[E3] God's Hand, Impresiones

Antes de comenzar a jugar prestamos atención a la secuencia de Clover ha preparado para abrir esta demo del E3 de God's Hand. Música del oeste con un toque desenfadado, fragmentos de imágenes in-game del juego con algunos de los combos más espectaculares y varios momentos con los enemigos haciendo coreografías de cabaret que acaban marcando la sátira que este título mantiene.

Arrancamos la partida y seguidamente aparece una pantalla de selección, en la cual elegimos los combos que queremos utilizar en el personaje. Es algo así como un menú de configuración a la carta de combos. Podemos elegir un total de ocho, cuatro para el botón equis y cuatro para el triángulo, de entre cincuenta disponibles: puñetazos encadenados, patadas voladoras, presas, barridos, ganchos y un sinfín de combinaciones que podremos elegir como más nos guste. Además de estos movimientos -basados en alternar las pulsaciones de botón- aparecerán en pantalla avisos cuando podamos ejecutar otros golpes adicionales -con el círculo-.

Una vez satisfechos con el catálogo de golpes escogido, nos lanzamos con el juego principal. Éste lleva al protagonista a un pueblo que parece haber sido ocupado por bandidos. La ambientación del salvaje oeste se mezcla con un futuro apocalíptico a caballo Mad Max y El Puño de la Estrella del Norte, siendo las semejanzas con este último muy manifiestas.

Pero Clover no podía dejar a su juego sin un toque diferente, cosa que ha hecho insertando un humor sarcástico, hilarante e irreverente. Desde los comentarios del protagonista, haciendo sangre de sus enemigos, a acciones puntuales como lanzar a un rival a la estratosfera de un gancho o a los power ups que dejan éstos al caer derrotados -cerezas o fresas estilo PacMan e incluso fotos de chicas en topless-

El objetivo es eliminar a todos los enemigos del nivel hasta medirnos al jefe final, algo bastante old school. Tras eliminar a los primeros aventurados a base de todo tipo de golpes, cuya brutalidad va en aumento, y de incluso arrojarles barriles explosivos, romperles vigas de madera en las costillas o aplastarlos con mazos, nos enfrentamos a un mini-jefe; un demonio al que tendremos que derrotar igualmente cuerpo a cuerpo.

El protagonista puede utilizar dos tipos de movimientos especiales. El primero es el ataque ruleta, que se activa con R1 y que permite escoger un golpe demoledor de entre un listado que va moviéndose como una ruleta. El segundo da nombre al juego, y es la mano de Dios. Pulsando R2 el brazalete que protege el brazo del protagonista se abrirá, iluminará y acabará desatando todo su poder. Aunque es menos poderoso que el golpe ruleta, sirve para realizar combos de mayor número de golpes y finalizarlos de forma más espectacular, también su barra de energía se rellena más rápido que el del otro golpe especial.

La demo concluía con la visita a la casa del jefe final; una mezcla de monje budista y contrabandista mexicano con el que el personaje mantiene un diálogo bastante ofensivo. Cuando todo parece que nos vamos a enfrentar a él, a demo finaliza súbitamente, dejándonos con las ganas.

Gráficamente no llama demasiado la atención. Para ser PlayStation 2 mantiene un nivel aceptable en los personajes, pero los escenarios en 3D -que pueden visitarse sin tiempos de carga- son muy planos y con texturas poco nítidas, incluso para esta consola. Tampoco nos ha gustado mucho el sistema de la cámara, fija en el protagonista y sin posibilidad de desplazarla con el analógico derecho, que queda para ejecutar movimientos de evasión y esquivar golpes. Aún así su parte jugable es muy interesante, recuperando el sabor de los beat'em up clásicos y añadiéndole un humor muy particular.