los Locust han construido durante años y así lanzar el último ataque a gran escala que una moribunda Coalición de Gobiernos Organizados puede orquestar.

Los modelados de los personajes se ven robustos, recreados minuciosamente en todos los aspectos de su fisionomía, como el traje acorazado COG -con influencias de marine espacial- y las texturas faciales que incluyen hasta cicatrices o una barba incipiente, completando una expresividad que no hace más que transmitir realismo en todos los gestos de los protagonistas. La iluminación en tiempo real resulta asombrosa en general, pero particularmente al incidir sobre las texturas de los trajes -o en los mismos entornos- y modificarlos. Lo mismo sucede con el sistema de partículas, gestionado impecablemente tanto para los impactos como para las explosiones -apoyadas en humo volumétrico-.

Todas las secuencias intermedias de Gears of War se apoyan en el motor del juego; definitivamente el Unreal Engine mató al CGI. Y es que no aparece ni una sóla secuencia pre-renderizada, todo se gestiona por este sólido motor, uno de los pilares del éxito del título. A pesar de su fabuloso comportamiento y resultado, tampoco está exento de fallos.

En el doblaje Microsoft ha sabido aprender de los errores previos -como el español neutro de Halo 2- y nos ofrece las que sin duda son las mejores voces que Xbox 360 ha podido escuchar. Y no sólo por el demandado acento español de España o la carga interpretativa de cada personaje, con los respectivos dobladores imprimiento un determinado carácter a cada línea, sino por la impecable localización de los comentarios -tacos incluidos- y los efectos que se han aplicado a las diferentes voces de ultratumba de los Locust.

El repertorio de voces de los Locust comienza con unos estertores y sonidos guturales y prosigue más con un lenguaje más articulado que incluye frases intimidatorias como "homínidos", "mueeeere", "sufre", carjadas de ultratumba, e incluso sus propias órdenes tácticas y avisos cuando les lanzamos una granada. Todas ellas cargadas de graves, ecos y otros efectos -incluso hay cierto personaje Locust femenino que comparte el que se aplicó a Cortana en el trailer de Halo 3- que denotan su repugnante origen.

Para terminar con la localización, comentar que la traducción no presenta ningún fallo y está en consonancia con los diálogos, aunque hay algún detalle poco acertado como tratar de usted al jugador -por ejemplo "Objetivo: Mate a Raam" o "Usted ya sabe lo que es pegar un tiro en la cabeza"- cuando habría sido más cercano enfocarlo de la misma manera informal que tienen las voces. Los subtítulos pueden activarse y desactivarse por si se desea seguir los diálogos al jugar sin voz. Y una pequeña anécdota, si se configura la zona regional de la consola a América, la traducción de los textos aparece en español de sudamérica -recordando viejos fantasmas-.

Gears of War es un shooter en tercera persona que utiliza en todo momento una cámara a la espalda del personaje para relatarnos la acción, únicamente modificada por otra más cercana cuando presionamos el botón de zoom del rifle de asalto y cuando se accede al modo telescópico del rifle de francotirador.

Emplea una gran cantidad de acciones contextuales centradas en el botón X que van desde las clásicas aperturas de puertas o pulsación de botones a sanar a un compañero caído. El botón A en cambio se utiliza para realizar movimientos evasivos, apostillarse -y una vez a cubierto elegir una de las diferentes opciones que se presentan- y correr. Podríamos decir que este botón verde es el más importante del juego junto al gatillo derecho -el de disparo- ya que la cobertura -y sus diferentes movimientos de cambio de posición así como el fuego desde cubierto- es vital en GOW por lo vulnerables que son los personajes al fuego enemigo.

Sobre el botón Y ha recaído una acción muy útil: si lo pulsamos centraremos la atención de nuestro personaje en detalles clave que pueden ser la posición de un compañero, de un arma o de un agujero de emergencia desde el que emanen enemigos del subsuelo. El cuerpo a cuerpo se gestiona con B, golpeando con la culata del arma, y que si estamos equipados con el rifle de asalto Lancer, accionará su motosierra, uno de los toques más gore del juego.

Una de las señas de identidad propias, en cuanto a mecánica, de Gears of War es la recarga activa. Se trata de implicar al jugador en un proceso que siempre se ha sentido como pasivo en un shooter. Al finalizar un cargador -o quedarnos sin munición- aparece en pantalla y junto al arma, una barra de progreso que un indicador recorre mientras el personaje realiza la correspondiente maniobra de recarga. Si conseguimos -mediante una pulsación de RB- detener ese indicador en un punto exacto señalado en la barra, recagararemos casi instantáneamente y las balas de esa recarga harán más daño. Eso sí, si fallamos, el proceso tardará mucho más que si lo hiciera normalmente y veremos cómo el arma se encasquilla y nuestro personaje lucha por intentar solucionar el imprevisto.

El arsenal no es demasiado extenso, e incluye siete armas en total, muchas de corte clásico como el mismo rifle de asalto Lancer -con versión Locust-, una recortada, un rifle de francotirador, un lanzacohetes o las diferentes pistolas -automáticas o una magnum-. Por su corto número es una pena que no se haya incluido una opción de fuego secundario o alguna adición más decisiva, como por ejemplo, el Martillo del Alba, un cañón-guía que fija una señal láser que es utilizada por un satélite para lanzar un haz mortal desde el espacio, o el Arco Explosivo, que dispara flechas que detonan tras unos segundos. A pesar de no ser un catálogo muy prolífico, en ningún momento se siente como insuficiente.

Como era de esperar estas reacciones se acaban ajustando y refinando conforme incrementamos el nivel de dificultad. De los tres disponibles -Informal, Elevada y Locura- el óptimo es el intermedio, ya que en Locura se penaliza mucho más que nos alcancen los disparos enemigos que incrementan el abanico de reacciones de su IA.

Gears of War incluye un pequeño componente táctico. Pulsando el botón LB podemos acceder a un básico interfaz que nos permitirá dar órdenes a nuestros compañeros de pelotón. Reagrupar, Alto el fuego y Atacar son los tres únicos comandos que podremos dar mediante la combinación de LB más los botones Y, A o B. Pero a diferencia de los Locust y su excelente IA, nuestros COG no parecen responder o interpretar correctamente las instrucciones que les damos y muchas veces la orden de atacar, especialmente si estamos en combate con un jefe final, puede desembocar en que se lancen a la ofensiva cual kamikaze. Aún así en tiroteos y enfrentamientos con Locust más ordinarios se muestran eficaces, incluso sabiendo leer muy bien cuándo lanzar una granada.

También aparecen otras criaturas gigantescas como el destructor Locust -armado hasta los dientes-, los Sembradores -un artrópodo de proporciones mastodónticas capaz de anular las comunicaciones en un amplio radio- y el que se lleva la palma, el Corpser, una especie de araña evolucionada. En el juego también aparecen otros personajes principales por este bando, como el general Raam y la Reina Locust.

Xbox Live

Gears of War incluye modo cooperativo y tres variantes competitivas mediante Live para hasta ocho jugadores. El primero es un grandísimo acierto -ya visto en Perfect Dark Zero- y permite disfrutar con un amigo de la Campaña del modo historia tomando control de Marcus y Domingo. Funciona sin lag y con el necesario soporte para voz. Facilita las cosas porque al caer derribados podemos revivir a nuestro compañero sanándolo antes de que cualquier enemigo lo remate -aunque hay golpes mortales- y él puede hacer lo propio con nosotros, algo que la CPU no realiza si caemos en combate. También podemos aplicar tácticas más elaboradas que de otra forma, por el comportamiento de la IA, sería imposible realizar.

Por otra parte los tres modos competitivos que aparecen son Asesinato -basado en eliminar al general del otro equipo-, Ejecución -un Deathmatch- y Zona de Guerra -un Deathmatch por equipos-. Las partidas son vibrantes y de acción rápida por las condiciones del juego -en el que los personajes son muy vulnerables al fuego enemigo- y el toque de tener que rematar a los caídos para consumar su muerte -antes de que sean curados por compañeros de equipo- es macabramente divertido.

Se pueden configurar algunas variables como fuego amigo, reemplazar las armas por defecto, tiempo de desangrado -lo que tarda un caído en morir por sí solo si no se le asiste- así como el mapa, entre 10 diferentes y un slot adicional que en esta versión review marca"downloaded map", por lo que parece que se confirma la disponibilidad de mapas adicionales a través del bazar Xbox Live.