Dead Rising
Capcom rinde culto a Romero
Ser reportero freelance a la caza de la exclusiva nunca ha sido trabajo fácil, pero el término adquiere una nueva dimensión en este centro comercial atestado de zombies con el que Keiji Inafune rinde culto a George A. Romero y a sus no-muertos tan prolíficos para Capcom.
Keiji Inafune, productor estrella de la compañía nipona, siguiendo la política de occidentalizar sus títulos, ha rendido culto a Romero con un videojuego que prácticamente podría pasar como una película de serie B. Dead Rising se asienta sobre cuatro pilares fundamentales; muertos vivientes, libertad de acción, interactividad y gore, mucho gore. Resulta un título fresco, novedoso a pesar de no abanderar un cambio drástico a nivel jugable y especialmente divertido.
Dead Rising (Xbox 360) |
Desde un principio Dead Rising se ha presentado como un ejercicio de potencia; un videojuego digno de la nueva generación y la era HD, capaz de poner en pantalla centenares de zombies, unos decorados detallados al milímetro y un capacidad para transmitir al jugador miedo, claustrofobia, repugnancia, gore y humor, todo al mismo tiempo.
Como Frank West, un reportero gráfico freelance obsesionado por obtener la exclusiva del siglo, el jugador se ve recluído en un centro comercial, último reducto donde los habitantes de Willamette, Colorado, se parapetan para evitar ser devorados por la oleada zombie que ha arrasado su pueblo. El objetivo consiste en sobrevivir a este espástico infierno tres días, las 72 horas que tardará el helicóptero contratado por Frank para romper la cuarentena del ejército en regresar a rescatarle. En este tiempo podrá cubrir la que será la noticia de su vida, si no la pierde en el intento.
Y es que el armamento es una de las características más llamativas del título. Podremos utilizar para la autodefensa -y el ataque- casi cualquier objeto que tengamos a nuestro alcance, desde perchas de ropa hasta motosierras, pasando por balones de fútbol, martillos, CDs, latas de refresco, sillas, paneles de madera, cortadoras de césped, bates, katanas, ametralladoras de clavos, espadas a dos manos, etc así hasta una infinita variedad de objetos que encontremos en el centro comercial y que podremos utilizar como arma para abrirnos paso entre las hordas y hordas de, antes pacíficos compradores del centro comercial sólo convulsionados por las rebajas, ahora convertidos en voraces zombies.
Existe cierta sensación de variedad en los zombies debido a la cantidad de modelos diferentes que Capcom ha creado. Es inevitable detectar la repetición, pero sólo sucede tras haber jugado lo suficiente, en lo que respecta a los grupos de no muertos, no suelen identificarse dos iguales, algo que contribuye a mantener la heterogeneidad.
Gráficamente el juego luce espectacular, gran trabajo en los decorados, todos cuidados hasta el mínimo detalle. En el centro comercial se retratan las diferentes alas, galerías, alturas, conductos y zonas exteriores. A nivel de tiendas esto se traduce en 120 diferentes que van desde las ferreterías a los restaurantes, joyerías, tiendas de ropa, de armas, cosmética o deportes, supermercados, farmacias, ópticas, multicines y de cualquier otra índole que podáis imaginar y que haya sido explotada en un centro comercial.
Los objetos con los que podemos interactuar tienen un buen sistema de físicas, el resto, forman parte del escenario y son totalmente inalterables. Se achaca quizá un poco de popping en la carga de el interior de las tiendas o en los objetos con los que se puede interactuar, pero nada grave.
Los personajes humanos también tienen un acabado espectacular. De hecho, las escenas intermedias están realizadas con el mismo motor del juego en tiempo real y podremos observar como se han cuidado detalles, arrugas en la cara, dientes, los ojos con sus párpados, correctísimas expresiones faciales, etc Es agradable ver que se ha puesto el mismo interés en retratar a Frank que a cualquier miembro de la plantilla de personajes.
El humor negro, las parodias y los homenajes son una constante en Dead Rising. Más allá de los diálogos de los personajes -que parafrasean alguna conversación captada literalmente de una de las películas de Romero- esto se puede apreciar en los enemigos finales, auténticos festivales de lo insano en los que predomina la enajenación: payasos, veteranos de Vietnam, encargados de un supermercado y hasta una policía lesbiana con planes de violación.
En la banda sonora predomina la música inquietante, que acompaña a los momentos más característicos de la historia. Las voces se encuentran en inglés, subtituladas al castellano, aunque su carga interpretativa es excelente, como la localización de los textos, que presentan un conocido bug que impide su fácil lectura si no jugamos en HDTV.
Y es que desde el primer momento que pongamos el pie en el centro comercial ya tendremos que empezar una contrarreloj de 72 horas para salvar a tanta gente y resolver tantos misterios como nos sea posible en ese tiempo, y por supuesto estar puntuales a la hora límite en el punto de reunión y escapar sanos y salvos con todas las personas que hayamos conseguido salvar y las instantáneas del horror.
Aparte de las misiones, otra forma de conseguir experiencia es realizando fotografías. Las fotografías premian la originalidad y la calidad, además de aspectos como el centrado de los objetivos, la situación, el ángulo etc . Así por ejemplo obtendremos más puntos si fotografiamos a un zombie justo en el momento de tropezarse y caer al suelo, que si lo hacemos cuando va caminando tan tranquilo.
La experiencia que obtengamos, y aquí un aspecto tomado de los juegos de rol, nos ayudará a mejorar a nuestro reportero. Aspectos como la vida, la capacidad de portar objetos, la velocidad e incluso habilidades y golpes nuevos, se verán incrementados con cada nuevo nivel que ganemos, bien haciendo misiones, bien fotografiando zombies, o incluso por interactuar con objetos.
Este es otro punto interesante de Dead Rising: podremos combinar objetos con un poco de imaginación para conseguir puntos extra o una ayudita para momentos de apuros. Un buen ejemplo es el de poder calentar una sartén en un fogón, para así, además golpear a nuestros no-amigos, poder quemar su rostro con ella. También podremos combinar diferentes ingredientes para obtener diversos zumos, que nos otorguen diferentes habilidades o curación para esos momentos tan especiales.
Pero no solo de zumos vive el hombre, también disponemos de diversos libros y magazines que en su lectura (manteniéndolos en el inventario), nos otorgarán diversos poderes o expansiones, como por ejemplo el hecho de poder hablar cualquier idioma, poder utilizar objetos mas tiempo o poder realizar peripecias con bicicletas y demás vehículos.
El juego transcurre única y exclusivamente en el interior de un centro comercial. Esto ayuda a la sensación de claustrofobia, pero inevitablemente afecta a la jugabilidad. Porque aunque sea un centro comercial enorme, no deja de ser un centro comercial, y al final nos aburriremos de pasar por los mismos pasillos y salas día tras día. Otro aspecto negativo es la dificultad del título. Los errores se pagan, y caro; al mas mínimo fallo, nos veremos en la necesidad de tener que cargar la partida guardada, digo partida, porque solo existe una que se sobrescribe continuamente -en los baños, gimnasios o sofás que actúan como puntos de guardado- con lo cual hay que pensárselo muy mucho antes de salvar.
El peligro de sobrescribir la misma partida continuamente radica en el hecho de que se puede grabar en situaciones críticas, donde ya nos es imposible llegar a tiempo a determinadas localizaciones 'OBLIGATORIAS' o nos es imposible salvar a la persona que nos acompaña debido a que en el momento de salvar la partida, la situación es crítica, con lo cual nos es imposible cumplir objetivos y tenemos que comenzar de nuevo desde el momento que Frank pisa la azotea del shopping mall.
Esto, lamentablemente, nos sucederá en varias ocasiones y lo único bueno que se puede deducir de todo esto, es que cuando comencemos de nuevo, dispondremos de todas nuestra experiencia, habilidades y objetos que teníamos en la ultima partida salvada.
Y este hecho de la repetición no es ni mas ni menos que un viejo truco, utilizado de siempre en los videojuegos, para alargar la vida de un título excesivamente corto, y cuya historia principal no nos llevará mas de una media docena de horas finalizarlo. Por supuesto que el hecho de intentar realizar todas las misiones secundarias y conseguir todos los logros ya alarga la vida del juego, pero la historia principal en si es corta.
En cuanto a enemigos, no sólo encontraremos a muertos vivientes, aunque estos serán el sustrato principal de las carnicerías masivas a las que nos tiene acostumbrados Romero y que de forma tan constante se reiteran aquí. De hecho lo único que nos detiene de provocar auténticos festivales de carne, vísceras y litros de sangre es la duración de la integridad de cada arma, que tras unos impactos determinados, cae inservible al suelo, algo que no está muy bien implementado; habrá armas robustas que resulta irreal que acaben rotas tras 15 golpes, como la sierra eléctrica, aunque su función es la de asegurar la sensación de indefensión a la que el título nos tiene sometidos.
Pero los zombies no serán siempre esos casi entrañables personajes, ineptos y que se mueven de forma espástica, descoordinada e impulsiva a los que masacrar. Cuando cae la noche, sus atributos mejoran: son rápidos, veloces, voraces y más inteligentes aunque su IA en global sigue siendo igual de lamentable que en cualquier película. También aparecen enemigos humanos, básicamente jefes finales aunque el argumento consigue dar un vuelco con la incorporación del culto religioso y sus navajeros feligreses.
Cuando finalicemos el juego con éxito, siempre y cuando desvelemos la trama final, se nos dará acceso al modo ilimitado, donde no dispondremos de tiempo y ya nos podremos poner a hacer todo tipo de perrerías a nuestros amigos moribundos, sacar mil y una fotografías, vestir a nuestro personaje con las ropas mas excéntricas o probar cualquier tipo de deporte de riesgo ..de riesgo para los zombis claro.
Nunca se llegó a anunciar de forma oficial, pero el juego carece de modo multijugador, algo que quizá podría haberse implementado de forma cooperativa con buenos resultados. De momento la interactuación con Xbox Live queda reservada únicamente a acceder a una tabla de puntuaciones online, para comprobar los ránkings más altos del mundo y comparar la nuestra con el resto. También existe contenido descargable gratuito en varios packs que añaden nuevas indumentarias a nuestro personaje.
No apto para todos los estómagos Dead Rising es un juego con altas dosis de escenas gore. Nuestros aliados sufrirán desmembramientos y las muertes más horrendas a mano de los muertos vivientes si los dejamos abandonados -algo que podremos ver en secuencias independientes-, incluso nosotros mismos podremos jugar con las vísceras de nuestros amigos putrefactos, aplastarlos, mutilarlos o decapitarlos.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.