God of War II: Divine Retribution, Impresiones

El nuevo Dios de la Guerra quiere cambiar su turbio pasado. Para ello inicia una odisea que le llevará a recorrer el mundo antiguo en busca de los poderes de las tres hermanas del destino. Tras probar su última beta en Santa Mónica y charlar con su director, te contamos cómo evoluciona.

A finales de agosto visitamos los estudios de Sony en Santa Mónica para seguir de cerca, y tras el E3 el desarrollo de uno de los últimos grandes títulos que tienen previsto visitar PlayStation 2; God of War II. Además de poder echarle el guante a la última beta disponible, que mostraba nuevos e inéditos niveles, Cory Balrog, director del título, nos recibió con una demo guiada de una de las numerosas batallas contra jefes finales.

La visita no pudo comenzar mejor, ya que Kratos se medía a un gigante acompañado de varios soldados enemigos a los que Cory masacró y mutiló sin ninguna contemplación, desvelando nuevos ataques. Pero en lugar de facilitar la labor del nuevo Dios de la Guerra, esto propició que el gigante absorbiese las almas de los caídos, aumentando aún más de tamaño.

Tras un par de minutos de desgaste a base de combos y golpes con las cadenas de Kratos, el titánico enemigo acabó sucumbiendo de una forma espectacular: tras rebanar sus rodillas y postrarse, fue decapitado con todo el gore y violencia explícita que lleva unida esta franquicia. El jefe dejó caer su arma, un pesado mazo que junto a su armadura era uno de sus rasgos más llamativos, mazo que Kratos pasó a incorporar a su inventario en lo que es una nueva característica de esta secuela.

Según comentó Balrog, esta demo que pudimos ver databa de finales de mayo, aunque se encontraba considerablemente más madura que la que pudo verse en el E3, con fecha de marzo. En lo técnico pudimos apreciar detalles mejorados "que fuerzan a la consola más allá de lo que se vió en el primer título" especialmente horizontes más amplios, con distancia de dibujado mayor y unos efectos de luces con mayor espectro.

Esta secuela de la que fue una de las mayores sorpresas de 2005 nos mete en la piel del legendario guerrero espartano Kratos, ahora convertido en el nuevo Dios de la Guerra tras los acontecimientos narrados en la primera parte. Desde su trono, Kratos sigue atormentado por su pasado y los actos que en él cometió, por ello, una vez derrotados sus enemigos, decide embarcarse en una odisea que tendrá como objetivo encontrar a las tres hermanas del destino, con las que cambiará acontecimientos y errores pasados para aliviar su tormento.

Otra de las características debutantes que se pusieron sobre la mesa en este evento fue la acción de un nuevo objeto mágico, el amuleto del tiempo, que permite ralentizarlo. Su influencia puede emplearse para dos vertientes distintas; el combate en sí, potenciando combos, o sacar ventaja del escenario, ralentizando la velocidad de algunas trampas. Se activa presionando el gatillo y su uso se extiende hasta agotar su barra de energía, situada en pantalla. Aunque Kratos lo encuentra pronto, no comienza la aventura con él.

Una de las preguntas estrella a Corey Balrog fue la razón por la que God of War no ha saltado directamente a PlayStation 3 en lugar de despedirse de PS2 con esta secuela. El director fue directo; "por la base de PS2 establecida en todo el mundo". A más consolas, más ventas, más beneficios, y eso es algo que ahora mismo en la nueva generación, con los altos costes de producción, puede presentar más de un imprevisto.

Esta segunda epopeya del esperatano arranca con él sentado, meditando, en su conquistado trono de Dios de la Guerra. Súbitamente Kratos se levanta e inicia esta nueva aventra para cambiar su destino. El primer nivel comienza escalando una montaña donde ya comienza a pelear con otros enemigos, a los que elimina despeñándolos desde las alturas.

Pudimos jugar a tres niveles diferentes. El primero nos enfrentaba a una serie de puzzles submarinos en los que Kratos debía bucear, impulsándose a toda velocidad, para accionar una serie de mecanismos y finalmente ganar acceso a una zona donde esperaba un enemigo poderoso; un minotauro. Esta bestia estaba equipada con un mazo de pinchos y la estrategia consistía en quitarle el arma, clavarla en el suelo dejando un amenazador pincho en el extremo y rodear a la bestia con las cadenas para empujarla hasta acabar empalada en su propio arma.

La siguiente demo estaba ambientada en el nivel de medusa, que una vez superado nos recompensaría con la cabeza de la gorgona. Los puzzles de esta fase eran muy tediosos y acabaron por echar para atrás a algunos compañeros de la prensa. Una vez alcanzado el jefe final, Medusa, la dificultad que los enigmas habían supuesto acabaron esfumándose por la virulencia de éste. Hasta tres veces hubo que derrotar a Medusa para poder darle muerte y cercenarle la cabeza, pero antes de eso tuvimos que lidiar con su mirada petrificante -tras ella, un golpe y Kratos moría en el acto- una gelatina y las propias embestidas de esta bestia mitológica, tanto de sus potentes puños como los barridos de su cola.

Comentando la dificultad de este jefe final con algunos de los desarrolladores, explicaron que la dureza de Medusa se debe a técnicas poderosas que sólo pueden evitarse mediante reflejos y aprendiendo sus patrones para ejecutar las maniobras evasivas en el momento exacto. "Buscamos una experiencia que no sea fácil pero no queremos llegar al nivel de Ninja Gaiden, que limita la audiencia. Nuestro objeto es que permanezca siendo un juego de amplio segmento de usuarios pero dificil". Como apunte, según dicen, el juego incluye jefes que son diez veces mas dificiles que Medusa.

Para terminar, el tercer nivel nos enfrentaba directamente a Cancerbero, el perro de tres cabezas guardían del infierno según los griegos y que tantas veces ha sido utilizado en los videojuegos. Haciendo gala de su brutalidad, Kratos terminaba con su tri-cefalia arrancando de cuajo cada una de sus cabezas y rompiendo sus mandíbulas. Para ejecutar estos movimientos tan violentos se mantiene el mismo planteamiento de combos interactivos que exigen al jugador atención máxima en sus combinaciones de botones a demanda según lo que aparece en pantalla.

Para terminar la jornada en Santa Mónica tuvimos la oportunidad de ver a Cory Balrog en su despacho, en la segunda planta de las instalaciones del estudio.

El director, una persona joven, carismática y transparente, admite notar la presión en el desarrollo de esta secuela de un juego de inmenso éxito tras la marcha de David Jaffe, pero alude a que la mayor parte de esta presión es autoimpuesta. "He querido transmitir mi pasión por lo cinematográfico en el juego, crear una experiencia más personal, acentuando las relaciones entre personajes y manteniendo el resto de la base. También hemos potenciado el sistema de combate, llevándolo a un extremo mayor, añadido profundidad a las armas y diseñado nuevos movimientos", respondía.

Otros cambios que incluirá God of War II serán niveles más grandes, tanto en extension como en elementos y construcciones gracias al mayor nivel de rendimiento del hardware de PS2, un nivel que no pensaban que podían alcanzar. "Hemos logrado la misma velocidad con mayor detalle, escenarios más amplios, más cargados, con mayor distancia de dibujado y mismo frame rate gracias a pequeños trucos que analizando nuestra propia tecnología hemos podido encontrar y que han servido para optimizarla".