Después del excelente sabor de boca que dejó Warhammer 40.000: Dawn of War, ahora le toca el turno a Warhammer Fantasy con un juego de batallas masivas al estilo de los Total War a cargo de los creadores de Armies of Exigo.
Después del excelente sabor de boca que dejó Warhammer 40.000: Dawn of War, ahora le toca el turno a Warhammer Fantasy con un juego de batallas masivas al estilo de los Total War a cargo de los creadores de Armies of Exigo.
Hay varias facciones controlables desde el principio, incluyendo por supuesto Imperio y Caos. A medida que avance la partida otras razas irán apareciendo para incorporar sus habilidades a tus ejércitos e incluso para proponer al jugador nuevos arcos argumentales, dejando al jugador la posibilidad de que cambie de bando. Algunas de estas facciones estarán también presentes en forma de 'Perros de la Guerra', mercenarios que puedes contratar y que añadirán su fuerza a tu ejército. No hay todavía una lista de todas las razas presentes, aunque en algunas fotos han aparecido Enanos y Skaven; también se puede ver en la página oficial que se mencionan a Vampiros y Goblins.
El argumento va a ser de un alcance moderado. Al igual que le pasó a Relic, parece que existe cierto medio a utilizar una campaña verdaderamente global en el mundo de Warhammer. Como bien saben los aficionados, montar una campaña global es algo tan apasionante como complicado, lo que añadido a las dificultades propias de hacer un juego, hace que los estudios se lo piensen dos veces antes de poner en escena toda la majestuosidad que es capaz de desplegar el universo de Games Workshop.
En concreto, Black Hole ha decidido situar la trama en el pasado de la caótica línea temporal del juego, en el año 2303. Asavar Kul, paladín del Caos, ha sido derrotado en el último momento cuando ya parecía que el Imperio iba a caer ante la terrible presión de los ejércitos unificados del mal. La caída del líder supremo ha desmembrado a las fuerzas del Caos, provocando que los distintos campeones luchen entre sí por ocupar la posición de líder supremo. Mientras, los Altos Elfos y el Imperio intentan expulsar de sus dominios a las fuerzas oscuras, empujando a los ejércitos malignos hacía el norte, más allá de las montañas del Fin del Mundo: a los desiertos del Caos. En este contexto es donde empieza la campaña de Mark of Chaos.
Ya en lo que es la mecánica del juego, es obvio que Black Hole tiene que seguir la ruta de Relic y sacarse de la manga un sistema de juego propio que esté inspirado en el de Warhammer pero que no obedezca estrictamente sus normas; a fin de cuentas el juego original es por turnos mientras que Mark of Chaos es en tiempo real. Hasta que no haya una demostración jugable es complicado evaluar cuales van a ser los puntos claves del planteamiento del estudio, pero se conocen algunos detalles.
Se están cuidando muchos detalles que serán del agrado de los tácticos. Por ejemplo, aunque la cámara es de movimiento libre, está limitada por la visión de tus tropas, de modo que no puedes ver qué es lo que hay en todo el campo de batalla, o detrás de los muros de una ciudad enemiga (a menos que tengas unidades aéreas, que pueden pasar un tiempo limitado volando). Pequeños detalles como esos son los que distinguen a un juego del montón de uno cuidado, por lo que es una buena señal sin lugar a dudas.
Aparte de la campaña, habrá diferentes modos multijugador, incluyendo algunos modos cooperativos. Como buen juego de Warhammer, se le permitirá al jugador un gran grado de optimización, pudiendo usar sus propios estandartes y colores para sus ejércitos.